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Tras la pista del Colón gallego: 4 lugares vinculados al explorador en las Rías Baixas

Las localidades de Baiona, Pontevedra, Poio y Soutomaior albergan parte de la historia del descubridor de América, desde la casa-museo del navegante a la réplica de su Carabela Pinta
Estatua de Cristobal Colón (Shutterstock)
Estatua de Cristobal Colón (Shutterstock)
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Un 12 de octubre de 1492 quedaba retratado para la posteridad uno de los mayores hitos de los últimos tiempos: el descubrimiento de América. Tal hazaña se le atribuye al navegante Cristóbal Colón, quizás, ¿el gallego que conquistó el Nuevo Mundo?. Aunque sus orígenes siguen siendo controvertidos y discutidos a día de hoy, varias teorías sostienen que el explorador habría nacido en Galicia. 

De hecho, una de las hipótesis que más adeptos ha ganado en los últimos años asegura que Colón y Pedro Madruga ―una de las figuras más importantes del medievo gallego― serían la misma persona. En unos meses se sabrá si esto es cierto o no, ya que un análisis de ADN sobre sus restos en Sevilla busca cerrar el eterno debate sobre las raíces del Almirante. Mientras no llega el momento, os proponemos un recorrido por algunos de los lugares en los que la figura del Colón gallego ha ido dejando su rastro, y de ese modo poder conocer un poco más sobre este personaje clave en la historia mundial.

Baiona y su Carabela Pinta

Museo de la Carabela Pinta, Baiona. Foto: Turismo Rías Baixas

Uno de los mayores exponentes de Cristóbal Colón en las Rías Baixas lo encontramos en Baiona, lugar en el que se localiza una impresionante réplica de la Carabela Pinta ―tal y como arribó al puerto en 1493― convertida en museo. El espacio acoge una muestra permanente con elementos de la época colombina, desde la cultura cristiana a la indígena taína, con figuras de la tripulación y los propios indígenas americanos. 

Más allá de estas representaciones, los visitantes podrán recorrer la embarcación mientras descubren una parte importante de la historia marítima de esta villa marinera a través de paneles interactivos, juegos y reproducciones de metales, alimentos, plantas e incluso animales que fueron transportados siglos atrás. Además, la localidad cuenta con un festejo popular declarado de Interés Turístico Internacional: A Festa da Arribada que cada primer fin de semana de marzo conmemora la llegada de la Carabela Pinta a Baiona.

Pontevedra, la basílica y el monumento

Basílica de Santa María a Maior, Pontevedra. Foto: Wikipedia

Situada sobre un promontorio con vistas al río Lérez, la Basílica de Santa María a Maior conforma una auténtica reliquia histórica para la Boa Vila. El edificio fue construido por el gremio de mareantes durante la primera mitad del siglo XVI, y se situaría en un estilo gótico tardío. A lo largo y ancho de sus muros de piedra también podremos encontrar retazos de la historia del Colón gallego. En la fachada de la iglesia, bajo el rosetón, destacan unos bustos que, según se creen, fueron esculpidos a semejanza de Cristóbal Colón y Hernán Cortés. Pero este no es el único rastro del navegante en la basílica, sino que en su interior, en el primer altar, una inscripción señala que este habría sido levantado por esta rama familiar: "Os do cerco de Joao Neto e de Joao de Colón faceron esta capilla".

 En pleno centro neurálgico de Pontevedra, la Alameda y los jardines de Vicente esconden otra pista vinculada al Colón gallego. Aquí se encuentra un monumento dedicado a la figura del explorador, elaborado por Juan Sanmartín y Senra en el año 1892. Durante los primeros años, la estatua estaba situada en el famoso Pazo de Lourizán, pero en 1959 el ayuntamiento decidió añadir su figura al catálogo de navegantes de renombre ―como el contralmirante Ménde Núñez o Paio Gómez Chariño―que ocupan este pulmón verde de la ciudad.

Poio, la Casa Museo y el bosque de secuoyas

Casa Museo de Colón, Poio. Foto: Turismo de Galicia

En el municipio de Poio, la historia cobra vida entre las paredes de la Casa Museo de Cristóbal Colón, situada en el supuesto lugar de origen del explorador. Este moderno edificio ―remodelado por el arquitecto pontevedrés Enrique Barreiro― acoge en su interior una exposición permanente dedicada a la hipótesis del nacimiento del personaje en la localidad pontevedresa. Pantallas, maquetas, escritos de la época, bibliografía y vídeos (entre ellos la película de 1925: Pontevedra, cuna de Colón) componen el grueso de material interactivo del museo. Una de las piezas más destacadas del espacio es una réplica de 1892 de la carta náutica de Juan de la Cosa fechada en 1500. 

A día de hoy todavía se conservan numerosos documentos originales que confirman la presencia en dicha casa de una familia de navegantes apellidada Colón. A las puertas de la misma se alzaba hace años un cruceiro cuya inscripción también rezaba "Juan Colón R, 1490". Y muy cerca de este terreno, la huerta y heredad de Andurique se encontraba registrada en 1519 como propiedad de un tal Juan Colón (y su mujer, Constanza de Colón), que según se cree, sería el bisnieto de la primera rama familiar establecida en España y Galicia hacia el año 1380.

Bosque de Colón, Poio. Foto: Thalia García

Más allá del espacio museístico, otra zona de Poio se encuentra vinculada de manera directa con el navegante: el bosque de Colón, un pedacito de América escondido en la localidad. Esta singular arboleada empezó a crecer en 1992, tras un acto conmemorativo por el quinientos aniversario del descubrimiento de América. Por aquel entonces, el gobierno de Estados Unidos decidió regalar 500 ejemplares de secuoya roja al municipio de Poio. El escritor y profesor John H. McErloy fue el impulsor de esta iniciativa que simboliza la unión entre ambos continentes

Soutomaior y su castillo medieval

Vista aérea del castillo. Foto: Castillo de Soutomaior

De entre las las teorías existentes sobre el origen del Colón gallego, una de las más debatidas nos traslada hasta el famoso Castillo de Soutomaior, muy próximo a las localidades de Vigo y Redondela. Entre los muros de esta fortaleza llegaron a habitar personajes tan destacados como María Vinyals, escritora, articulista y pionera en la defensa del papel de las mujeres entre finales del XIX y principios del XX. Pero sin lugar a dudas, uno de los personajes más relevantes fue Pedro Madruga (Pedro Álvarez de Soutomaior), un importante caballero feudal de la Galicia de la Baja Edad Media al que varios estudios señalan como el verdadero Cristóbal Colón.

Uno de los primeros investigadores en relacionar a Madruga con el descubridor de América fue Alfonso Philippot, el historiador vigués había seguido las tesis previas escritas por Celso García de la Riega en torno a la raíz gallega del explorador. Durante el reinado de Enrique IV (1455-1474), Pedro Madruga se benefició del favor y debilidad de la corona para incrementar sus propiedades, entre las cuales se encontraba el castillo de Soutomaior. Tiempo después, la historia ―y también su vástago― se pondría en su contra. Cuando se encontraba en Portugal, el noble es traicionado por su hijo, que fiel a los Reyes Católicos termina por arrebatarle el dominio de la fortaleza. 

Visita teatralizada. Foto: Castillo de Soutomaior

En la actualidad, el espacio cuenta con amplias zonas de jardín, un entorno musealizado, exposiciones temporales, visitas guiadas y otras actividades para dar a conocer la historia del castillo y sus habitantes. La entrada general tiene un precio de 5 euros por persona, mientras que con visita guiada puede subir hasta los 7,50 euros. Sin embargo, existen tarifas reducidas para familias numerosas, titulares del Carné Xove,  grupos de más de 10 personas o mayores de 65 años.

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