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Sociedad

Investigadores de la ULE desarrollan nuevos fertilizantes en el Proyecto Europeo B-FERST

11 noviembre, 2020 12:32
El grupo de Ingeniería Química, Ambiental y Bioprocesos de la Universidad de León (ULE), bajo la dirección de Antonio Morán Palao y Fernando González Andrés, participa hoy 11 de noviembre en una reunión online del ‘International Advisory Board’ con el resto de participantes en el proyecto europeo B-FERST, en el que es responsable del proceso tecnológico industrial de los nuevos productos y de las pruebas de desarrollo agronómico de dicha iniciativa, que persigue promover la sostenibilidad a través de la mejora en la relación entre la industria y la agricultura.

En la reunión tomarán parte empresas socias del proyecto como FCC Aqualia, FCC-Medioambiente, Agrisat, INCRO, por parte española y de otros cinco países: Novamont (Italia), FKUR KUNSTSTOFF (Alemania), Vito (Bélgica), AG Futura Technologies (Macedonia), Arcadia (Bélgica), Instytut Uprawy Nawozenia i Gleboznawstwa (Polonia) y Fondazione iCons (Italia), así como asesores de algunas cooperativas y clusters europeos.

El proyecto se realiza en el marco del Programa Europeo de Innovación ‘Horizonte 2020’ financiado por la UE y Bio Based Industries Joint Undertaking, y tiene como misión desarrollar una nueva tecnología capaz de integrar recursos primarios de bajo coste a partir de residuos de origen ‘bio’ para la producción de nuevos fertilizantes y el desarrollo de nuevos bioestimulantes para su mejora.

Hay que reseñar que el grupo de investigación de la ULE se ocupa de las tareas de desarrollo industrial, pruebas agronómicas y gestión, y además dirige la Oficina de Proyecto. Para ello cuenta con una financiación de 892.000 euros, que forma parte de un presupuesto global cercano a los 10 millones de euros, que también incluye la construcción y puesta en marcha de las plantas de producción de nuevos productos a nivel de planta de demostración industrial.

EMPLEO DE FUENTES RENOVABLES PARA LA OBTENCIÓN DE FERTILIZANTES


El proyecto se enmarca en el Paquete Europeo de Economía Circular, y está siendo coordinado por la empresa FERTIBERIA, con la participación activa de las once empresas antes citadas, procedentes de seis países europeos (España, Italia, Alemania, Bélgica, Macedonia y Polonia).

Desde el grupo de Ingeniería Química, Ambiental y Bioprocesos de la ULE se explica que la industria de los fertilizantes “tiene como misión proveer nutrientes a los cultivos agrícolas, y en los últimos años los esfuerzos en I+D+i se centran en la utilización de fuentes renovables para este fin”. Otro factor importante consiste en “dosificar los nutrientes minerales que necesitan los cultivos, adaptando la dosis a las necesidades de cada situación”.

En este contexto la simbiosis entre los sectores industrial y agrícola desempeña un papel esencial en la estrategia de gestión sostenible. Para este objetivo el proyecto europeo B-FERST considera tres prioridades:

- 1.- Uso sostenible y más eficiente de los recursos. Los sectores agrícola e industrial deben actuar de forma conjunta para lograr programas de gestión más sostenibles debido a que el sector de fertilizantes suministra productos a unos 12 millones de explotaciones agrarias en la UE, para fertilizar aproximadamente 175 Mha de tierras agrícolas, empleando directamente a unas 130.000 personas.

Esta situación hace que sea esencial garantizar la disponibilidad de nutrientes para los cultivos agrícolas a precios asequibles. El uso de materias primas, procedentes de biorresiduos para la fabricación de fertilizantes es una vía poco explotada hasta el momento y, sin embargo, se está demostrando que permite reemplazar a las materias primas convencionales que proceden de recursos no renovables.

En este sentido, algunos residuos como por ejemplo estiércoles, o procedentes de industrias agroalimentarias o lodos de depuradoras de aguas residuales, se considerarán materias primas de primer orden para la fabricación de fertilizantes minerales. De este modo, la reutilización de los residuos convertirá los problemas derivados de su gestión, en oportunidades para crear un mercado interno real para las materias primas secundarias de origen orgánico en la UE.

- 2.- Búsqueda de una logística rentable. Se requiere una logística optimizada para un enfoque circular verde. Para este problema la diversidad es clave. La próxima generación de plantas de fertilizantes debe lidiar con múltiples materias primas a través de un solo proceso o mediante una combinación de varios integrados. Esto permitirá un amplio espectro de nuevas materias primas valiosas y comercializables como cenizas, estruvita, compost u otros residuos de origen biológico. Por tanto, el reciclaje y el uso de los residuos deben realizarse optimizando tareas como la recolección, almacenamiento, transporte y pretratamiento, considerando la cantidad y ubicación de la biomasa residual.

- 3.- Mejora de la calidad de los suelos. La mejora de la calidad y la fertilidad se puede lograr mediante la aplicación de fertilizantes mejorados con la adición de bioestimulantes de los cultivos, que tiene como efecto la mejora de la efectividad de estos productos a nivel de campo.

El proyecto B-FERST integra las tecnologías más avanzadas para el desarrollo de producto y el manejo de la fertilización. Además, los resultados se evaluarán y validarán en cuatro zonas agroclimáticas diferentes, mediante ensayos de campo en plantas de demostración en los cinco países que participan: España, Italia, Francia, Polonia y Ucrania. Finalmente hay que indicar que también se contempla la validación de la tecnología de imágenes satelitales para monitorear los experimentos en los campos.