Imagen de Julio Ransés y una imagen de la Agencia Tributaria.

Imagen de Julio Ransés y una imagen de la Agencia Tributaria. Europa Press

Sociedad

Julio, inspector de Hacienda: "El impuesto de sucesiones se calcula según lo recibido y los bienes del último año"

Julio Ransés es inspector de la Agencia Tributaria y reveló el funcionamiento del Impuesto de sucesiones en España.

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Las claves

El impuesto de sucesiones en España grava el aumento patrimonial de herederos y varía según la comunidad autónoma.

Julio Ransés, inspector de Hacienda, explica la adición de bienes del último año al calcular el impuesto de sucesiones.

Un caso particular involucra a una anciana que heredó 200.000 euros y enfrentó un impuesto por una retirada de 108.000 euros del causante.

La ley permite evitar el impuesto de sucesiones si se justifica que el dinero retirado no es parte de la herencia.

Hacienda somos todos. O eso dice la frase. Por ello, para homenajear su lema, la Agencia Tributaria está atenta a todas las transacciones y movimientos de dinero, especialmente cuando se habla de herencias.

En estos casos es cuando toma partida el conocido como Impuesto de sucesiones. Un tributo bastante polémico y que suele generar bastantes dudas entre los herederos a la hora de cobrarlo.

Así, el inspector de Hacienda, Julio Ransés se encargó de explicar este impuesto y cómo en ocasiones se puede llegar a cuantificar por cifras más allá de las heredadas.

Sucesiones en España

El impuesto de sucesiones y donaciones en España es un tributo que se aplica a la herencia o donación de bienes y derechos cuando una persona fallece o realiza una transmisión gratuita en vida.

Su objetivo es gravar el aumento patrimonial que obtienen los herederos o beneficiarios, aunque la forma y cuantía de este impuesto varían considerablemente según la comunidad autónoma, ya que cada una tiene competencias para fijar reducciones, bonificaciones y tipos impositivos.

En la práctica, el impuesto de sucesiones ha generado un intenso debate social y político en España. Sus defensores argumentan que es una herramienta de redistribución económica, que contribuye a reducir la concentración de riqueza y a financiar servicios públicos esenciales.

Sin embargo, sus detractores lo consideran un gravamen injusto y desproporcionado, ya que en muchos casos obliga a los herederos a vender parte de los bienes heredados para poder afrontar el pago del impuesto.

Además, puede generar casos realmente extraños. El programa Y Ahora Sonsoles contó con una situación así. Después de fallecer y no tener ni ascendencia y descendencia directa con vida, el patrimonio de un hombre pasó para su tía Dominga, una anciana a la que le llegó este dinero por sorpresa.

Dominga descubrió que había recibido 200.000 euros de herencia con sus respectivos impuestos de sucesiones. Posteriormente recibió una notificación de Hacienda de que el tributo afectaba también a una retirada de dinero de 108.000 euros del causante.

La anciana no entendía dicho tributo ya que no tiene constancia de en qué se gastó el dinero el causante ya que no tenía contacto con él en años y la herencia le sorprendió.

Por ello, el inspector de Hacienda, Julio Ransés se encargó de explicar la situación desde una perspectiva tributaria: "El problema es: ¿qué es lo justo? Lo justo es lo que dice la Ley. El impuesto sobre sucesiones se cuantifica de entrada por lo que nos parece obvio a todos, todo lo que reciba el heredero".

"El artículo 11 se contempla una serie de adiciones, en los cuales se podrán añadir cualquier bien que existiera en el último año", señalaba Ransés. "Con lo cual si tenemos una retirada bancaria anterior a la fecha x y luego no lo hay, debemos cuantificar el impuesto como si se hubiese recibido esa cantidad".

El inspector explicó las razones detrás de este tributo. "Era habitual que una persona que estuviese en el trance de fallecer, sus herederos unos días antes detraían e iban a la cuenta corriente, autorizados, y sacaban cantidades", afirmaba. "Esto se hizo muchas veces".

"Hacienda era imposible que pudiera descubrir nada. Esto perjudicaba a Hacienda y perjudicaba a los legítimos herederos. 100.000 euros es una cantidad muy elevada para gastar en un año".

No obstante, Dominga tiene una excepción bajo la que puede librarse de tener que pagar el impuesto de sucesiones por el dinero que retiró el causante en el año anterior a fallecer.

"La ley contempla una excepción y es que se pueda justificar que ese dinero no está porque no lo hereda la persona", indica Ransés. "Si Dominga puede demostrar que este señor se ha comprado una casa, un coche, ha hecho un viaje...eso es fácilmente acreditable".

La anciana explicó cómo no tiene manera de saber en qué se gastó ese dinero ya que no tenía trato alguno con su sobrino. Por ello, el inspector le respondió que su caso en concreto sería analizado por la Agencia Tributaria para decidir qué procedimiento se tomaría.