Montaje con Javier, gestor y dueño de la churrería, y churros de 'La Artesana'

Montaje con Javier, gestor y dueño de la churrería, y churros de 'La Artesana' YouTube (@AdrianG.Martin)

Sociedad

El dueño de un negocio de churros con 20 años de historia: “Vendemos 400 raciones al día, la rentabilidad es más del 50%”

Magdalena y sus hijos llevan una churrería en Palma de Mallorca en donde no les hace falta clientela, así revelaron cómo es manejar este negocio.

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Las claves

Magdalena, una emprendedora de Palma de Mallorca, fundó hace 21 años una churrería llamada 'La Artesana', motivada por la añoranza de los churros de su natal Granada.

A pesar de las críticas iniciales de su familia, su negocio se ha convertido en popular, vendiendo hasta 400 raciones de churros en un día, con una rentabilidad superior al 50%.

El nieto de Magdalena, Héctor, trabaja en el negocio familiar y destaca la importancia de seguir lo que a uno le hace feliz, en lugar de tratar de ser 'influencer'.

Hace 21 años Magdalena decidió montar su propio negocio: una churrería en Palma de Mallorca motivada por la añoranza de los churros de su provincia natal, Granada.

Así, a pesar de que su familia la consideró una "loca", fundó su churrería 'La Artesana' y a sus 61 años ha visto cómo se ha convertido en un negocio "en alza y súper popular".

De esta forma, Magdalena, su hijo, Javier y su nieto, Héctor, que manejan juntos el negocio, hablaron con el creador de contenido Adrián G. Martín sobre la rentabilidad de un producto tan barato como los churros y la preocupación del relevo generacional.

Media ración por 1,40 euros

El hijo de Magdalena, que trabaja como gestor del establecimiento, señaló que el nivel de venta depende del día de la semana, ya que, por ejemplo, los fines de semana se pueden vender hasta el doble de churros.

"A lo mejor vendemos entre 200 o 300 raciones entre semana y el fin de semana, casi el doble, 400 raciones en un día", calculó Javier.

Javier, hijo de Magdalena.

Javier, hijo de Magdalena. YouTube (@AdrianG.Martin)

No obstante, las raciones de churros son considerablemente baratas, según expuso el creador de contenido, media ración de churros cuesta 1,40 euros, mientras que una ración cuesta 2,60 euros.

Con estos precios, cabe preguntarse realmente si existe un alto nivel de rentabilidad en este negocio. Javier confesó que sí y de hecho es muy alta: "El churro en sí tiene una rentabilidad de un poquito más del 50%".

A modo de contexto, la rentabilidad de un negocio se define por la capacidad de dicha empresa de generar beneficios en relación con lo que ha invertido para poner en marcha el negocio.

Es decir, que mide si las ganancias de una empresa superan los costos y gastos de la misma y le permiten crecer y funcionar a largo plazo.

Magdalena preparando churros

Magdalena preparando churros YouTube (@AdrianG.Martin)

Magdalena contó que en su momento la maquinaria específica para hacer churros costó alrededor de unos 3.000 euros. Ahora bien, haciendo cálculos, esta churrería vendiendo en un día "malo" 200 raciones de churros, cobraría 520 euros.

Si esto se extiende toda la semana, acabarían cobrando alrededor de 3.640 euros, es decir, que en una semana ya se cubrió el gasto de la maquinaria.

El relevo generacional

El nieto de Magdalena, Héctor, lleva 1 año trabajando en la churrería y confesó que "es bastante duro". Además, añadió que es aún más complicado a su edad porque "ves que todos tus amigos salen de fiesta o se van por ahí y tú tienes que decir que no porque tienes que trabajar".

"Pero a mí me gusta estar aquí y estoy con mi familia, con la que estoy muy bien", confesó el joven de 18 años y además añadió que se ve trabajando allí a largo plazo.

Héctor, nieto de Magdalena.

Héctor, nieto de Magdalena. YouTube (@AdrianG.Martin)

Así, se dirigió a los jóvenes que a su edad no saben a qué dedicarse: "Hagan lo que les haga felices, no hagan caso a los demás porque siempre está la familia que te va a decir 'haz tal porque está muy bien pagado y tal', no, yo creo que tú tienes que hacer lo que te hace feliz y te gusta".

Dicho esto, comentó que muchos jóvenes de su edad sueñan con ser 'influencers', pero "la realidad no es así". Comentó que "eso es una población muy pequeña que tiene mucha suerte, para mí hay que trabajar".

Finalmente, recalcó que a través de este trabajo, está construyendo su futuro: "Veo que estoy construyendo mi futuro y me sacrifico ahora para en un par de años ver los beneficios, de comprarme una casa o un coche".

"Si más gente sigue con la ideología de ser 'instagramer' o ser 'tiktoker', esto se va a perder", comentó haciendo referencia a la posible extinción de negocios como el suyo.