Pascual reveló que los materiales también se han encarecido durante los últimos años.

Pascual reveló que los materiales también se han encarecido durante los últimos años.

Sociedad

Un albañil sobre la precariedad de la industria: “Antes ganábamos 4.000, hoy con suerte 1.200”

Pascual reveló que a mucha gente joven no le interesa involucrarse en este oficio.

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Para Pascual, maestro de obra con más de dos décadas de experiencia, la jornada laboral sigue marcada por el esfuerzo físico y las condiciones extremas: frío en invierno, calor intenso en verano y dolores constantes de espalda y rodillas. En un día pueden mover entre 50 y 100 sacos de 25 kilos, pese a que antes eran de 50. Sin embargo, a pesar de la exigencia y del riesgo, su salario mensual ronda los 1.200 euros, muy lejos de los 3.000 o 4.000 que recuerda de épocas anteriores de gran actividad en la construcción.

Un oficio que no deja de envejecer

A través de una entrevista en el canal de YouTube del influencer Adrian G. Martin, Pascual revela que lleva media vida entre ladrillos, yeso y hormigón. Empezó de peón, aprendió mirando y practicando cuando los oficiales iban a comer, y hoy coordina equipos en reformas y chalets.

Lo que más le enorgullece es ver el resultado final: una escalera impecable, un baño bien embaldosado, una casa que “seguirá ahí” cuando él no esté. Pero el orgullo convive con riesgos constantes: trabajos en altura sin barandillas, radiales, compresores, huecos mal protegidos. Un descuido, un disco que salta, y el accidente aparece. A eso se suman dolores crónicos en rodillas y espalda tras pasar el día entre cargas, rodillas en el suelo y golpes de maceta que, en cuestión de segundos, pueden terminar en fracturas.

El oficio también pelea contra la falta de relevo. “A la gente joven no le interesa”, dice. La mayoría de aprendices de hoy no busca pasar años formándose, como antes, cuando un peón se quedaba incluso sin cobrar para aprender el oficio. Pascual recuerda que muchos compañeros empezaron de la mano de sus padres o familiares, y así se transmitía el conocimiento.

Ahora, con seguros costosos y poca disposición de los jóvenes, resulta cada vez más difícil mantener esa cadena de aprendizaje. La consecuencia es clara: faltan yeseros, electricistas y fontaneros de calidad, y muchos empresarios ya no encuentran mano de obra cualificada.

La albañilería: un trabajo que se encarece pero no se hereda

Pascual detalla cómo el costo de los materiales se han duplicado: la teja, que antes costaba 49 céntimos, hoy supera el euro; el hierro, la madera y el cemento han seguido la misma tendencia. Además, la burocracia alarga procesos: licencias que tardan más de un año bloquean proyectos y frenan a empresas pequeñas que no pueden permitirse esperar.

El resultado es que los trabajos grandes recaen en constructoras potentes, mientras las pequeñas sobreviven con reformas y proyectos más modestos.

Sobre dinero, el contraste con el pasado duele. En la época de grandes hoteles y obra nueva “se hacían 3.000 o 4.000 euros” a destajo, embaldosando 30 metros en un día. Hoy, los rangos habituales que menciona el equipo oscilan: peón entre 900 y 1.100 €, oficial de segunda 1.100 a 1.300 €, oficial de primera 1.400 a 1.600 € y encargado 1.600 a 1.800 €; en la práctica mensual, “con suerte 1.200” cuando el trabajo flojea. Pascual lo resume con amargura: el esfuerzo físico es enorme, el riesgo es alto y la recompensa ha perdido brillo.

¿Cuánto gana oficialmente un albañil en España?

De acuerdo con la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE, el sector de la construcción se queda por debajo de la media nacional. Diversas aproximaciones sitúan su retribución media anual alrededor de 25–26 mil euros, evidenciando la brecha respecto al conjunto de la economía.

Estas referencias ayudan a leer el testimonio del oficio frente a la estadística: el promedio nacional sube, pero la obra continúa tensionada por costes, riesgos y márgenes ajustados.