María Guardiola anuncia los comicios del próximo 21 de diciembre.

María Guardiola anuncia los comicios del próximo 21 de diciembre. EP

María Guardiola no es Pedro Sánchez

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Veo salir a María Guardiola, embadurnada en traje blanco para convocar elecciones anticipadas en Extremadura como si fuera el final de una película de drama político de casi tres horas de duración, y no atisbo en ella nada que tenga que ver con Pedro Sánchez. Ni tan siquiera un guiño o un cierto deje aparente, qué se yo, por las chistorras, los folios y las lechugas. Creo que incluso no coinciden ni en director de cine favorito: la una escoge a Scorsese y el otro, a Ford Coppola (sea por la razón que sea). Son, María y Pedro, dos personajes de muy distinta altura moral. El cielo y el infierno, Dios y el anticristo, Messi y Lamine Yamal.

Pedro, por su parte, es sencillamente Pedro. Un cazarrecompensas con impoluto olfato político al que poco le importa la ética si a cambio de un indulto, una amnistía, una financiación singular para Cataluña o un baile de salón entre bastidores puede solventar el día y permanecer dormitando una noche más en la Moncloa. Sin PGE, haciendo malabarismos con el muñeco roto de Franco para que España olvide sus pactos con Otegi, escribiendo más coplas a la imputación de Begoña o de su hermano, hincando en directo la rodilla en señal de respeto a Carles… Con la obra de teatro que sea o con el truco de magia que se saque de la manga.

Con lo que le costó cambiar aquel colchón de Rajoy, y tal como se vislumbra el tema ese de la vivienda y los sondeos (salvo el de Tezanos), está el presidente de la nación como para lanzarse a unas elecciones anticipadas o como para pensar siquiera en una mudanza, por ejemplo. ¿En qué barrio o complejo residencial alejado de la mano de Dios no tendría que repetir la huída cinematográfica de Paiporta cada día que bajase en pijama a comprar el pan? Sería, para él, algo similar al apocalipsis.

María, sin embargo, aún mantiene un cierto pulso para con sus gobernados, y antes de apostar por sí misma y por lo jugoso del poder, a la mínima que Vox y PSOE se disponen a jugar la final de Roland Garros con sus presupuestos como única pelota llama a los extremeños a las urnas. Como cuando el protagonista de la novela sale del escondrijo con las balas contadas y está por ver si dispara primero o lo envían directo al purgatorio. Su rival muy seguramente sea Miguel Ángel Gallardo, que estaría encantado si las elecciones fueran mañana mismo y pudiera empezar a maniobrar con su abogado dentro de un clima mucho más favorable, de pacífica impunidad por aforamiento para el caso del hermanísimo. Así que es probable que la presidenta de la Junta dispare primero. Al menos, la campaña no puede tenerla más fácil.

Aunque lo que ha hecho María Guardiola es el verdadero Manual de resistencia que debería aplicarse cada persona que se dedique al servicio público que es, o habría de ser, la política: saber que los mandatos no son eternos, que estos exigen responsabilidad por encima de eslóganes de pancarta universitaria y seguir debiéndote a tus ciudadanos, y nunca al contrario, y que a veces la mejor salida es un paso sincero al frente, antes que seguir haciendo el ridículo paralizando la administración pública correspondiente por meros intereses electoralistas, partidistas o abiertamente personales.

El caso es que Pedro ha retorcido tanto el sentido mismo de la política, en todas sus posibles acepciones, que la noticia llamativa y sorprendente, que está abriendo los periódicos, las tertulias y los telediarios, es que María Guardiola cumpla con su mandato constitucional y se niegue a gobernar sin unas cuentas aprobadas, y no que Sánchez haya llegado al práctico ecuador de la presente legislatura con unos presupuestos que proceden, prorrogados, directamente de la anterior, mientras juega al billar con el artículo 134.3 y sonríe porque, a no ser que entre Mazón y Abascal hagan el trabajo sucio de sepultar toda posibilidad que Feijóo pudiera tener de gobernar, para 2027 siguen faltando dos nocheviejas más.