La historia de Marta, una "princesa valiente" que lucha contra el cáncer
En la Jungla. Esta pequeña murciana fue diagnosticada de cáncer en 2015. Su única esperanza ahora reside en un nuevo tratamiento que recibe en Pamplona, pero el Gobierno de Murcia se niega a costearlo.
25 abril, 2018 21:40El pasado año 2017 se diagnosticaron de cáncer un total de 931 niños en nuestro país, según los datos de la Asociación Española contra el Cáncer. Marta supo que lo tenía en 2015. Osteosarcoma, les dijeron a sus padres, que recibieron la noticia como una jarra de agua fría pero con la firme convicción de que harían cualquier cosa para luchar junto a su "princesa valiente".
Así se llama la página de Facebook en la que cuentan el día a día de esta pequeña vecina de Yecla, en Murcia, y también desde hoy mismo difunden un número de cuenta para llamar a la solidaridad de la gente, con el objetivo de que Marta pueda seguir recibiendo un tratamiento en Pamplona que el Gobierno de Murcia ha confirmado que no sufragará.
"Los profesionales del servicio de Oncología Pediátrica de La Arrixaca ya no ven efectivo ningún tratamiento para Marta y no pueden derivarla a la Clínica Universidad de Navarra", explica la madre de la pequeña, Pepi Villalba, en La Verdad. Asegura además que la razón que esgrimen los médicos murcianos es que su criterio difiere del de los profesionales navarros, quienes le dan una última esperanza que en Murcia hace meses que no le ofrecen.
La lucha de esta familia comenzaba en octubre de 2015. Después de una primera cirugía en la parte superior de la rodilla derecha de Marta empezaron las sesiones de quimioterapia, que duraron hasta mayo de 2016. Apenas un mes más tarde, la pequeña pasó de nuevo por el quirófano para recomponer la pieza de titanio que le habían injertado y se había roto.
No pudo volver a caminar hasta casi un año más tarde. Ya en agosto de 2017, Marta se encuentra un bulto en la ingle. El doctor de Murcia confirmó que el cáncer de hueso había vuelto a aparecer, que se apreciaba metástasis y que la pequeña ya no saldría adelante. Ahí comenzó el periplo de la familia por distintos centros médicos de todo el país buscando soluciones, hasta que en Navarra les dieron un atisbo de esperanza.
El problema llegó entonces en forma de dinero. La familia no podía costear un nuevo tratamiento completo y los médicos murcianos ya habían sentenciado a la pequeña. Explican en la web donde relatan la historia de Marta que solicitaron nuevas pruebas el pasado mes de febrero "para que en Pamplona valorasen de nuevo su situación actualizada y les confirmasen si seguían manteniendo la opinión de hacer un nuevo intento terapéutico".
En Pamplona volvieron a decir que sí, pero la Consejería de Salud de la región no encuentra razones para pagar el tratamiento y así se lo hicieron saber a los padres el pasado viernes en una reunión. "Aquí no quieren nada y la solución que nos dan es sentarse a esperar", dice la madre en el mismo medio. Confirma que la niña ya no tiene dolores y que se trata de "lo único que puede ampliar su esperanza de vida o, al menos, darle mejor calidad, reduciéndole el dolor hasta el punto de no tomar ya ningún calmante después de recibir un primer ciclo de intraarterial".
Por su parte, el consejero de Salud de Murcia, Manuel Villegas, ha afirmado en varios medios que "están angustiados" con la situación, pero que nadie les puede asegurar que "científicamente esto vaya a algún sitio", insistiendo en que los médicos de Navarra tienen su "punto de vista y nosotros nos tenemos que basar en evidencias, en lo que dicen las guías y no tanto en la decisión de un grupo médico particular".
Asegura La Verdad que los padres no descartan emprender acciones legales, pero de momento la única que importa es Marta. Así que han abierto una cuenta para reunir el dinero suficiente y que pueda seguir recibiendo el tratamiento. Mantienen asimismo una campaña en Change.org donde han firmado casi 200.000 personas y también sus vecinos están realizando todo tipo de iniciativas para recaudar fondos. Todo sea porque la vida de la pequeña, sea más larga o más corta, no suponga para ella un constante sufrimiento.