Las islas Phi Phi tras el tsunami de 2004.

Las islas Phi Phi tras el tsunami de 2004.

Ciencia

¿Por qué el sexto tsunami más fuerte de la historia no ha provocado una tragedia como la del Índico en 2004?

El fortísimo terremoto de Kamchatka de este miércoles y su consiguiente tsunami no han reportado por el momento fallecidos ni graves daños en las poblaciones amenazadas.

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El terremoto de la península rusa de Kamchatka que este miércoles ha puesto en alerta máxima a los países que lindan con el océano Pacífico ha sido el más intenso en la zona desde hace 70 años e, incluso, el sexto más fuerte de la Historia.

El seísmo ha alcanzado una magnitud de 8,8 en la escala Richter y se ha localizado a poco más de 18 kilómetros de profundidad sobre el lecho marino, donde la placa tectónica del Pacífico se desliza bajo la de Norteamérica, en la parte norte del Cinturón de Fuego del planeta.

El Pacífico, y algunas regiones muy cercanas a él, han sido el escenario de los terremotos y tsunamis más mortíferos de la historia reciente. Por fortuna, parece que las cifras de daños serán menores en esta ocasión, a falta todavía de cifras oficiales.

De hecho, Japón, actualmente en alerta por posibles nuevos tsunamis, vivió en el año 2011 el terremoto de magnitud 9,1 de Tohoku que se saldó con casi 16.000 muertos, más de 2.500 desaparecidos y más de 6.000 heridos.

Sin embargo, las peores cifras se registraron durante el tsunami del océano Índico de 2004 provocado por un terremoto submarino de magnitud 9,1 frente a las costas de Sumatra, en Indonesia, y a una profundidad de 30 kilómetros.

En esa ocasión, se observaron olas de hasta 30 metros y hubo que lamentar la muerte de más de 230.000 personas. Otras fuentes, eso sí, señalan que fueron 280.000 muertos al tener en cuenta las altísimas cifras de desaparecidos.

En este sentido, en Rusia el Kremlin ha celebrado este miércoles que no se han producido muertes sobre el terreno, las centrales nucleares japonesas han confirmado que sus reactores no se han visto afectados y México también ha comunicado que no se han producido daños.

¿Qué ha sucedido en esta ocasión para que las cifras hayan sido significativamente mejores? "Afortunadamente, se trata de un terremoto que se ha generado en una zona realmente remota en un radio de al menos 50 o 100 kilómetros", ha explicado Jorge Macías, profesor e investigador de la Universidad de Málaga.

"La población más cercana se encuentra en la capital de Kamchatka y el impacto es muy distinto que si se hubiera producido en Japón o en Chile, que la población vive más cerca de la costa", continúa el experto.

En cualquier caso, este poderoso terremoto también ha producido intensos tsunamis que han puesto en alerta a países más alejados, como Estados Unidos o Colombia. Estas zonas tampoco han reportado graves tragedias.

"A pesar de su importante magnitud y el tsunami, el impacto ha sido menor en la población por la situación del epicentro. Hay zonas al norte de Japón a las que ha tardado entre una y dos horas en llegar", explica Macías.

En el caso del área de Tokio, el tsunami ha tardado en aparecer tres horas, al norte de Estados Unidos, seis, y en la zona sur del país, incluso 14 horas. "El tsunami ha alcanzado Hawai seis horas después y a Chile unas 20", cuenta el investigador.

Esto ha dado la posibilidad a estos territorios para prepararse ante la tragedia. Pero, ¿qué sucedió entonces en el devastador tsunami de 2004, el que se originó a 120 kilómetros de las costas de Sumatra? Existen tres diferencias principales.

Una tragedia evitada

La primera de ellas es que los países afectados por aquel tsunami tenían una importante densidad de población en las zonas de costa. De hecho, afectó a un total de 14 países, siendo los más afectados Indonesia, Sri Lanka, Tailandia, India y Maldivas.

Sin embargo, fue Indonesia el país que lamentó el 60% del total de las víctimas mortales. La ciudad Banda Aceh, situada en la costa norte de este país, perdió aquel día hasta el 25% de su población, unas 61.000 personas.

El segundo factor que hizo más letal al tsunami del Índico en 2004 fue la rapidez con la que el tsunami llegó a los núcleos urbanos, no sólo por la cercanía de estos al mar, sino por la propia velocidad de las inmensas olas.

Si el tsunami originado en Kamchatka ha tardado horas en alcanzar países vecinos, el tsunami de 2004 se abalanzó contra las zonas más afectadas —la propia Banda Aceh— en cuestión de diez minutos, a una velocidad de 600 kilómetros por hora.

Tal y como explica Eltiempo.es, las olas de 30 metros, equivalentes a un edificio de diez pisos, llegaron a introducirse hasta dos kilómetros tierra adentro. Esto ocasionó un altísimo número de víctimas, pero también daños materiales y económicos.

Y, por último, los países afectados por el tsunami de 2004 no contaban con los sistemas de detección a base de boyas en el mar necesarios para poner en alerta a los ciudadanos de estas zonas. De hecho, se colocaron en el Índico en el año 2006, a consecuencia de esta terrible tragedia.

Los ciudadanos de esta región fueron sorprendidos por el desastre y no pudieron ponerse a salvo de la fuerza del mar. Tampoco la población estaba preparada para detectar señales como la repentina retirada del mar en la costa.

Esta imagen choca bastante con las que hemos visto este miércoles en el que los países del Pacífico estaban mejor informados y han tenido horas para preparar a sus poblaciones y realizar evacuaciones ante una posible tragedia.

El terremoto que desencadenó el desastre en el Índico en 2004 ha sido clasificado como el tercero más fuerte de la historia y se calcula que la liberación de energía que se produjo fue similar a la de 23.000 bombas nucleares como las de Hiroshima.