Las personas están evitando escuchar música en español o transportarse en camionetas de trabajo.

Las personas están evitando escuchar música en español o transportarse en camionetas de trabajo. Gonzalo Höhr Acción contra el hambre

Estados Unidos

La nueva estrategia que está aplicando la comunidad migrante en Florida para evitar sospechas del ICE

Desde evitar escuchar música regional hasta transportarse con ciudadanos estadounidenses son solo algunas de las estrategias de inmigrantes en Florida.

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En medio de un clima cada vez más hostil para los inmigrantes en Florida, miembros de la comunidad migrante están adoptando estrategias discretas pero efectivas para reducir los riesgos de ser detenidos por autoridades migratorias. Desde evitar banderas extranjeras hasta cambiar la música del auto, estas prácticas buscan sortear un entorno donde incluso conducir puede representar una amenaza. Las medidas reflejan el temor creciente frente a las políticas estatales que han ampliado el margen de actuación de ICE y otras agencias de control migratorio.

Nuevas reglas no escritas para sobrevivir en Florida

La periodista Jasmine Garsd, de NPR, documentó cómo en la ciudad de Tampa, familias migrantes se congregan a las afueras de iglesias sin atreverse a conducir de regreso a casa. En lugar de eso, esperan que ciudadanos estadounidenses de confianza los transporten.

La razón, según cuentan, es el miedo constante a los retenes viales implementados por la Patrulla de Caminos de Florida, ahora autorizada a detener conductores por su estatus migratorio.

Ashley Ambrocio, joven ciudadana estadounidense e hija de un pastor deportado recientemente tras vivir tres décadas en el país, comparte lo que ella llama reglas de supervivencia. La primera: no llevar banderas extranjeras, anuncios en español ni pegatinas visibles. La segunda: viajar solo con personas que tengan estatus legal. Y la tercera: nada de música en español, "mejor música country", aconseja, para evitar llamar la atención.

Otras reglas mencionadas por feligreses incluyen evitar camionetas blancas de carga, frecuentemente asociadas a trabajadores migrantes, y no usar uniforme ni gorras que indiquen el oficio que se desempeña. La idea es pasar desapercibido, camuflarse en la rutina cotidiana para no ser blanco de detenciones.

Un clima de miedo que paraliza la vida cotidiana

La misma fuente de NPR recoge los testimonios de personas como María, dueña de una empresa de construcción, quien lamenta que el temor ha paralizado proyectos enteros. "Más de 30 personas no se presentaron", mencionó, tras recibir la llamada de una de sus obras. Aunque muchos no tienen órdenes de deportación activas, prefieren aislarse y dejar de trabajar antes que arriesgarse a una detención que podría terminar en una separación familiar definitiva.

Las políticas actuales de Florida, como la Ley SB 1718 que penaliza el transporte de migrantes sin papeles y exige a empleadores verificar el estatus migratorio de sus trabajadores, han intensificado esta sensación de persecución. Según expertos, esto está provocando un efecto dominó: escasez de mano de obra, cancelación de proyectos y temor generalizado.

Repercusiones en la movilidad y la economía

Adam Isaacson, del Washington Office on Latin America (WOLA), explicó a NPR que la administración Trump busca normalizar la vigilancia migratoria más allá de las fronteras. “Es un objetivo claro: extender el control migratorio a todo el país”, señala. Estima que más de 100 mil funcionarios, entre agentes federales, militares y policías locales, están ahora vinculados directa o indirectamente a tareas de control migratorio.

Isaacson también advierte que esta vigilancia está restringiendo la movilidad de comunidades enteras, afectando no solo su libertad personal, sino también la economía local y nacional. “Si la gente no puede trabajar ni comprar, eso drena el dinero de la economía”, afirma.