El proyecto social de Clece ofrece oportunidades de empleo a colectivos desfavorecidos.

El proyecto social de Clece ofrece oportunidades de empleo a colectivos desfavorecidos.

Con la colaboración de:

Sociedad

Trabajo social, la vocación de hacer mejor la vida de las personas

La labor de los trabajadores sociales de Clece permite integrar laboralmente personas en situación de vulnerabilidad gracias al objeto de su proyecto social.

24 marzo, 2022 03:59

Se llame instinto, vocación o sensibilidad, hay algo que mueve a los trabajadores y trabajadoras sociales a querer hacer más fáciles las cosas a quienes más lo necesitan. No hace falta pensar en hechos extraordinarios como el que hemos vivido con la pandemia porque, aun sin este episodio, la sociedad tiene colectivos vulnerables cuyas circunstancias presentan, habitualmente, un punto en común: la dificultad de acceder a un puesto de trabajo con el que hacer el resto de su día a día más sencillo y normalizado.

Identificar estas situaciones, establecer los mecanismos para dar una nueva oportunidad y acompañar a esas personas en todo este proceso es una de las metas que persigue el proyecto social de Clece y, por eso, la labor de quienes están en primera línea materializando esta filosofía es clave. Gracias a su trabajo, la compañía es una de las más comprometidas con la inclusión laboral de quienes más lo necesitan, especialmente aquellas personas que proceden de los colectivos más desfavorecidos, personas con alguna discapacidad, o aquellas que se encuentren en situación de vulnerabilidad.

La apuesta de la entidad es firme: hasta el 12% de sus más de 76.000 empleados pertenece a alguno de estos colectivos. Se trata de fomentar "la inserción de estas personas dentro de una empresa normalizada", explica Laura Cantero, Delegada Social de Clece, resumiendo el leit motiv del proyecto social de la compañía, que prioriza a estos colectivos a la hora de cubrir puestos de trabajo.

Para Cantero, se trata de "devolver a la sociedad lo que la sociedad nos ha dado". Y "no hay forma mejor de dignificar que ofrecer oportunidades de empleo a personas con máximas dificultades para acceder al mercado de trabajo", asegura.

Es una labor tan gratificante como compleja porque, en este 12% de la plantilla de Clece se da una casuística muy heterogénea, en la que hay "personas en riesgo de exclusión social, como víctimas de violencia de género, para las que un empleo es una manera de salir de la situación que viven".

Una de las claves que explica el éxito de este proyecto social es el esfuerzo para hacer que encajen todas las piezas. Para Cantero, "muchas veces pensamos que son las personas las que se tienen que adaptar al puesto de trabajo pero, si hay algo que ha conseguido nuestro proyecto social, es que nosotros también ajustamos ese puesto a las personas, en la medida de lo posible".

La oportunidad de echar una mano

Hace apenas unos días se celebraba el día del Trabajo Social, una fecha que cada 15 de marzo les aporta un poco de visibilidad. Una visibilidad, por otra parte, más que merecida dado que su vocación les ha hecho estar en primera línea también en momentos delicados, como fueron por ejemplo las semanas de confinamiento que vivimos a causa de la pandemia.

Recordarles, pues, tanto por esta labor como por su día a día es justo dado que, como explica la Delegada Social, "no se les ha nombrado tanto y siempre han estado allí, incluso metiéndose en casa de usuarios cuando el miedo que existía era muy elevado". "Esta pandemia", continúa, "ha afectado mucho a la salud mental de los trabajadores sociales que, como yo, hemos vivido en nuestras carnes la situación, pero debe ser que somos muy resilientes y salimos de ello. Yo creo que es una profesión que hace que te agarres a cualquier hilo de esperanza que existe y querer siempre una oportunidad para poder echar una mano".

Otro de los retos sobrevenidos que volverá a poner a prueba este engranaje de ayuda es el del conflicto en Ucrania. Es un episodio en el que el proyecto social de Clece vuelve a plasmarse a través de las entidades con las que colabora. Como explica Laura Cantero, dado que los refugiados que llegan están en situación de asilo, aún es prematura la posibilidad de conseguirles un puesto de trabajo pero, "como tenemos ya personas de origen ucraniano en nuestra plantilla, estamos intentando echarles una mano y ver qué podemos hacer por ellos". "Cuando ves que estas personas son tus compañeros y le pones cara, te toca más de cerca", concluye.

'Corazón y manos', un paso adelante

A pesar de que el proyecto social de Clece tiene un gran alcance, una empresa tiene sus límites y por eso los propios trabajadores de Clece decidieron en 2017 dar un paso adelante y crear una asociación sin ánimo de lucro que pudiera ayudar a sus compañeros y su entorno, en situaciones de adversidad, a los que la empresa no podía llegar. Fue así como nació 'Corazón y manos', una ONG "que pretende echar una mano a las personas de nuestra empresa que necesitan una ayuda puntual".

Las iniciativas de Corazón y Manos son muy amplias y abarcan todo tipo de necesidades, desde fomentar la formación y la empleabilidad, facilitar el acceso a una vivienda o, por supuesto, actuar ante posibles situaciones de violencia de género.