Soy psicóloga y estas frases son las que deberías evitar en las cenas de Navidad españolas para no discutir

¿Sabías que las consultas psicológicas tienden a aumentar en España cada año en fechas navideñas? Uno de los principales picos del año para las consultas psicológicas que tiene mucho que ver con los reencuentros familiares, pero sobre todo con esas (a veces) temidas reuniones familiares y cenas de Navidad.

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Un auténtico cóctel Molotov en la que los problemas, las envidias, celos, discusiones políticas o cualquier pequeña chispa con el típico cuñado gracioso o suegros demasiado intensos, puede acabar por hacer estallar el que debería ser el momento más feliz del año y todo ello, acrecentado con el principal combustible: las copas navideñas.

Un momento de reuniones familiares, que puede sacar a relucir fácilmente cualquier conflicto o discusión estropeando ese momento único de celebración. Si temes que este año tus cenas de Navidad acaben por parecerse más a un conflicto bélico que a una reunión entre familiares, esta vez hemos fichado los consejos y concretamente las frases que nunca deberían decirse en estas cenas según una experta psicóloga y socióloga francesa.

Las cinco frases a evitar en las cenas de Navidad si no quieres discutir

Dominique Picard a través de su libro 'Politesse, savoir-vivre et relations sociales' (Cortesía, buen vivir y relaciones sociales), ha desvelado cuáles son esas frases conflictivas que no deberían salir a relucir en ninguna reunión, comida o cena con familiares y que te aconsejamos tener en cuenta esta Navidad. Toma nota.

"Está bien, pero falta..."

Cuando se trata de comentarios sobre la comida, lo mejor es ser siempre cuidadoso. ¿La razón? Lo más probable es que estos se interpreten como una crítica directa a la persona que ha pasado horas preparando la comida. Así que en ese día especial, dejaremos de lado nuestro papel de jueces de Top Chef y evitaremos expresar preferencias culinarias, ya que eso se considera de mal gusto en una cena, según señala Dominique Picard.

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Por otro lado, es común elogiar al cocinero por la calidad de la comida. "A menudo, la persona que prepara la comida es quien más se identifica con el espíritu navideño, y por lo tanto, merece un reconocimiento especial", comenta la psicosocióloga.

En resumen, expresar agradecimiento por la comida y el esfuerzo dedicado crea un ambiente de intercambio y gratitud. Sin embargo, es importante no exagerar ni mostrar satisfacción de manera grosera.

"¿No has ganado un poco de peso desde el año pasado?" 

Según la psicosocióloga, quienes mejor conocen los detalles físicos de cada uno son ellos mismos, así que no sirve de nada decirlos o anunciarlos delante de nadie y menos en la familia. Recalca también la importancia de evitar comentarios negativos o preguntas intrusivas sobre temas sensibles.

"Debemos respetar la sensibilidad personal de cada uno y evitar situaciones incómodas o humillantes", advierte Dominique Picard. Ignorar esto puede provocar una reacción violenta, así que es mejor ser prudente.

"¿Has visto las últimas noticias?" 

Aunque las noticias suelen ser un tema candente en nuestras conversaciones diarias, la comida navideña no es el lugar adecuado para enumerar todos los problemas del mundo, según la psicosocióloga.

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Temas controvertidos pueden generar tensiones o tristeza, lo cual va en contra del espíritu navideño. En lugar de entrar en discusiones, deja hablar a quienes deseen expresar sus opiniones y, si es necesario, desviar la conversación hacia temas más positivos no lo dudes.

"Deberías seguir el ejemplo de tu hermano"

Aunque los padres tienden a comparar a sus hijos, estas comparaciones pueden ser odiosas, tóxicas y crear rivalidades. Según Dominique Picard, no se debe infantilizar a los hijos y se deben evitar mencionar situaciones pasadas o etiquetas no sanadas.

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Evitar burlarse de errores del pasado y no menospreciar las opiniones de los más jóvenes es clave para mantener un buen ambiente.

"¿Te importa si voy a ver televisión?" 

En Navidad, es importante jugar "en buena familia". Esto implica participar en la conversación, evitar comportamientos que indiquen aburrimiento y no distraerse con el teléfono. La celebración permite a cada miembro mostrar alegría y presencia, fortaleciendo los lazos familiares.

Aunque pueda ser difícil para algunos, lo mejor es hacer el esfuerzo de permanecer hasta el final de la cena para disfrutar de ese ambiente en familia y no molestar a nadie. Si resulta demasiado difícil, siempre está el famoso comodín de manifestar cansancio después del postre. Una forma de retirarse de cena al final de la noche, pero de una manera más sutil.