Roberto, 65 años, jubilado en España.

Roberto, 65 años, jubilado en España. E.E.

Sociedad

Roberto, 65 años, jubilado en España: "Vendí la nuda propiedad de mi piso y gano 900 euros extra al mes"

Cada vez más jubilados usan su vivienda para obtener liquidez. Roberto ha encontrado una forma de mejorar su pensión sin renunciar a su casa.

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Las claves

Roberto, un jubilado sevillano de 65 años, vende la nuda propiedad de su piso y obtiene 900 euros extra al mes sin abandonar su vivienda.

La venta de la nuda propiedad se está consolidando entre los mayores en España, creciendo un 80% desde 2020, como alternativa para conseguir liquidez y mejorar la calidad de vida en la jubilación.

Esta fórmula permite a los propietarios seguir viviendo en su casa mientras obtienen un ingreso adicional, priorizando su bienestar sobre dejar una herencia.

Los compradores suelen ser particulares de 45 a 60 años con nivel económico medio-alto que buscan viviendas bien ubicadas, con descuentos de hasta el 60% respecto al valor total.

Tener una vivienda tiene como finalidad proporcionar una vida agradable y cómoda, lo que hace que sea "un error valorar en exceso un resultado exclusivamente decorativo", tal y como afirma Roberto.

A sus 65 años, este sevillano ha decidido poner a trabajar su vivienda para que cada mes le reporte unos ingresos extras, con los que puede completar una pensión de jubilación que califica como "buena, pero limitada".

Gracias a ello, ahora puede disfrutar de una vida más cómoda: "Ahora tengo prácticamente dos pensiones y puedo vivir como cuando trabajaba. Que no es una vida de grandes lujos, pero sí me permite no renunciar a viajes o a planes con amigos, que quiero seguir haciendo porque yo me veo bien, joven y soy muy activo. Me gusta hacer muchas cosas".

Lo ha conseguido a través de la venta de la nuda propiedad de su casa para poder obtener liquidez y vivir mejor sin abandonar su hogar, siendo una práctica cada vez más extendida entre jubilados que priorizan su seguridad y calidad de vida por encima de la herencia.

Fórmulas para vivir mejor tras la jubilación

Roberto confirma con su postura el giro que se ha dado entre los jubilados, pues según el V Barómetro del Consumidor Sénior de la Fundación Mapfre, desvela que solo un 34% de los mayores de 65 años da prioridad a dejar la casa en herencia, seis puntos menos que en la anterior edición.

De hecho, un 35% de ellos desharía obtener un mayor rendimiento de su vivienda y un 26% estaría dispuesto a venderla o hipotecarla siempre y cuando le permitiese poder usarla de forma vitalicia. Ante este cambio de pensamiento, hay varias fórmulas a las que recurrir.

Hay quienes optan por transferir la propiedad en vida, como la nuda propiedad, las rentas vitalicias inmobiliarias o la vivienda inversa, mientras que otros la conservan con la hipoteca inversa o el anticipo de alquileres.

Roberto es uno de esos mayores que ha decidido apostar por la nuda propiedad, de manera que ha vendido su casa y se ha reservado el usufructo. Cada vez se encuentran más viviendas en los portales de compraventa.

El volumen de operaciones de nuda propiedad ha aumentado un 80% desde el año 2020, consolidando una tendencia que responde tanto a factores demográficos como económicos.

La nuda propiedad crece en España

La demanda de la nuda propiedad ha crecido de manera progresiva a lo largo de los últimos años, impulsada por el envejecimiento de la población, que busca liquidez sin renunciar al hogar. A ello se suma un contexto de elevada regulación del alquiler, lo que conlleva compras con menos conflictos jurídicos y un enfoque pensado en el largo plazo.

La venta de la nuda propiedad es, por lo tanto, una opción a tener en cuenta, pero puede no ser la mejor opción para todo el mundo. En el caso de Roberto, un jubilado con una vivienda en propiedad, sin herederos ni intención de abandonar su hogar, sí que es una alternativa interesante.

El propio jubilado asegura que esta opción le permite planificar su vejez con mayor seguridad y más opciones: "Por ejemplo, si llego a necesitar cuidados o entrar en una residencia, puedo alquilar mi casa y tendría un tercer ingreso para costearlo."

En su caso en particular, haber vendido la nuda propiedad le ha permitido mejorar tanto su presente como su futuro. En la misma línea se pronuncian otros jubilados en una situación similar y que también se plantea esta posibilidad, sobre todo, ante la incertidumbre de las pensiones.

Por su parte, los compradores de estas viviendas suelen ser particulares de entre 45 y 60 años con un nivel económico medio-alto que buscan la compra de una vivienda bien ubicada, con un descuento que puede ser más o menos significativo en función de la edad de los usufructuarios.

Se trata de un perfil de comprador prudente, patrimonialista y poco expuesto al riesgo regulatorio del alquiler, buscando en muchos casos asegurar un piso para el futuro de sus hijos, o simplemente para diversificar su patrimonio.

Los expertos indican que la adquisición de la nuda propietaria supone poder encontrar interesantes oportunidades con descuentos de entre el 30% y el 60% del valor total, que de otra forma serían inalcanzables con esa inversión inicial.

A ello se suma la rentabilidad, que en este caso no depende del alquiler ni de la gestión, sino de dos variables, como son la revalorización natural del inmueble y la consolidación automática del pleno dominio con la extinción del usufructo.

Las dudas sobre la nuda propiedad

Aunque tiene las ventajas mencionadas, la fórmula de la nuda propiedad puede generar algunas dudas entre los implicados, como la comprensión plena del vendedor con respecto a la pérdida del pleno dominio, la incierta duración del usufructo, el reparto de los gastos de conservación, y la posible oposición por parte de los herederos, si los hubiese.

Es por ello por lo que hay quienes son reacios a apostar por ella, sobre todo por el hecho de pensar en no dejar una vivienda en herencia a los hijos. En todo caso, es importante conocer que, para el vendedor, la nuda propiedad se traduce en liquidez inmediata.

Esta dependerá de su edad y esperanza de vida, el valor del inmueble y las perspectivas de revalorización de la zona, entre otros factores. Se puede, de esta manera, obtener liquidez sin sacrificar calidad de vida.