Imagen de Adrián Díaz y una imagen generada por IA de una persona pidiendo limosna.

Imagen de Adrián Díaz y una imagen generada por IA de una persona pidiendo limosna. Gemini

Sociedad

Adrián Díaz (45), empresario español en China: "Para los chinos, si pides limosna en la calle, es porque te lo mereces"

El emprendedor explicó la manera que percibe la sociedad china a la pobreza y por qué allí es raro ver a gente mendigar en las calles.

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Las claves

Adrián Díaz, empresario español en China, destaca las diferencias culturales en la percepción de la pobreza entre España y China.

En China, pedir limosna en la calle es socialmente rechazado; se considera que solo lo hacen quienes realmente no pueden trabajar por razones médicas.

Según Díaz, en barrios normales de ciudades chinas no se ve gente pidiendo limosna, a diferencia de lo que ocurre en ciudades españolas.

China afirma haber erradicado la pobreza extrema y mantiene una tasa de desempleo muy baja, por lo que la falta de trabajadores es un problema más común que la falta de empleo.

Cada país opera de manera distinta según sus creencias y valores culturales, y en muchos casos estas diferencias son notables entre naciones. Por ejemplo, lo que se considera normal en España puede interpretarse de forma completamente distinta en China.

En cuanto a la pobreza, los conceptos y percepciones varían significativamente. El empresario Adrián Díaz estuvo en Herrera en COPE para explicar cómo es la cultura china en la actualidad.

Durante la entrevista, fue muy sincero al relatar cómo se percibe a las personas que piden limosna en las calles, comparando esa visión con la que se tiene en España.

La pobreza en China

Según los datos de Eurostat, se calcula que en nuestro país el pasado año el porcentaje de población española en riesgo de pobreza o exclusión social era del 25,8%, es decir un equivalente a cerca de 12,5 millones de personas.

En comparación con la media europea, España se encuentra por encima del 21%. Sin embargo, si se miran las cifras del año anterior, el nivel nacional ha descendido en un 0,7 puntos porcentuales.

Por otro lado, China en 2020 aseguró haber erradicado la pobreza extrema mientras que de acuerdo con el Banco Mundial, el porcentaje de pobreza era del 0,4%. Teniendo en cuenta que la población china es de 1.409 millones de personas, por lo que el porcentaje se ajustaría a 5,6 millones de personas.

Comparando cifras de ambos países, España tiene más personas en riesgo de pobreza aún teniendo una población mucho menor. Y es que eso se puede ver solo en las calles dado que en el país asiático no se suele ver a personas pidiendo limosna, en contraposición con lo que se vive en las grandes ciudades españolas.

Ha sido Adrián Díaz, un empresario español residente en China, que se ha encargado de contar esta realidad.

"Porque, si tú estás en la calle pidiendo, es porque “te lo mereces”. De hecho, no hay personas pidiendo en la calle. Cuando digo “te lo mereces”, obviamente estoy trasladando lo que piensa un chino, no lo que pienso yo", señalaba Díaz.

El empresario explicó que a veces gente que va a China le dice que sí llegan a ver personas pidiendo dinero, pero su respuesta es clara: "Eso es que específicamente van a estar donde están los turistas, porque saben que los turistas sí dan limosna. En un barrio normal de una ciudad media china jamás vas a encontrar a alguien en la calle".

Al parecer la población rechaza plenamente pedir limosna y solo se aplica a casos en los que son personas que no pueden trabajar por motivos médicos, en parte por su sistema sanitario.

"Salvo casos de personas con problemas médicos —alguien que ha perdido los brazos, por ejemplo— porque ahí sí hay solidaridad. Justamente, como la sanidad es de pago, uno sabe que no va a poder trabajar si tiene alguna condición médica, y ahí sí existe esa solidaridad", apuntó.

Por tanto, si alguien está "en edad de trabajar" y "en plenas capacidades", el empresario defiende que allí "no existe 'el mercado de la limosna'".

"Nadie daría dinero; por tanto, no hay nadie pidiendo, porque sabe que va a acabar el día como empezó y buscará una manera mejor de ganarse la vida", afirmó.

De tal manera, el gran problema en China no es que falten trabajos sino trabajadores: "Con una tasa de desempleo real negativa —faltan trabajadores en China—, nadie que tenga su cuerpo preparado para trabajar tiene sentido que no lo haga. Y, si no lo hace, es porque se puede permitir no trabajar y, en ese caso, es un privilegiado".