La embarcación de servicio público gratuito que unirá las bocanas de levante y poniente de la dársena interior del puerto de Alicante, con parada en la futura isla artificial, podrá transportar entre 50 y 60 personas por trayecto y tardará entre 5 y 6 minutos en recorrer una distancia de unos 150 metros.

En una entrevista concedida a la Agencia EFE, el presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante (APA), Julián López Milla, ha explicado que este transbordador y la isla artificial actuarán como reclamo turístico y seña distintiva del puerto, y permitirán recorrer a pie y con un recorrido completamente circular el paseo alrededor de la lámina de agua del puerto deportivo.

Esta conexión en barco entre los muelles 5 (junto a los nuevos edificios de Distrito Digital) y 8 (zona de ocio), incluida la isla, cuenta con un presupuesto de 2,87 millones de euros y el recientemente detectado fallo de asentamiento de uno de los dieciséis pilotes de hormigón sobre los que se asienta la plataforma diáfana de la isla ha retrasado el proyecto entre 2 y 3 meses, desde abril de 2023 hasta inicios del próximo verano.

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Según López Milla, cada pilote tiene una profundidad de 14 metros y uno de ellos ha cedido 15 centímetros, ante lo cual se ha encargado un informe para definir la patología de lo ocurrido, la repercusión sobre la estructura y las posibles soluciones, que no deberían demorar demasiado tiempo el arreglo final.

"Seguramente la solución no será demasiado complicada ni será demasiado larga de poner en práctica, pero antes hay que definirlo bien", en palabras del presidente del puerto.

De esta manera, la culminación de la plataforma se producirá a comienzos del próximo verano y a partir de ese momento se abrirá un plazo de entre 6 y 9 meses para acometer las obras de construcción del restaurante en superficie, que ha sido adjudicado al Grupo Restaura Forty y a Alicante Gastronómica durante los próximos 25 años.

La isla tendrá casi 700 metros cuadrados de extensión (34,8 metros de largo por 20 de ancho) y será de forma rectangular salvo el extremo orientado hacia el exterior de la dársena, que será curvo.

Además de un restaurante, la isla artificial dispondrá de una zona dedicada al paseo de libre acceso a través de la embarcación para que los ciudadanos puedan disfrutar de este enclave con vistas tanto al puerto deportivo como al 'skyline' de la ciudad y al emblemático castillo de Santa Bárbara. Esta zona podrá ser visitable antes de que terminen las obras del establecimiento hostelero.

El presidente de la APA también se ha referido al movimiento de graneles sólidos, que representan el 50 por ciento del tráfico de mercancías del puerto, y de la nave cerrada en depresión y totalmente automatizada ejecutada por la empresa Eiffage en el muelle 17 para los graneles pulverulentos.

Ha señalado que esta nave, que evita molestias a la población cercana al espacio portuario, opera hoy al 75 por ciento porque aún no ha recibido toda la certificación de Seguridad Industrial debido a unos problemas con las vagonetas interiores, pese a lo cual ya opera la práctica totalidad de los graneles pulverulentos.

López Milla prevé que en las próximas semanas se reciba la parte de la certificación que resta para actuar con plena normalidad en un puerto que sólo tendrá graneles en el exterior en el caso de no emitir polvo, como los restos de poda.

En cuanto a otro de los retos del puerto como es el Corredor Mediterráneo, López Milla ha subrayado que la conexión con el puerto es "prioritaria y estratégica" y ha indicado que se espera el proyecto del Ministerio sobre la conexión hasta la linde del puerto para encargar el trazado interior hasta los muelles de la terminal de TMS.

Esos trabajos para que lleguen trenes de hasta 750 metros serán "relativamente sencillos" e incluirán un paso inferior para vehículos en la zona de Poniente y una rotonda, todo lo cual podría ser culminado en el plazo de entre tres y cuatro años.

Del futuro centro de congresos de la ciudad, el presidente ha apuntado que se ha puesto a disposición del ayuntamiento y la Diputación el suelo de los muelles 7 y 9, detrás de Panoramis, y que se han vuelto a delimitar los usos portuarios para dar cabida a dicha actividad.