Marisa Martín Blázquez y su hijo, Nicolás Montero, en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.

Marisa Martín Blázquez y su hijo, Nicolás Montero, en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.

Famosos VUELTA AL TRABAJO

El revelador mensaje con el que Marisa Martín-Blázquez retoma su rutina y hace un guiño especial a su hijo

La periodista ha desvelado una curiosa anécdota en su vuelta al trabajo, un tiempo que coincide con la última visita de su primogénito, Nicolás Montero.

30 agosto, 2022 10:36

Marisa Martín-Blázquez (58 años) ha pasado el verano en la playa, y de ello ha dado muestras en su perfil de Instagram, donde ha compartido varias instantáneas en bikini en un barco, y con looks muy veraniegos caminando por paseos marítimos. La periodista no quiso especificar en ningún momento a qué punto exacto de la geografía se escapó y solo detalló que estaba bañado por el mar mediterráneo. Tras unos días de desconexión, volvió a su trabajo, no sin antes disfrutar de una gran sorpresa que recibió en casa.

A finales de este mes de agosto, la comunicadora y su pareja, Antonio Montero (59), han recibido la visita de su hijo mayor, Nicolás -también tienen una hija llamada Marieta. El primogénito aterrizó en Madrid junto a su novia, Daniela Mendoza, con la que ha recorrido medio mundo.

El gran hogar que poseen los periodistas a las afueras de la capital en mitad de la naturaleza se ha llenado de alegría y felicidad con la llegada de la joven pareja. Este regreso de Nicolás ha emocionado a su madre, que, como es habitual en ella, no ha dudado en volcar sus sentimientos en un texto que ha hecho público, en el que habla de las vueltas, ahora que llega septiembre.

[La especial visita de Nicolás, hijo de Marisa Martín-Blázquez y Antonio Montero, a su gran casa familiar]

Marisa Martín-Blázquez se muestra feliz por la visita de su hijo mayor, Nicolás.

Marisa Martín-Blázquez se muestra feliz por la visita de su hijo mayor, Nicolás. Instagram

"Volver. Siempre se vuelve. De las vacaciones y de cualquier lugar al que has ido. Y no me refiero, sólo, a sitio geográfico. Se vuelve a los sentimientos, se vuelve al origen, se vuelve a descubrir a quienes conocías mucho y bien, pero no recordabas con detalle algunos de sus más bellos rincones. Se vuelve a las risas. A que no sean horas de estar despiertos y qué más da, si estamos juntos. Se vuelve a un rato al sol. A un paseo. A una charla que no quieres que termine nunca. Se vuelve a todos y cada uno de los paisajes emocionales de quienes conoces bien y de quienes no tanto, y vas, y descubres. Y decides quedarte a vivir en cada recodo de sus caminos", ha comenzado redactando Marisa.

Seguidamente, habla de cómo al regresar de su escapada veraniega disfrutó de volver a su hogar con los suyos: "Cuando volví de mis vacaciones, todo estaba en su sitio. O casi. El verano seguía su curso y ahora ya comienza a dar sus últimos coletazos. Llegué y vi que están los que estaban, pero los quiero más. Quizá, el estar lejos unos días, te hace valorar con fuerza lo que no conocías y también lo que tenías antes de irte".

[Así es la gran casa de Marisa Martín-Blázquez: en plena naturaleza, rústica y con el toque de su hijo arquitecto]

Del mismo modo, Marisa hace hincapié en cómo son necesarios los cambios y cómo todo vuelve a la normalidad: "Este ha sido un verano de contrastes; de calores extremos y de lluvias torrenciales. La Naturaleza se defiende de nuestros ataques y nos avisa de que sin ella no sobreviviremos, pero seguimos sin hacerle demasiado caso. Cuando llegué a mi rutina todo seguía oliendo a casa. Y a hogar".

Nicolás Montero ha visitado a sus padres en Madrid tras recorrer medio mundo con su novia.

Nicolás Montero ha visitado a sus padres en Madrid tras recorrer medio mundo con su novia. Instagram

Precisamente allí, en su casa, estaba esperándola su querido Nicolás, que además de estar con la familia ha hecho planes por la capital estos días, mientras su mascota, un bull terrier, está disfrutando de cada rincón de la gran vivienda de sus padres. Tequila, que es como se llama el animal, se baña incluso en la piscina del hogar cuando Marisa y su 'nuera' toman el sol por la zona.

Entre los planes que hizo Nicolás durante sus primeros días de estancia en Madrid, uno de ellos fue acudir el pasado domingo, 21 de agosto, al estadio Wanda Metropolitano para ver el partido de su equipo, el Atlético de Madrid, contra el Villarreal. Desafortunadamente el club local perdió, 0 a 2, para tristeza del hijo de los periodistas. Aunque después recuperó la sonrisa con su novia y varios amigos, con los que paseó por El Retiro y se sentó en el césped bajo la gustosa sombra de los árboles, donde se pusieron al día de sus vidas.

Su vuelta a la rutina

En la mayoría de casos, cuando se acerca septiembre, muchos españoles no solo retoman su trabajo, sino también su rutina de entrenamientos tras un verano descansando y disfrutando de los manjares estivales. Sin embargo, esto último no le pasa a Martín-Blázquez porque ella no descuida sus sesiones de ejercicios en todo el año.

No obstante, en agosto se lo toma todo más relajadamente y sí que nota la vuelta a la rutina porque su personal trainer se pone más exigente. Así lo ha desvelado la propia periodista con una anécdota que le ha ocurrido esta semana en el gimnasio: "De cuando estás haciendo hip thrust y viene tu entrenador, Moisés Benavente Miana, –un tipo grande y muy fuerte– y te 'echa una manita' con la sana intención de que tus glúteos se pongan bien fuertes", cuenta en su último post de Instagram.

Gracias a estos duros entrenamientos la colaboradora de El programa de Ana Rosa muestra una silueta muy esbelta, con brazos y piernas bien tonificados. Martín-Blázquez cuida su cuerpo y lo mima con una buena alimentación y buenos hábitos, pero sobre todo con una gran disciplina en lo que a ejercicio físico se refiere.

Cuando Marisa no está en los platós de Mediaset o recabando información, acude a su gimnasio de referencia donde se entrena con su personal trainer. La periodista se deja ver a menudo en las instalaciones de Yoofit Boutique Gym Experience, situado en la planta ático de la Estación de Chamartín, en Madrid. Ese es su refugio contra el estrés.