Cómo saber si necesito ir al psicólogo: las claves para pedir ayuda y romper con "el estigma"

“Si a ti se te rompe la caldera de tu casa, no dudas ni un segundo en llamar al seguro, o si se te estropea el coche, llamas a la grúa, o si te caes por la calle, llamas a una ambulancia si te has roto una pierna”, cuenta a ENCLAVE ODS de EL ESPAÑOL la podcaster Beatriz Cepeda, más conocida como Perra de Satán, en una entrevista. Sin embargo, “¿por qué cuando tú notas un crack en la cabeza dudas no solo un segundo, sino durante años, en hacer esa llamada?”.

Ella y su compañero de pódcast Enrique Aparicio (Esnórquel) saben bien lo que es eso: "Somos dos personas que necesitaron ayuda profesional para lidiar con su mente y tardaron demasiados años en pedirla", escriben en su libro conjunto ¿Puedo hablar de mi salud mental! (Aguilar, 2023). 

Ellos llevan años hablando sin tapujos en su programa, ¿Puedo hablar!, sobre su ansiedad, su depresión y sus trastornos de conducta alimentaria (TCA). Pero reconocen que ni fue sencillo empezar a hacerlo, ni dar el paso definitivo, ese que implica coger el listín telefónico y marcar un número que hace temblar a todos los primerizos. 

Son Aparicio y Cepeda los que, en su propio libro —y desgranado, aquí y allá, en los episodios de su pódcast— dan las claves para saber si necesitas (o no) pedir ayuda a un profesional de la salud mental. Eso sí, recuerda Cepeda en su entrevista en EL ESPAÑOL, el primer paso para pedir ayuda es desestigmatizarla.

"La psicología en nuestro país todavía carga con el peso del estigma, el miedo a que nos tomen por locos, el miedo a que nos discriminen por ir al psicólogo", explica. Ese, recuerda, es lo que "realmente nos está frenando".

Y alerta: "Nuestra salud es muchísimo más importante que el estigma o el miedo al que dirán, no podemos permitir que nos frene".

¿Tengo que ir al psicólogo?

"¿Cómo sé si estoy cucú?", se preguntan Cepeda y Aparicio en el libro. Ellos mismos contestan de la manera más clara posible: "Si te lo preguntas, lo más probable es que lo estés". Y añaden: "Con los tiempos que corren… lo raro es no estarlo". 

Y es que según el último informe sobre La situación de la salud mental en España, elaborado por la Confederación Salud Mental España y la Fundación Mutua Madrileña, el 22,8% de la población española tiene "experiencia propia
en salud mental". Además, el 18,9% consume psicofármacos y un 26,2% acude a un profesional. 

Por tanto, no es tan raro pedir ayuda profesional. Pero, claro, el quid de la cuestión están en saber si ha llegado ese momento, si hay que coger el teléfono y acudir a una consulta. "Quienes no se sienten mal, simplemente no se lo plantea", escriben Cepeda y Aparicio. 

La clave estaría en comparar esa necesidad con cualquier otra dolencia. ¿Cómo saber si tienes que ir al fisio, al médico de cabecera o a urgencias? Si duele, si no te aguantas, si hay dolor físico, se acude al especialista de turno. Pues si hay 'dolor mental', se visita al terapeuta. Así de sencillo, dicen ambos. 

Cepeda y Aparicio también recuerdan en su libro algo esencial: "La terapia psicológica sirve para lidiar con patologías graves, pero también con dolores más livianos". Por eso, aconsejan, "no hay que esperar a estar hundido para solicitar ayuda". 

Un psicólogo no es lo mismo que un 'coach'

La psicología es una ciencia de la rama de la salud. Los psicólogos son terapeutas formados, que han tenido que estudiar una carrera y colegiarse para desempeñar su trabajo. Sin embargo, cada vez son más las personas que buscan ayuda en los conocidos como coach, que no tienen que pasar por tantos requisitos para ejercer su profesión y, por lo tanto, no desempeñan el mismo trabajo.

El coaching, recuerdan Aparicio y Cepeda, es una metodología que se basa en teorías y técnicas psicológicas. Pero este, a diferencia de la psicología, está más centrado en ayudar con un único objetivo en mente: aprobar unas oposiciones o perder el miedo a hablar en público. 

La psicología, en cambio, "abarca un campo mucho mayor, incluido el del coach". Esta rama de la ciencia, además, está regulada por la ley.