A la izquierda, la familia Sanchis Mira; en el centro César Soler, actual CEO.

A la izquierda, la familia Sanchis Mira; en el centro César Soler, actual CEO. E.E.

Reportajes

Las cuatro familias de Alicante tras los turrones Antiu Xixona: facturan 129 M y también los producen para Mercadona

Los Sanchis Mira empezaron vendiendo turrón en 1863. Tras unirse a otras tres familias jijonencas, se convirtieron en referentes del sector.

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Todo comenzó en 1863, cuando Vicente Sanchis Monerris y María Teresa Mira Brotons— conocida en Jijona como "la guapa del molí" por su belleza—decidieron fabricar turrón de forma artesanal en su casa y venderlo en un portal de las Ramblas de Barcelona. En ese momento nadie podía imaginarse ese negocio familiar convirtiéndose en un gigante en el sector.

De esta unión nacieron seis hijos, todos varones: Vicente, Francisco, Manuel, Rafael, José y Alfredo Sanchis Mira. De ellos, cinco eligieron continuar la tradición. Instalaron puestos de turrón en diversos puntos de Barcelona durante los años 80 y 90 del siglo XIX. Comenzaba a darse a conocer un turrón con denominación de origen.

El verdadero punto de inflexión llega cuando dos de los hijos, Vicente y Rafael, con apenas 22 y 18 años respectivamente, cruzaron el océano hasta Cuba —entonces todavía colonia española—para vender turrón. En su primer año lograron comercializar una tonelada de dulce entre las calles de La Habana, vendiendo a isleños e hispanos.

Turrón blando y duro.

Turrón blando y duro. Europa Press

El negocio fue tan provechoso que Rafael, decidió quedarse en la isla y montar su propia fábrica de turrón. Vicente, por su parte, regresó a España y en 1888 contrajo matrimonio con otra jijonenca, Brígida Coloma Morales, iniciando una nueva rama de la saga turronera. Sin embargo, nunca abandonó sus viajes anuales a Cuba. Llegó a llevar a su hijo con apenas 12 años para entrenarlo en el negocio.

De esta rama nacieron los siguientes hermanos: Demetrio, Vicente, Rafael, Ismael, José y Brígida Sanchis Coloma, que se casó con otro turronero, Virgilio Serra. Cuando sus hijos eran adolescentes les empezó a abrir puestos de turrón en Barcelona, primero en la calle de Pelayo y años después en la Plaza de San Jaume.

Al mismo tiempo construía una casa propia y fábrica en Jijona. Los hijos fueron creciendo y ayudando a sus padres en los negocios. Son Demetrio, Vicente, Rafael y José los que se dedican a las ventas, mientras que Ismael se ocupaba en la fábrica para la compra y la selección de materias primas como almendras y mieles.

El 4 de mayo de 1932 se constituyó formalmente la empresa Vicente Sanchis Mira e Hijos, S.L., con domicilio social en Jijona. Antes de la Guerra Civil, la compañía ya vendía 200.000 kilos de turrón en Cataluña, Cuba y Estados Unidos. Pese a la escasez de materias primas durante y después de la Guerra Civil, el negocio continuó creciendo, especialmente con la marca Antiu Xixona en los mercados catalán e hispanoamericano.

En el año 1935 adquirieron un local en la Rambla de Cataluña al que nombraron "El Turia". Se dedicaba al despacho de turrones al "detall" y la venta al por mayor de turrones durante la Navidad. En verano se dedicaba a la venta de helados. El momento definitivo llegó en 1966, cuando Sanchis Mira se fusionó con el grupo La Fama, que a su vez había nacido en 1963 de la unión de otras tres sociedades turroneras.

Esta fusión unió a cuatro sagas de familias turroneras jijonencas: Sanchis Mira (marca Antiu Xixona), A. Galiana (marca La Fama), A. Monerris, Sala Miquel. En 1989, la compañía se transformó en Sociedad Anónima, adoptando su estructura jurídica actual.

Las familias turroneras

Si bien la familia principal del conglomerado y la que le da nombre es Sanchis Mira, no podría entenderse el éxito de esta empresa sin la unión de las otras familias. La familia A. Galiana (La Fama) la formaron Antonio Galiana García y Teresa Miralles Picó cuando crearon un taller artesano.

Comenzaron a vender el turrón en la ribera valenciana a finales del XIX. Los hijos de este matrimonio son: Antonio, Teresa, Luis Fernando, Mercedes y José Galiana Miralles. Todos ellos ayudaban a sus padres. Los hijos empezaron a marchar a América con la idea en mente de instalar allí una fábrica de turrones.

Antonio marchó a Uruguay, junto con otros jijonencos fabricó y vendió turrón. Luis probó fortuna en Buenos Aires. Fue el 14 de mayo de 1919 cuando constituyeron la primera sociedad.

Por otro lado, está la familia A. Monerris. Sus actividades se iniciaron con Juan Antonio Ramos Picó (conocido en la localidad por el tío Toni-Carmelo). Tío abuelo de los actuales propietarios, quien a su vez heredó el negocio y los secretos de hacer turrón, de su padre.

Anuncios míticos de Antiu Xixona.

Anuncios míticos de Antiu Xixona. Antiu Xixona

En 1910 contrajo matrimonio con María Llinares Coloma. Fabricaban diariamente 350 kilos. Sin descendencia directa, ambos incorporaron a sus sobrinos (los Monerris Linares). En 1933 constituían la sociedad de responsabilidad limitada "Sobrinos de Juan Antonio Ramos Picó, S.L.".

Otra de las familias que conforman el grupo es la familia Sala Miquel. Comenzó con Francisco Sala Segura, que era hortelano. Todos los años, cuando el otoño llegaba y se paralizaba el cultivo, se fabricaba su propio turrón y se desplazaba a Madrid donde lo vendía directamente al público en un puesto en la Plaza Mayor.

No se sabe a ciencia cierta el año en el que comenzó su actividad turronera. Sus cifras de ventas iban en aumento cada año. Sus dos hijos Manuel y Francisco no continuaron con la actividad agrícola de su padre, pero sí con la dedicación turronera.

Como Manuel murió en 1923, su hermano Francisco se hizo cargo totalmente del negocio. Fue en 1928 cuando comenzaron a vender al por mayor con la creación de una fábrica. En los años 1944 y 1950 se incorporaron como elementos activos a la empresa dos sobrinos de este matrimonio.

Ellos eran Manolo Sala y Roberto Soler. Estos dos sobrinos fueron los continuadores de este negocio, siendo Roberto Soler el presidente del Grupo Sanchis Mira, S.A. Roberto nació en una familia humilde —hijo de Miguel Soler "el carter" y Elodia Cortés "la de la tienda"— pero pudo estudiar y formarse gracias a la ayuda de sus tíos: el empresario turronero Francisco Sala y su esposa María Soler.

Actualmente César Soler Coloma, hijo de Roberto, es el presidente. Es descendiente directo de la familia Sala Miquel, concretamente, pertenece a la cuarta generación de esa familia.​ Roberto Soler, presidió la compañía durante seis décadas hasta su jubilación a los 81 años en 2015, momento en que cedió el testigo a César.

El apellido Coloma de César también conecta con otra rama histórica, la de Vicente Sanchis Mira junto con Brígida Coloma Morales, cuyos hijos continuaron la tradición turronera familiar.​ Por tanto, César Soler representa la confluencia de al menos dos linajes turroneros jijonencos —los Sala Miquel y los Coloma—, lo que le sitúa como heredero legítimo de la tradición empresarial que arrancó en el siglo XIX.

La empresa cuenta con cuatro plantas de producción en Jijona que ocupan casi 40.000 metros cuadrados de líneas de producción de turrones, mazapanes, chocolates y barquillos. Dispone además de tres centros logísticos en Madrid, Barcelona y Santander, y da empleo a más de 500 personas en plena campaña de producción.

A la izquierda operarios en la fábrica junto a César, a la derecha el mismo tocando el saxofón.

A la izquierda operarios en la fábrica junto a César, a la derecha el mismo tocando el saxofón. Europa Press / Agrupació Artístico Musical El Trabajo

Pocas marcas pueden presumir de haberse colado en las bandas sonoras navideñas de varias generaciones de españoles. Antiu Xixona ha dejado ya varios anuncios en el imaginario colectivo. Todos recuerdan haber escuchado el famoso jingle, con niños pidiendo turrón.

Al canto de "¡Queremos turrón, turrón, turrón... Pero vea que sea Antiu Xixona!" consiguieron unirse al famoso "vuelve a casa por navidad" de 'El Almendro' o al mítico sorteo de la lotería de Navidad.

El pacto con Mercadona

Si la fusión de 1966 de estas familias sentó las bases del imperio, la alianza con Mercadona lo catapultó a otra dimensión. En 1999, Sanchis Mira comenzó a fabricar turrones para la marca Hacendado. Los mazapanes llegaron ese mismo año. Un punto de inflexión de la empresa se produjo cuando Juan Roig solicitó a la compañía que expandiera su producción al chocolate.

Aceptaron el reto y en 2010 finalizaron la construcción de una de las mayores plantas de fabricación de chocolate de España, con una inversión superior a los 17 millones de euros. La nueva factoría, con 12.000 metros cuadrados de extensión, comenzó a servir tabletas de chocolate a Mercadona en julio de 2011.

Los resultados fueron espectaculares. En 2011, cuando arrancó la planta de chocolates, Sanchis Mira facturaba 46,8 millones de euros al año, pero esas cifras han crecido exponencialmente. En el último ejercicio registrado, según la plataforma experian, la empresa turronera facturó 129 millones. Y es que en 2015, facturaban 94,7 millones de euros.

Este modelo de negocio es bastante estable e inteligente, porque mantienen sus marcas históricas (Antiu Xixona y La Fama), mientras fabrican en exclusiva la marca blanca de Mercadona. Las ventas a la cadena de supermercados suponen el grueso de sus beneficios, suponiendo en torno al 85% de su facturación.

Antiu Xixona apuesta por la producción de chocolate.

Antiu Xixona apuesta por la producción de chocolate. Europa Press

César Soler, actual presidente del grupo, reconoce que buena parte del éxito actual se debe a la "apuesta sumamente decidida" por la categoría de chocolate. Para dar respuesta a la demanda de Mercadona, la compañía creó Helbérica, su filial especializada en chocolate, galletas y barquillos.

Aparte de esta rama, Sanchis Mira tiene aún más diversificación. Por un lado está Sanchis Mira como la matriz, está también Helbérica, Almendras del Sol y Hermanos López Lloret (Clavileño) especializada en chocolates. Esta última incorporación se produjo en 2022.

Una operación conjunta entre Sanchis Mira y Turrones Picó que adquirieron conjuntamente la centenaria chocolatera Chocolates Clavileño de La Vila Joiosa, una operación diseñada para garantizar la sostenibilidad del negocio y abrir nuevos horizontes.

Actualizados, pero tradicionales

La capacidad de adaptación del grupo quedó demostrada recientemente cuando Mercadona lanzó su versión del chocolate Dubái —el dulce viral relleno de crema de pistacho y masa filo—, que se agotó en apenas dos días. Detrás de ese producto estaba, Antiu Xixona. Además, es un chocolate que llegó con un precio muy competitivo, de 1,95 euros.

A este sabor, se le unen muchos otros muy variados. Los hay más tradicionales: turrón blando, duro, yema tostada, cacahuete, guirlache, jijona o torta de almendras. Pero también ofrecen otros más innovadores y atrevidos: cheesecake, pistacho, frutos silvestres, coco, fruta... Incluso tienen opciones más comedidas con 0% de azúcares añadidos.

Su apuesta por el cacao, se demuestra con la construcción de una nueva fábrica para Clavileño en Villajoyosa, con una inversión de 8 millones de euros y una extensión de 5.000 metros cuadrados, que prevé estar finalizada en otoño de 2025.

Desde aquel portal en las Ramblas de Barcelona hasta convertirse en el principal proveedor de turrones y chocolates de Mercadona, la historia de Sanchis Mira-Antiu Xixona es un ejemplo de cómo una empresa familiar puede reinventarse generación tras generación sin perder su esencia.