A Virxe da Rocha, la estatua de la libertad gallega que se alza frente al mar en Baiona
La naturaleza, el ecoturismo y la historia son tres de los grandes pilares turísticos de la localidad pontevedresa de Baiona, elegida el pasado año como el segundo mejor "destino sostenible" del mundo y conocida además por ser la primera villa que tuvo noticias del descubrimiento de América allá por el año 1493. De hecho, se trata de un momento histórico que es recordado cada mes de marzo en la famosa y multitudinaria Festa da Arribada de Baiona. Cabe destacar asimismo que este municipio situado al sur de las Rías Baixas y perteneciente a la comarca de Vigo es uno de los destinos más bonitos y visitados de toda Galicia.
Lo cierto es que de entre la multitud de atractivos turísticos que presenta esta villa marinera gallega, uno de los símbolos más representativos de Baiona se localiza en lo alto del Monte de San Roque (también llamado monte Sansón), a unos 100 metros sobre el nivel del mar. Hablamos de una monumental escultura pétrea conocida como A Vixe da Rocha y cuya primera piedra fue colocada un 18 de septiembre de 1910. La figura en cuestión conforma una representación de la Virgen María que se alza hasta los 15 metros de altura y que oculta en su parte superior un mirador espectacular con vistas al océano Atlántico, las islas Cíes y el trazado costero de la propia localidad. Muchos comparan el semblante de la Virxe da Rocha con el de la Estatua de la Libertad de Nueva York, aunque en el caso del monumento gallego el origen de su historia pasaba por servir de punto de referencia a los navegantes más próximos a estas costas del sur de Galicia. De hecho, así lo refleja también un refrán popular cantado antaño por las gentes del mar: “Cando a Rocha pon capelo ―en referencia a la niebla―, ten coidado, mariñeiro”.
La historia de la Virxe da Rocha en Baiona
Hace más de un siglo que la primera piedra de la Virxe da Rocha fue colocada sobre el monte de San Roque en Baiona. Sin embargo, aquel memorable 18 de septiembre de 1910 la primera roca no fue el único elemento depositado sobre la ladera de esta montaña sino que también dejaron en ella una pequeña caja de cinc con dos monedas de oro, dos de plata y dos de bronce así como una copia del acta de tal acontecimiento. Con el objetivo de recaudar fondos para la construcción de este emblema de Baiona, la filántropa Mercedes de la Escalera organizó en su día varias colectas por subscripción popular así como también una representación de la obra La Virgen de la Rocha: Apróposito lírico. La obra artística en cuestión contaba con la letra del periodista y escritor bayonés Xosé María Barreira y con la música del sacerdote Ángel Rodulfo. Pese a todo, las dificultades económicas de la época hicieron que los trabajos de construcción del monumento-mirador fueran muy lentos, no pudiendo inaugurar la obra hasta el 14 de septiembre de 1930.
La estructura de la Virxe da Rocha destaca en el horizonte por su ingente tamaño: 15 metros de altura cuya talla en piedra fue diseñada por el reputado arquitecto porriñés Antonio Palacios. Por otra parte, es importante señalar que la cara y las manos de la figura están elaboradas en mármol blanco por el escultor madrileño Ángel García Díaz, un colaborador habitual de Palacios durante la época. De la escultura también podemos destacar una corona de porcelana rodeada por un nimbo de azulejos de piedra que descansa sobre los hombres de la figura, mientras que en el interior de la misma llama la atención la presencia de una escalera de caracol de piedra ―en sus orígenes de madera y hierro― obra del cantero local Angelito Vernet. Dichas escaleras permiten a los visitantes acceder al interior de la escultura y ascender hasta el barco que sostiene la Virgen en su mano derecha, un singular mirador con unas vistas privilegiadas sobre el mar.
Una romería y un punto de encuentro
En las proximidades al monumento de la Virxe da Rocha se construyó varias décadas más tarde un parque recreativo bautizado como "Mercedes de la Escalera" en honor a aquella mujer que tanto había hecho en su día para que el monumento pudiese ser terminado. El parque en cuestión abarca una gran superficie de terreno, dotado de viacrucis, y restaurado en 2014 con bancos y mesas de piedra. Desde sus orígenes este enclave sobre la villa de Baiona se ha convertido en todo un punto de encuentro para vecinos y visitantes, un lugar donde además se celebra el último fin de semana de agosto la romería popular dedicada a la Virgen. Se trata de uno de los festejos más importantes de la localidad, que reúne cada verano a cientos personas alrededor de una tradicional comida campestre en la que nunca falta el vino, el pan de millo y las sardinas.
