Roberto con el diestro peruano Roca Rey, al que apodera desde 2020

Roberto con el diestro peruano Roca Rey, al que apodera desde 2020 Cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Doce toreros de Valladolid: Roberto Domínguez (X)

Nueva edición de la saga de Santos García Catalán

28 febrero, 2023 09:36

La palabra árabe baraka o barakah (بركة) significa “bendición divina”. Se emplea en francés y español con el significado de «suerte providencial». En sentido coloquial se dice de alguien que tiene potra (es afortunado)”.

Pero en el caso de Roberto Domínguez, la “suerte providencial” o “potra” no le vino por el arte de birlibirloque. Se lo ganó y a pulso. Y le costó sangre, sudor y lágrimas hasta que llegó 1987; el año de romper los maleficios que le habían impedido llegar a lo más alto del toreo. Y en cinco años se retiró con el sueño cumplido.

Lo cuento en mi libro “Roberto a secas”, que salió a la luz hace más de treinta años, justo cuando el diestro vallisoletano decidió retirarse del toreo en Las Ventas del Espíritu Santo un 12 de octubre de 1992. “Santitos, -me dijo- mira a ver lo del libro que a finales de temporada lo dejo”. Y lo dejó para siempre.

Portada del libro “Roberto a secas” editado en 1992

Portada del libro “Roberto a secas” editado en 1992

Dos homenajes muy sentidos

Después de colgar los vestidos y los trastos de torear, sólo se vistió de corto en dos ocasiones: una en Valladolid en (1999) para homenajear a su tío Fernando, donde acudieron todas las figuras del toreo de su época: Curro Romero, El Niño de la Capea, Manzanares, Ortega Cano y Ojeda, y otra en Vista Alegre (2001) para hacer lo mismo con su fiel mozo de espadas, Juan Gómez Bejarano.

Manolo Lozano y Espartaco: 1987-1992

Habíamos referido en el capítulo anterior su ascensión irresistible de la mano de Manolo Lozano. Un apoderado independiente que lo llevó a la cima de la torería en cinco años. Fue además su mentor y su guía. Lozano fue quién gestionó su carrera encabezando los carteles donde se anunciaba Espartaco, que estaba en la cumbre y era el diestro que durante muchas temporadas lideró el escalafón. Y además mandaba en el toreo.

Por ello eligió a Roberto Domínguez en su vuelta a los ruedos para que fuera por delante en los carteles. Y fue todo un éxito para el vallisoletano que, en la temporada de 1990, llegó a torear 100 corridas de toros, sesenta de ellas las hizo con Espartaco. Impensable pensar en esas cifras años atrás.

Roberto y Espartaco saliendo a hombros del coso de Linares en 1990

Roberto y Espartaco saliendo a hombros del coso de Linares en 1990

Sevilla, Las Ventas y los victorinos

En 1988 corta dos orejas en la feria de otoño de Sevilla y le “birlan” la Puerta del Príncipe. Al año siguiente, Canorea lo deja fuera del abono, (“Estos son lentejas…” le dijo el empresario manchego). En 1989 mata seis de Victorino Martín en la corrida de la Prensa de Madrid, saliendo triunfante del coso venteño. Canorea, tuvo que reconocer la posición de Roberto y lo contrató dos tardes en “farolillos” en1990, el año cumbre con 100 corridas a sus espaldas, llegando a actuar en Las Ventas cinco tardes.

Doblando en las grandes ferias

Domínguez doblaba actuaciones en las grandes ferias del circuito; plazas como Valencia, Castellón, Sevilla, Pamplona, Bilbao, Málaga, Logroño, Albacete, Salamanca, Valladolid, etc. veían al diestro vallisoletano encabezando carteles con las grandes figuras del momento, además de en otras plazas de capitales de provincia y localidades importantes donde se rifaban a Espartaco. Y ahí estaba Roberto Domínguez en la cabeza de los carteles.

Puerta grande en Las Ventas tras despachar seis Victorinos en 1989

Puerta grande en Las Ventas tras despachar seis Victorinos en 1989

Los reconocimientos de la américa taurina

Ese año trepidante de 1990, en la que tuvo complicaciones con una hernia discal y fue corneado en Toledo, obtuvo los reconocimientos de algunos cosos americanos donde triunfó de pleno como en México. En Lima también fue reconocido por la prensa. En la colombiana Manizales consiguió el valioso trofeo “Catedral de Oro”, en Cartagena de Indias fue premiado como mejor lidiador y ese mismo año debutó en Caracas, cuando en Venezuela se celebraban numerosos e importantes ciclos feriales.

361 corridas de toros en cinco años

Desde su vuelta a los ruedos en Valladolid en 1987, hasta su retirada definitiva en 1992 en Madrid, Roberto actuó en 361 corridas de toros, siendo la de 1990 su récord con 100 festejos.

La última corrida en Valladolid

La última corrida que toreó en Valladolid fue el 24 de septiembre de 1992, donde uno de los toros fue brindado a su amigo Paco Martínez (Restaurante La Criolla), donde hay un pequeño museo dedicado al diestro pucelano. Y la última corrida de su dilatada trayectoria fue en Las Ventas un 12 de octubre de ese año, donde concedió la alternativa a Oscar Higares.

Paco  deLa Criolla entregando a Roberto el premio anual que concedía el restaurante

Paco deLa Criolla entregando a Roberto el premio anual que concedía el restaurante

Sus negocios ganaderos y comentarista en TV

Tras su retirada en 1992, el vallisoletano se dedica a sus negocios, entre ellos su finca de Extremadura. Había comprado una punta de vacas de Jandilla por la vía de su amigo Daniel Ruiz y con ello busca el entretenimiento, porque su negocio era y es el ganado de carne y la montanera de cochino ibérico. En 1998, su amigo y paisano Fernando Fernández Román, que entonces ejercía a través de la plataforma Vía Digital, lo incorpora a las retransmisiones taurinas con un éxito arrollador.

Apoderado de dos figurones del toreo: El Juli y Roca Rey

En 2003, es reclamado por El Juli y se incorpora al campo del apoderamiento nada menos que con una figura y mandamás del toreo como era el madrileño. Un compromiso importante que Roberto asume con auténtica profesionalidad. Durante once años, Domínguez mantuvo y agrandó la historia de este figurón del toreo, imponiéndose a empresarios con fuerza por defender los intereses de su poderdante. Más de un enfrentamiento le costó al pucelano mantener el pulso con Choperita cuando gestionaba Las Ventas.

Con El Juli y Roca Rey, dos figurones del toreo apoderados por Domínguez

Con El Juli y Roca Rey, dos figurones del toreo apoderados por Domínguez Cedida

Desde 2020 apoderado de Roca Rey

Tras unos años dedicado de lleno a sus negocios, en plena pandemia, saltó la noticia el 17 de noviembre de 2020: “Roberto Domínguez nuevo apoderado de Roca Rey”. Fue, sin duda, un bombazo informativo. De nuevo había sido llamado por otra figura del toreo para gestionar sus contratos.

El 15 de mayo de 2021 debutaría con el joven diestro peruano en Córdoba, donde cortó una oreja y perdió las otras por la espada.

Unos días más tarde en la madrileña Vista Alegre, Roca Rey se erigía en triunfador absoluto, en una tarde de percances graves. Mi amigo Gonzalo Santonja (actual consejero de Cultura de la Junta de CyL) titulaba su crónica en El Español-Noticias de CyL: “Rey de Roca, cumbre de ley”. Luego seguirían triunfos en España y América.

En la actualidad, Roca Rey es la primerísima figura del toreo en los dos continentes taurinos.

Roberto Domínguez recibiendo el trofeo de El Corte Inglés en el año de su retirada del toreo

Roberto Domínguez recibiendo el trofeo de El Corte Inglés en el año de su retirada del toreo cedida

Así pues, Roberto Domínguez tiene baraka, pero él y sólo él la ha buscado desde que su tío Fernando lo inició en el toreo cuando hacía el bachillerato en el Instituto Zorrilla de su Pucela natal. Aquel chaval de 16 años recién cumplidos, que se vistió de luces por primera vez en Lorca un 12 de marzo de 1967, con resultado desastroso, volvería de nuevo a Lorca, ya con la vida solucionada, un 27 de septiembre de 1992 para matar una de Miura y cortarle una oreja.

Roberto Domínguez ha sido, sin lugar a dudas, el torero más importante que ha dado Valladolid en su historia. Seis años transcurrieron desde que se iniciara de becerrista en Segovia y en los tentaderos en la ganadería de los Molero, entre otros, hasta que tomó la alternativa.

El pasado año, Roberto cumplió 50 años de su doctorado como matador de toros: 21 de agosto de 1972 en Palma de Mallorca. Pero les aseguro que está como un junco. Vamos, que podría reaparecer emulando a Pedro Romero…

¡Enhorabuena, torero, y mucha suerte!

Entrevistando a Roberto en el año de su despedida, cuando el libro en su honor salçia a la luz

Entrevistando a Roberto en el año de su despedida, cuando el libro en su honor salçia a la luz cedida

Fuente: libro “Roberto a secas” (Santos García Catalán1992)