Personas mayores frente al edadismo: una desigualdad invisibilizada
La Fundación ”la Caixa” impulsa acciones para visibilizar y erradicar la discriminación por edad y promover una sociedad más inclusiva y justa con las personas mayores.
En una sociedad que envejece a un ritmo sin precedentes, el edadismo se ha convertido en uno de los principales desafíos para una convivencia justa y respetuosa. Lejos de ser una cuestión marginal, la discriminación por razón de edad derivada del propio lenguaje hace tangible un conjunto de prejuicios y estereotipos que tienen un impacto muy acusado -sobre todo- en las personas mayores. Es una manera de limitar su participación social, pero también de erosionar su autoestima y su dignidad y, en último caso, incluso de repercutir negativamente en su propia salud.
La Fundación ”la Caixa”, a través de su Programa de Personas Mayores, que tiene más de un siglo de trayectoria, ha puesto de manifiesto que combatir el edadismo es clave para mejorar la calidad de vida de estas personas y para construir una sociedad más inclusiva y empática. La institución llama la atención sobre este problema a través de acciones que buscan sensibilizar y visibilizar sobre el asunto e invitar a la reflexión para revisar nuestras actitudes, lenguajes y prácticas que muchas veces, aun de forma inconsciente, perpetúan este tipo de discriminaciones.
Pero atendiendo a un criterio más riguroso, ¿qué es y qué entendemos como edadismo? ¿Cómo lo define un experto, cómo se detecta y -aún más importante-, cómo se combate? La doctora Vânia de la Fuente-Núñez, experta internacional en envejecimiento saludable, es una de las figuras con mayor autoridad en la materia.
Su conocimiento y experiencia son clave, y por eso su colaboración con la Fundación en este campo le confiere un valor añadido tanto a los debates organizados por la entidad en los que se ha abordado el tema. En ellos aporta una visión del edadismo articulada en torno a “tres dimensiones”: “Estereotipos, prejuicios y discriminación. Los estereotipos es nuestra forma de pensar, prejuicio es nuestra forma de sentir y la discriminación, nuestra forma de actuar", explica, reiterando la importancia de abordar cada aspecto de forma individualizada.
Otra de las iniciativas que sirven para aproximarse a este asunto y explorar esas manifestaciones que podemos pasar por alto es el ‘Glosario sobre edadismo’ publicado por la Fundación ”la Caixa”. El documento analiza todas las situaciones en las que se trasluce esta manera de comunicarse. El informe afronta con rigor la recopilación de términos edadistas recopilados sobre el terreno, incluso los más sutiles y aparentemente inocuos, que abarcan desde el uso permanente de diminutivos al referirnos a estas personas, hablar con una entonación exagerada, el abuso de fórmulas paternalistas o una constante infantilización en el trato que enfatiza su teórica vulnerabilidad, entre otras.
De hecho, entre sus conclusiones se alerta sobre esta constante deshumanización a las que son sometidas estas personas, relegándolas mediante las palabras a un rol pasivo y dependiente. En todo ello también se deja entrever una tendencia a la generalización, a considerar a estas personas mayores como un colectivo homogéneo sin tener en cuenta que hablamos de vidas y trayectorias vitales muy diferentes e incluso estilos de vida y costumbres muy distintas también en sus momentos actuales.
Acometer este problema va más allá de una cuestión relacionada con el lenguaje y de las percepciones. Los efectos del edadismo se dejan sentir de una manera real, profunda y directa sobre el bienestar y la salud física y mental de la persona. En definitiva, “un problema de salud pública”, según la doctora De la Fuente-Núñez. “El edadismo -añade- es muy nocivo para nuestra salud […] y sabemos que está asociado con una muerte más temprana”, asegura. Diferentes estudios refrendan esta opinión, ya que parece demostrado que una actitud positiva en esta fase de la vida se traduce en una mayor esperanza de vida. Lógico, por tanto, que en este contexto el edadismo repercuta para mal en esas estadísticas por su peso en la depresión, el deterioro cognitivo o, a nivel social, el aislamiento y la soledad no deseada.
Una de las propuestas más importantes de la Fundación ”la Caixa” para paliar, en parte, este problema, es la de empoderar a estas personas mayores a través de la invitación a reflexionar sobre la conveniencia de establecer un ‘proyecto de vida’. Como explica Montserrat Celdrán, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona y coautora del Glosario sobre edadismo, esta idea surge en muchos casos tras la jubilación: “Es un momento interesante para pensar ¿qué quiero ser?” y establece una metáfora muy gráfica de esta “metamorfosis” en la que pasamos de “gusanos de seda” a la “edad de las mariposas”: Ahora somos más frágiles, pero no cabe la menor duda de que tenemos más libertad y tenemos más capacidades de hacerlas”, concluye.
Un 60% no lo considera un problema serio
Que la Fundación ”la Caixa” pretenda visibilizar este asunto tiene que ver ya no solo con estas implicaciones directas, sino con otro hecho que delatan las estadísticas: un 10% de los españoles no percibe el edadismo como un problema y otro 50% ni siquiera lo considera un tema serio. Son números que refrendan esta percepción que niega o visibiliza una narrativa que reconozca a las personas mayores como sujetos activos, diversos y con talento e inquietudes similares a las de gente de cualquier otra edad.
Montserrat Celdrán reflexiona sobre el tema asegurando que, “como todas las discriminaciones, las tenemos muy normalizadas hasta que comenzamos a ser más sensibles" y es importante “darnos cuenta de que estamos haciendo una distinción por edad cuando las habilidades pueden ser las mismas independientemente del DNI que tenga cualquiera".
Así pues, las opiniones de los expertos confluyen en la necesidad de educar, de ser pedagógicos en torno a lo que implica el edadismo en todas sus facetas. Sensibilizar y trasladar este problema desde las distintas ópticas que lo definen es una tarea laboriosa pero que la Fundación ”la Caixa” ha asumido como una de sus metas. Por eso, entre las acciones que ha puesto en marcha, y al margen de estos encuentros con expertos en la materia, hay iniciativas con un carácter más práctico. Por ejemplo, la creación del taller edadismo, cómo detectarlo y prevenirlo. El taller pretende dotar de herramientas a las personas mayores para que puedan hacer frente a situaciones de edadismo y, a su vez, ser agentes activos en la realización de acciones de sensibilización en su entorno comunitario impulsando, de este modo, la labor del voluntariado. Así, promueve la toma de conciencia sobre este fenómeno y la posterior toma de acción. Entre las acciones comunitarias adquieren especial relevancia las intergeneracionales, en los que se generan espacios de encuentro entre distintas edades, que benefician el entendimiento y la comprensión mutua.
Aunque el enfoque es multidisciplinar, sí hay un gran hilo conductor dentro de estas propuestas de la institución: la de que la batalla contra el edadismo no debe recaer exclusivamente en las personas mayores. Es una tarea colectiva que requiere la implicación de toda la sociedad: desde los medios de comunicación que construyen referentes públicos, hasta los profesionales sanitarios, sociales y educativos que tratan a diario con personas mayores.
Legislación, educación y actividades intergeneracionales
La doctora Vânia de la Fuente-Núñez concentra esta mirada optimista en “el número mágico de tres cosas que funcionan para abordar el edadismo y que no son muy caras para construir un mundo para todas las edades”. Alude a las políticas y las leyes que prohíban la discriminación por edad y protejan los derechos de las personas mayores; las actividades educativas que “permitan disipar conceptos erróneos acerca de otros grupos de edad”; y las actividades intergeneracionales “de interés común para fomentar la convivencia y romper estereotipos”.
Varias de estas líneas que definen este problema y que apuntan a posibles soluciones se abordan en la campaña que la Fundación ”la Caixa” ha lanzado este mismo año sobre el tema: 'Señalando el edadismo', enmarcada en el Día Mundial del Buen Trato a las Personas Mayores. Se trata de una propuesta muy interesante e ilustrativa en la que, a modo de experimento social, se contempla de forma explícita hasta qué punto prejuzgamos a una persona por la edad que tiene.
Por otra parte, y continuando con las soluciones apuntadas por la doctora De la Fuente-Núñez, la fundación también ha puesto el foco en la necesidad de formar a los profesionales para detectar situaciones edadistas y promover un buen trato. Esto incluye escuchar las preferencias individuales, respetar las decisiones, fomentar la autonomía y evitar actitudes condescendientes. También es esencial promover entornos accesibles, digitales y físicos, que no excluyan por edad, sino que se adapten a las diferentes capacidades.
Como recuerda en el prólogo del Glosario, redactado por Soledad Puértolas, la vejez no es un grupo homogéneo, ni una etapa sin valor. Es una parte de la vida con sentido propio, con retos y aprendizajes. Las personas mayores no solo tienen pasado; también tienen presente y futuro, y reducirlas a estereotipos es ignorar su riqueza biográfica y su capacidad de transformación.
Iniciativas como las puestas en marcha por la Fundación ”la Caixa” ayudan a progresar en este gran cambio que también a nivel global ha celebrado hitos significativos en los últimos años, como fue el primer Informe mundial sobre el edadismo de las Naciones Unidas (2021), que dio pie a “cambios sin precedentes”, según Vânia de la Fuente-Núñez, y a cuya estela también se han ido adhiriendo a estas políticas cada vez más países y, sobre todo, la conciencia de una mayor parte de la población.