¿Cómo llegó el tardeo a ser una forma de salir de éxito en toda España? ¿Y en qué ciudad empezó? Alicante reivindica la potencia de un modelo que en 2012 adaptó propuestas de otras ciudades para crear uno nuevo que cambió el panorama de la ciudad.

El fotógrafo Sergio Gallegos se siente uno de los padres del tardeo porque, como puntualiza, "son varios los que se ponen la medallita cuando es un proceso en el que ha participado mucha gente".

El salir de cañas que se hacía en Albacete los viernes y sábado, el lugar de donde procede la familia de Gallegos, le inspiró para hacer eventos de tarde. Una propuesta que fuera más allá de ir de tapas para lograr ampliar las fiestas de la noche. 

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Las primeras propuestas se mueven hacia 2006, cuando en dos épocas muy concretas, se planteó abrir mucho antes de lo habitual el Habana Rambla. El local, hoy desaparecido, organizaba eventos para las tardes de Hogueras y Navidades.

Sergio Gallegos, ante la puerta del Teatre en Alicante. M.H.

Aquello le animó lo suficiente como para montar en 2010 Teatre Day & Night, un local que como su nombre indica, tenía voluntad de abarcar un amplio horario. "Queríamos hacer desayunos, tarde y noche, pero los desayunos los cerramos porque no merecía la pena", recuerda. 

En el cambio de década, los grupos de Facebook eran una popular forma de conectar, y así conocieron a gente de uno que se había bautizado Salir de tarde. Para ellos les montaron un par de fiestas. Y de ahí hablaron con el responsable de Confetti, entonces en el casco antiguo, para coordinar eventos.

"Pensábamos en diyéis de cuatro de la tarde a diez de la noche para que luego siguieran en el barrio", indica Gallegos. "Y de ahí se traían a nombres como Elyella o dj Amable", valora. "Pero la gente lo daba todo por la tarde y no llegaba a la noche".

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Gallegos y su familia tenían fe en que se podía plantear una opción de ocio que arrancara el mediodía. Y ahí algo tan tradicional como el Mercado de Alicante tuvo su efecto. En el bar Jamaica, actualmente desaparecido, se empezaba una fiesta que luego se llevaba a bares donde picar y luego se pasaba al Teatre.

"Cuando empezamos con el tardeo todos los sábados venían diez, y cada semana aumentaba hasta que pasados los meses empezó a subir", señala. "No fue fácil", matiza, porque "al principio la gente decía quién iba a salir por la tarde". El contar con un lugar visible como la plaza del Mercado acabó llamando la atención de un público que se cuestionaba su forma de disfrutar el ocio.

¿A quién buscaban? El éxito del tardeo, como señala uno de sus empresarios, es "que consigue establecer un espacio de gente con un público objetivo de 35 años para arriba. Gente que a las tres de la mañana no se ve en un local de copas porque se encuentra con sus hijos o con los de amigos y porque el tipo de música o el entorno no es el suyo".