¿Por qué crees que mi hijo con autismo es un malcriado y no que tiene un problema?
El padre de un adolescente con autismo nos contaba hace poco el 'problema' más reciente de su vida. Los últimos análisis de sangre no habían dado los mejores resultados y el médico había ordenado ejercicio físico para el chico con efecto inmediato. El running está de moda, pero a su hijo lo de salir a correr le hizo entre poca gracia y ninguna. Así que cada vez que el padre intentaba forzarle a trotar si quiera por la calle las protestas y los gritos del muchacho llegaban a oídos de la policía, día sí, día también, gracias a la llamada de algún vecino preocupado y bienintencionado.
"Es que es autista". Esas cuatro palabras son mágicas. En el mismo momento en que las pronuncias la cara de la persona que te mira -habitualmente enfadada- cambia hacia una expresión que mezcla compasión, pena y, quizás, incluso hasta algo de comprensión. Por desgracia, poco a poco, te acostumbras a esos gestos, miradas y actitudes. Es lo que hay. Tampoco puedes vivir luchando contra todos todos los días.
Hay, sin embargo, algo a lo que cualquier padre/madre de un niño con autismo se resiste, nos resistimos, con todas las fuerzas disponibles. Nuestros hijos no son unos malcriados ni nosotros unos padres que les permitamos todo y por ello se comporten como se comportan. Nuestros hijos, por azares del destino, padecen un trastorno, concretamente Trastorno del Espectro Autista y este, como tantos otros, no se cura.
Quizás por eso, visibilizar el día a día de un pequeño con TEA pueda ayudar a que el resto de la humanidad, al menos, nos mire con cierta condescendencia y no con pena, con respeto y no con lástima y, en el caso de todas esas madres, con admiración. Para muestra de lo que hacen en su día a día, este hilo en Twitter de @LadyCrocs repleto de experiencias, sabiduría, resignación y toneladas de amor.
Vas a despertarlo y no sabes cómo reaccionará. Si es para mal te dará patadas, luchará por no moverse de la cama, escupirá, arañará...
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Si es para bien colaborará en vestirse; si expresa emociones te dará mil besos, querrá otros mil y q le acaricies hasta q se acabe el mundo
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Tal vez le dé por reírse de modo incontrolado, al tiempo que tira los cubiertos y la comida al suelo. O acuda insistentemente a abrir grifos
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Si ve a una señora que le ha hecho gracia la saludará con mucho amor y la señora quedará conquistada de por vida.
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Llegamos al bus, y puede que quiera subir o que se marche corriendo en dirección contraria. O que empuje a algún niño o le quite su juguete
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Si es nuevo, nos mirarán con estupor, mezclado con el desprecio y el rechazo que debe darse a esos padres que no saben educar a sus hijos.
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Y te vas a trabajar con el enésimo "ay, lo siento, pobrecillo".
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
No, pobrecillo, no. Que él es feliz.
Y, primicia, no se cura. El autismo no se cura. Es un trastorno. No preguntéis a un padre de un autista qué tal está: está igual. Es autista
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Lo vas a llevar a casa y entra en crisis, no sabes bien por qué, pero ahí está, tirado en el suelo, roto de dolor, retorciéndose y gritando
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Llegas a casa, recoger 4 cosas para ir a otra terapia. Pero, de repente, te lo encuentras desnudo. Y no se quiere vestir, solo abrir grifos
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Y es así porque un autista que no parece autista no es minusválido hasta que no se demuestre lo contrario. Y la gente no quiere q estés ahí
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Si pierdes su visión media fracción de segundo puede que haya abierto los paquetes de dentífrico, que tire botes, se tumbe o rompa un envase
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Vas un rato al parque, puede que hoy no haya conflicto con ningún niño ni con ningún padre. Es una moneda al aire.
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
A veces, alguna psicóloga, PT (psicoterapeuta), logopeda... te pregunta cómo estás. Y prefieres no decírselo, porque lloras. Y no quieres.
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Superas el momento de duelo, cuando recibes la noticia y sigues adelante. Aceptas lo que hay porque tu hijo es el regalo más grande q tienes
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
Pero cuando estoy fuera de casa esas reacciones son juzgadas y criticadas: si gritas, soy mala madre; si acaricias, lo malcrío.
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017
No es fácil ser padre de un autista, pero puede tener momentos muy gratificantes. Muchas gracias por leerlo, y lamento el tostón.
— Lady Crocs (@ladycrocs) 22 de octubre de 2017