Trump felicita al partido conservador de Alemania por su victoria en las elecciones. Europa Press
DEP Unión Europea
La nueva llegada de Donald Trump a la Casa Blanca está suponiendo un verdadero cataclismo para la estructura geopolítica a nivel global que venía apuntalando Joe Biden con la implementación y potenciación de una serie de políticas de dudosa legitimidad. Políticas siempre vinculantes pero que encerraban un mensaje infantil de adoctrinamiento triunfalista y un nefasto augurio para los ciudadanos europeos.
Sobre la guerra ruso-ucraniana se han escrito y escribirán ríos de tinta, pero por ahora nos centraremos en el conflicto bélico donde un denostado Biden a la cabeza de EEUU se atrevió a abrir el melón de la guerra para, como si de un juego se tratara, que un tercer país como Ucrania, a cambio de ingentes promesas económicas y financieras, pusiera las infraestructuras, medios materiales y la vida de sus ciudadanos al servicio de su particular cruzada contra Rusia y por extensión contra China.
Desde el momento en el que el malvado e histriónico Trump ganó las elecciones, entre otro millar de asuntos, manifestó públicamente que las guerras en curso que amenazaban el panorama mundial debían de acabar ipso facto. Es un hecho que el abuelito dulce y maltrecho de Biden nos metió a todos en una embolada de dimensiones bastante peligrosas y que el malvado ogro come niños de Trump, en pocas semanas nos va a sacar de ella.
¿Quién es el bueno y quién es realmente el malo de la película?
No sé cómo ni en qué sentido quedará firmado el armisticio ruso-ucraniano, pero de lo que estoy seguro es que EEUU, con Trump tirando de galones, pondrá fin al conflicto de igual manera que Biden lo originó. A todo esto y de manera vergonzante, se está poniendo de manifiesto que los altos cargos de la UE son unos títeres que se han quedado sin titiritero con la salida de Biden de la Casa Blanca y así como patente su absoluta irrelevancia.
Por otro lado, estos acontecimientos suponen a mi parecer, el inicio del fin de ese proyecto que no llegó nunca a culminar y que es la UE, cuya base es el enriquecimiento de Francia y Alemania, donde bajo la declaración Schuman de 09 de mayo de 1950 llevada a cabo en el Salón del Reloj del Ministerio de Asuntos Exteriores Francés, dio origen al Tratado de la Comunidad Económica del Carbón y el Acero (CECA). Todo ello enfocado en el resurgir de las economías europeas tras la devastación sufrida durante la IIGM, y por qué no, también en sacar una buena tajada si se tercia.
Ahora, tras el palmario fracaso del proyecto supranacional europeísta, ha muerto el espíritu financiero, económico y empresarial que lo fundó. Un espíritu capitalista liberal, que en manos de hordas socialistas han dejado a Europa en la quiebra donde la única solución es seguir imprimiendo capital para los países miembros, los cuales maltrechos y derrotados, suplican por limosna. Las economías europeas son deficitarias y una economía fundamentada en la emisión de deuda y el consiguiente incremento permanente de la inflación representa el rigor mortis que está dejando inarticulable un corpus cadavérico que ya no es soberano, que no ve, no escucha, ni habla y que representa a un depauperado proyecto de estado federal europeo que yace con estertores de la muerte incapaz de abordar sus retos ni de llevar a cabo sus propias políticas.
La insuficiencia de la microeconomía y un empobrecimiento acuciante llama a las puertas de millones de familias que no llegan a fin de mes y de otros tantos que ya hacen la cola en los comedores sociales para poder llevarse comida digna a la boca al menos una vez al día.
Sin embargo, esta situación a la que aludo como si mañana mismo fuéramos a dejar de pertenecer a la UE o que ésta fuera a disolverse de inmediato, se podría alargar casi indefinidamente hasta sumir a los países miembros en la más absoluta ruina y miseria. A este respecto, hemos de poner sobre la mesa un aspecto capital que es el papel que juega EEUU en la OTAN. Podríamos resumir que sin EEUU la OTAN dejaría de tener la influencia real y disuasoria que ahora ostenta y pasaría a ser una organización de amigos de los desvalidos mancomunados subvencionada por fondos de la UE, cosa que ahora propone el gobierno de España ante el impaciente imperativo de EEUU para que se cumplan los compromisos de inversión porcentual del PIB en defensa.
Los burócratas de la UE están muy cabreados y aun sonrojados de vergüenza e inquina al haber sido absolutamente ignorados por la administración Trump en relación a las reuniones para la negociación del fin de la guerra ruso-ucraniana. También lo están porque con este proceder, Trump está infiriendo que la UE no pinta nada y que lo que deben de hacer es no molestar a los mayores mientras buscan soluciones a los problemas.
Tristemente esta es la capacidad actual y la relevancia internacional a la que políticos corruptos y burócratas han llevado a Europa, que no es a otro lugar más que al más vergonzante ostracismo.