La tormenta solar que azotó la Tierra el pasado viernes ha dejado estampas de ciencia ficción en medio mundo, también en el cielo de algunos pueblos de Alicante, donde la noche se tiñó de rosa.

El hemisferio norte disfrutó de un espectáculo luminoso que en España se apreció con mayor detalle en su parte norte y central. En la provincia se pudo ver de forma parcial y con menor intensidad en pueblos del norte como Altea o Villena.

"Las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra. El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años", explica la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en su cuenta de X.

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El globo está siendo sacudido por la mayor tormenta geométrica de las últimas dos décadas provocada por una erupción solar lanzada por una mancha solar 15 veces más ancha que el planeta. Además de colorear la pasada noche del 10 al 11 de mayo, el fenómeno puede afectar a aparatos electrónicos, GPS y hasta las aves. Ya se han registrado apagones en zonas de Europa y África.

"Las auroras polares se deben a la presencia de partículas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar), que actúan sobre los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera", indica la AEMET.

Su color rosado se debe a que las partículas han bajado más que en las famosas auroras boreales que se pueden observar en cerca del polo norte, de colores verdosos, y se han mezclado con el nitrógeno de la atmósfera.

Tan solo cuando la actividad solar es muy intensa, "las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando una tormenta geomagnética", añade la agencia.

Tal intensidad ha hecho que los habitantes del sur peninsular hayan podido presenciar un hecho "muy poco habitual". En la Comunitat Valenciana han sido vistas en muchos puntos de Valencia y Castellón, y menos en Alicante.