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El 20 de noviembre se cumplen 50 años de la muerte de Franco. Medio siglo en el que España ha pasado de la censura al pensamiento libre; del blanco y negro a la diversidad; del miedo a expresarse al ejercicio de la democracia plena. El país se ha desprendido de la férrea moral heredada del fuerte influjo del catolicismo para abrazar la aconfesionalidad.

Han sido cinco décadas de avances sociales, de conquista de derechos y de apertura al mundo. Los vientos de cambio llegaron a caballo de la Transición, con la aprobación de la Constitución Española y con la legalización de los partidos políticos y los sindicatos. Después, con la consolidación del Estado de bienestar, con la integración en Europa y con la inclusión de la mujer en todos los aspectos de la vida pública.

Sin embargo, medio siglo después de aquel "Españoles, Franco ha muerto", la figura del dictador aún sigue viva en el imaginario colectivo. Ya sea porque se lo resucita en forma de comodín dialéctico con fines partidistas, ya sea porque existe un sector de la población que añora un pasado franquista.

No es baladí que en este contexto, en pleno noviembre de 2025 y a sólo dos semanas del 20N, el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana haya dado a conocer el proyecto ganador del concurso para resignificar el antiguo Valle de los Caídos. O que en Puente de Génave, su alcalde, de Vox, haya editado una batería de calendarios franquistas para enaltecer la figura del Caudillo.

Tampoco que la admiración que Juan Carlos I confesó sentir por el dictador en sus memorias acabara esta semana en el Congreso de los Diputados con Pedro Sánchez hablando de "cunetas" y no de los escándalos de corrupción que cercan a su familia, a sus manos derechas y a algunos de sus ministros. Y lo hizo el día antes de que el CIS asegurara que en torno un 20% de los jóvenes cree que con Franco se vivía mejor que ahora.

"La figura de Franco sigue viva porque en los últimos 25 años se ha reabierto el debate de la memoria histórica y la izquierda ha repolitizado la dictadura, cambiando la narrativa de la 'guerra entre dos bandos que dio origen a una dictadura' al 'golpe de Estado fascista que subyugó a los españoles durante 50 años", asegura el sociólogo e investigador del CSIC Luis Miller, autor de Polarizados. "Si seguimos hablando de Franco es porque está muy presente en el imaginario de los líderes políticos".

Esa instrumentalización de la dictadura, sumada al ritmo vertiginoso de los cambios que ha experimentado España desde aquel 20 de noviembre de 1975, genera a veces una distorsión en una sociedad que aún trata de procesar todo lo que ha pasado en 50 años. Por eso surgen movimientos reaccionarios.

Francisco Franco en su lecho de muerte.

Francisco Franco en su lecho de muerte.

"Desde la Transición, más o menos a partir de los años 80 y hasta la primera década del siglo XXI, lo que se encuentra es una evolución gigante de las costumbres y a un ritmo que no se ha producido en otros países. Primero fue con la moral: el divorcio, el aborto, el matrimonio homosexual, las nuevas formas de familia; después, con la incorporación de la mujer a todas las esferas de la vida pública".

Los últimos 50 años recogen un goteo incesante de conquistas sociales y transformaciones culturales. "Los avances económicos y sociales han sido objetivamente espectaculares. España pasó de ser una sociedad conservadora a convertirse en una de las tres o cuatro más progresistas del mundo".

Pese a las tensiones y nostalgias, la fotografía general es la de un país que ha sabido reinventarse. Una sociedad que es muy diferente a la de 50 años atrás. En sus libertades. En sus derechos. En su educación. Y, sobre todo, en sus costumbres. Algunas de las cuales hoy están perfectamente integradas pero que, medio siglo atrás, serían impensables. Estos son los 50 grandes cambios que ha experimentado España:

1. ¿El bautizo? Una elección

Durante el franquismo el bautizo era prácticamente una obligación. En 1971, el 99,4% de los niños nacidos en España pasaban por la pila bautismal. Medio siglo después, esta cifra se ha desmoronado: menos del 50% de los recién nacidos lo hacen. Muchos padres prefieren que sus hijos decidan el camino de la fe cuando son mayores de edad en vez de condicionarlos desde su juventud.

"En los años 80, la religión no dividía a los españoles; hoy, sí", sostiene Miller. "Entonces, excepto por el Partido Comunista de España, el 90% de la población se consideraba católica". Sin embargo, con la llegada de las mayores libertades civiles y los derechos sociales, la religión decayó. "Una cosa que ha pasado en España, y en prácticamente ningún otro país de Europa, es que los votantes de izquierdas dejan de ser católicos, pero no los de derechas".

2. Libertad religiosa sin ataduras

España ha pasado de ser un país prácticamente monoconfesional a transformarse en un mosaico religioso plural. Durante el franquismo, el catolicismo era la única religión permitida. Hoy, la población musulmana se ha multiplicado por diez hasta alcanzar los 2,5 millones de personas, con más de 2.000 mezquitas repartidas por todo el territorio nacional. A esta comunidad se suman alrededor de 1 millón de protestantes, 50.000 ortodoxos, 40.000 judíos y otras minorías religiosas como budistas, hindúes y testigos de Jehová.

"Uno de los tres grandes cambios sociales que han afectado y permeado todo el calado social es el laicismo", sostiene Moisés Ruiz, profesor titular de la Universidad Europea y experto en liderazgo y comunicación. "Culturalmente nos hemos despojado de los hábitos oscurantistas que cobijaban a la sociedad y nos hemos abierto A una mentalidad más libre desde el punto de vista religioso".

Según Ruiz, "aunque generalmente la mayoría de la población es cristiana", ahora "se vive el cristianismo de una manera más feliz, sin ataduras ni exigencias morales por parte de una clase social dominante como la Iglesia. Eso permite evolucionar el pensamiento, abrirnos hacia la creatividad, lo cual es alentador y positivo".

3. Un derecho constitucional...

Esa libertad religiosa nace de la aprobación de la Constitución Española el 6 de diciembre de 1978, tres años después de la muerte de Franco. Entre sus principales reconocimientos estuvo la proclamación de la igualdad ante la ley sin discriminación por sexo, la libertad de expresión, el derecho de asociación y sindicación o la libertad de conciencia y religión. También estableció la separación entre la Iglesia y el Estado, eliminando el carácter confesional que había caracterizado a España durante el franquismo.

En plena dictadura, las Leyes Fundamentales del Reino regulaban la organización estatal. El Fuero del Trabajo (1938) regulaba las relaciones laborales; la Ley Constitutiva de las Cortes (1942) creaba una asamblea consultiva pero sin poder legislativo real. El Fuero de los Españoles (1945) reconocía derechos subordinados a los "principios fundamentales del Estado", mientras que la Ley del Referéndum (1945) permitía consultas decididas por Franco. Había una Ley de Sucesión (1947), una Ley de Principios del Movimiento (1958) y una Ley Orgánica del Estado (1967).

4. ...reconocido por un Tribunal Constitucional

El TC se fundó en 1980, dos años después de la aprobación de la Constitución, para hacer las veces de 'intérprete' de la Carta Magna y garantizar su cumplimiento. Sus principales funciones son controlar la constitucionalidad de las leyes nacionales y autonómicas, resolver conflictos de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos mediante el recurso de amparo.

El Tribunal tiene la última palabra sobre cualquier cuestión constitucional, y sus decisiones no pueden ser apeladas.

Durante el franquismo, la división de poderes era inexistente y no había control constitucional real. Franco concentraba el poder ejecutivo, legislativo y judicial bajo el principio de "unidad de poder". La justicia estaba subordinada al régimen, que creó el Tribunal de Orden Público (TOP), el cual enjuiciaba como delitos cuestiones que hoy son derechos fundamentales: huelgas, manifestaciones, libertad de expresión y asociación.

5. Elecciones libres y democráticas

El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones generales democráticas en 41 años con una participación de cerca del 80%. Esto permitió que más de 18 millones de españoles eligieran libremente a sus representantes. Desde entonces, España ha celebrado 15 elecciones generales bajo sufragio universal directo, secreto y vinculante.

Durante el franquismo, el sistema de "democracia orgánica" impedía el sufragio universal directo, canalizando la participación a través de estructuras corporativas como la familia, el municipio y el sindicato vertical. Los únicos referéndum franquistas (1947 y 1966) eran plebiscitos obligatorios con resultados predecibles.

Imagen frontal del Valle de los Caídos.

Imagen frontal del Valle de los Caídos.

6. Más de 6.000 partidos registrados

España cuenta hoy con más de 6.000 partidos políticos inscritos en el Registro del Ministerio del Interior, aunque sólo once tienen representación en el Congreso de los Diputados. En las elecciones europeas de 2024, por ejemplo, se presentaron 34 candidaturas diferentes, desde el PP y PSOE hasta formaciones pequeñas como Recortes Cero o Se Acabó La Fiesta (SALF).

Durante el franquismo, todos los partidos políticos estuvieron prohibidos desde 1937, cuando Franco creó el Movimiento Nacional como partido único obligatorio. La legalización comenzó en febrero de 1977 con el PSOE, seguida del PCE en abril y la fundación de Unión de Centro Democrático (UCD) en mayo, justo un mes antes de las primeras elecciones. Para los comicios de junio de 1977 había apenas 32 partidos inscritos; ya en 1979, con la Constitución vigente, la cifra subió a 95.

7. Sin presos políticos

Desde la Ley de Amnistía de 1977 España no cuenta con presos políticos. La Constitución estableció que las penas estarían orientadas hacia la reeducación y la reinserción social, introduciendo criterios de humanidad que contrastan con la represión franquista. Actualmente, los delitos se persiguen conforme a criterios legales comunes: criminalidad, corrupción y otros tipificados, nunca por motivos políticos o ideológicos.

8. Libertad para reunirse...

La Carta Magna también reconoce el derecho de reunirse pacíficamente y sin necesidad de autorización previa. Es decir, que cualquiera puede organizar una asamblea vecinal o un encuentro cultural, religioso o sindical. Actualmente hay miles de asociaciones federadas que buscan mejoras urbanas, sanitarias, educativas, culturales o medioambientales que se concentran sin pedir permiso.

Durante el franquismo, cualquier reunión pública de carácter político fuera de las estructuras del Movimiento Nacional era ilegal. La Ley de Orden Público de 1959 establecía multas de hasta 500.000 pesetas para reuniones "no autorizadas", y los participantes podían ser detenidos y procesados.

9. ...y para protestar frente a Ferraz

Una protesta por la mejora de los derechos de los médicos, una concentración contra la Ley de Amnistía o una manifestación en defensa del feminismo o contra el aborto: hoy la Constitución reconoce el derecho a manifestarse pacíficamente en cualquier lugar público siempre y cuando se comunique previamente a las autoridades. Incluso si se trata de una manifestación contra el Gobierno.

Durante el franquismo, las manifestaciones fueron prácticamente prohibidas durante cuarenta años. Participar en cualquier concentración no autorizada constituía delito de desorden público o sedición y era perseguido por el Tribunal de Orden Público.

10. ¿Sin derechos? A la huelga

Otro derecho constitucional es el de la huelga, que permite a los trabajadores organizarse a través de sus sindicatos. Sólo en 2024 se registraron 707 huelgas en España. Los principales sindicatos, Comisiones Obreras y UGT, fueron legalizados en 1977, y a lo largo de los años han logrado grandes avances sociales: por ejemplo, a crear pensiones no contributivas o a retirar reformas laborales.

Durante el franquismo, hacer huelga fue delito hasta 1975. El régimen prohibió todos los sindicatos democráticos (CNT, UGT, CCOO) y creó el Sindicato Vertical obligatorio que negaba el conflicto laboral.

11. La figura del Defensor del Pueblo

Cualquier ciudadano puede presentar una queja al Defensor del Pueblo si cree que sus derechos han sido vulnerados y sin necesidad de pagar a un abogado cuando una administración pública le niega un trámite, tarda años en responder a una solicitud o actúa irregularmente. El Defensor puede investigar de oficio o a petición ciudadana e incluso presentar recursos ante el Tribunal Constitucional en casos graves.

En 2023, recibió alrededor más de 30.000 quejas e investigó desde disfunciones hospitalarias y educativas hasta retrasos indebidos en trámites administrativos.​ Durante el franquismo no existía ninguna institución similar. Los ciudadanos carecían de mecanismo independiente para reclamar ante abusos de la Administración, quedando completamente a merced de su arbitrariedad.

12. Libertad para ser críticos en prensa y redes

Aunque siempre existen intereses y amenazas directas o veladas, se pueden publicar en prensa, radio, televisión o cualquier otro medio de difusión, como las redes sociales, críticas contra el Gobierno sin restricciones. Durante el franquismo, la censura fue un instrumento fundamental del régimen. Todos los medios estaban sometidos a la censura previa obligatoria. Por supuesto, nadie podía criticar al dictador, pero tampoco defender el comunismo, el anarquismo o el separatismo.

13. Adiós al amancebamiento

En la España de 2025 es perfectamente normal que hombres y mujeres convivan juntos antes de casarse, que compartan un piso de alquiler sin una boda de por medio o que incluso nunca se casen. Sin embargo, durante el franquismo, vivir en pecado era considerado inmoral y socialmente reprobable.

Las parejas que, durante el franquismo, hacían esto último, conocido como amancebamiento, se enfrentaban a la censura social y podían perder un empleo o ser expulsados de una institución educativa religiosa. La moral sexual del régimen era controlada por la Iglesia, la cual consideraba las relaciones prematrimoniales un escándalo que violaba los principios fundamentales del Movimiento Nacional.

14. El divorcio, legal desde 1981

En septiembre de 1981, Julia Ibars y Vidal Gutiérrez protagonizaron el primer divorcio de España tras la caída de la dictadura. Sólo en 2024 se registraron 82.991 divorcios, un 8,2% más que en 2023, según el Instituto Nacional de Estadística.

Durante el franquismo, el divorcio estuvo completamente prohibido desde 1939, cuando se derogó la Ley de Divorcio de 1932, aprobada durante la Segunda República. El matrimonio era indisoluble salvo por la muerte de uno de los cónyuges.

Protestas para pedir la legalización del divorcio.

Protestas para pedir la legalización del divorcio.

15. El adulterio ya no es delito

Hasta mayo de 1978, el adulterio era un delito que figuraba en el Código Penal. Bajo el gobierno de Adolfo Suárez, se derogaron los artículos 449 y 452, relativos a las relaciones extramatrimoniales y al amancebamiento. Hoy la infidelidad no constituye delito ni causa penal alguna, está protegida por el derecho a la intimidad y tampoco es causa necesaria para el divorcio desde 2005.

Durante el franquismo, el adulterio se castigaba con penas de seis meses y un día hasta seis años de cárcel. La legislación discriminaba gravemente a la mujer: esta cometía adulterio con una sola relación extramatrimonial, mientras que el hombre sólo era punible mantenía una mujer con la que no estaba casada "dentro de la casa conyugal o notoriamente fuera de ella". Hasta 1963, según el Código Penal el uxoricidio por causa de honor, es decir, que un marido matara a su esposa sorprendida en adulterio, no implicaba más que una pena de destierro.

16. La desaparición de la licencia marital

Hasta 1975, las mujeres casadas necesitaban autorización escrita de sus maridos para realizar actos tan cotidianos como abrir una cuenta bancaria, trabajar fuera del hogar, firmar contratos, aceptar herencias, comprar propiedades, obtener el carné de conducir, viajar al extranjero o incluso comparecer en un juicio.

El artículo 57 del Código Civil de 1889 establecía que "el marido debe proteger a la mujer, y ésta obedecer al marido", equiparando a las mujeres casadas con menores de edad o personas incapacitadas.

Esto se conocía como 'licencia marital', y estuvo en vigor hasta mayo de 1975. "Por aquel entonces todavía había mujeres que, para ir al médico, debían ir acompañadas de su marido, algo que sólo pasa en culturas musulmanas", incide Moisés Ruiz. "La liberación de la mujer ha sido uno de los grandes avances culturales de los últimos años. Cuando liberas culturalmente al 50% de la población, la economía, la sociedad, todo el mundo gana".

17. El matrimonio homosexual

España legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo el 3 de julio de 2005, 30 años después de la caída del franquismo. Se convirtió en el tercer país del mundo en reconocerlo tras Países Bajos y Bélgica. Madrid, de hecho, fue la primera ciudad en acoger un matrimonio homosexual. En Tres Cantos, el 11 de julio, contrajeron matrimonio Emilio Menéndez y Carlos Baturin (fallecido en 2024).

Actualmente, el 78% de la población española apoya el matrimonio igualitario. Sólo en 2023 se celebraron 6.772 bodas entre personas del mismo sexo, cinco veces más que en 2005.

Durante el franquismo, la homosexualidad fue perseguida como delito. La Ley de Vagos y Maleantes, modificada en 1954, y posteriormente la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970, consideraban "peligrosos sociales" a quienes "realizaran actos de homosexualidad". Más de 5.000 personas fueron detenidas por su orientación sexual durante la dictadura.

18. Adopción de niños por parejas gay

Al mismo tiempo que se aprobaba el matrimonio homosexual se equiparaba en derechos a las parejas gays con las heterosexuales. Hoy los requisitos para adoptar un niño son iguales para todos: tener más de 25 años, 16 más que el adoptado y estar en pleno ejercicio de derechos civiles. Aunque el marco legal es igualitario, en la práctica las parejas de mujeres predominan en las adopciones nacionales por acceso a técnicas de reproducción asistida.

19. Besarse en público no es un escándalo

Hoy cualquier pareja que pasee libremente por la calle, se siente en una terraza o vaya en transporte público puede besarse sin que sea considerado un escándalo público. Tampoco recibirá una reprimenda por considerarse una "inmoralidad", especialmente si se trata de personas del mismo sexo.

Durante el franquismo, cualquier expresión de afecto físico de esta clase era considerada inmoral. Las parejas homosexuales no podían besarse en público bajo amenaza de arresto por comportamiento indecente; las parejas heterosexuales que lo hacían sin estar casadas enfrentaban una fuerte presión social e incluso 'toques de atención' por parte de la policía. En el documental Las abogadas y compañía, la abogada Paca Sauquillo recordaba cómo fue multada en el Parque del Oeste porque su novio le dio un beso en la mejilla.

20. Hijos fuera del matrimonio

En 2022 se cumplió un hito: por primera vez en la historia del país nacieron más hijos de madres no casadas (50,1%) que de madres casadas (49,9%), según el INE. Estos hijos tienen exactamente los mismos derechos que los nacidos dentro del matrimonio: derechos de herencia, pensión de viudedad, nacionalidad, reconocimiento paternal y acceso a seguros sociales, todo garantizado desde la Constitución.

Durante el franquismo, los hijos nacidos fuera del matrimonio sufrían grave discriminación legal y social. El Código Civil franquista los consideraba "ilegítimos" y apenas tenían derechos: no heredaban, no tenían derecho a pensión de viudedad, podían ser separados de sus madres a los tres años si estas estaban encarceladas y eran dados en adopción con identidades falsas por el régimen.

Primer matrimonio homosexual de España.

Primer matrimonio homosexual de España. EFE

21. El primer apellido ya no tiene que ser el del hombre

Desde el siglo XIX, en un intento por tener un registro de la población, se estableció la obligatoriedad de que el primer apellido de los hijos debía ser el del padre. El franquismo, con la Ley del Registro Civil de 1957, mantuvo esta norma.

Hubo que esperar hasta la puesta en marcha de la Ley 40/1999 para que los padres pudieran elegir legalmente cuál de los dos apellidos (el del padre o el de la madre) iba primero.

22. Igualdad de salarios real

Aunque aún existen deficiencias estructurales en materia de igualdad, la Constitución de 1978 proclamó en su artículo 35 que "todos los españoles tienen el derecho al trabajo y a la libre elección de profesión u oficio". El artículo 14 reconoce, además, la igualdad ante la ley sin discriminación por razón de sexo. No obstante, hubo que esperar a 2007 para la aprobación de la Ley de Igualdad de 2007 y al Estatuto de los Trabajadores. Este establece que a "igual trabajo, igual salario", independientemente del género.

Las mujeres han accedido masivamente a profesiones anteriormente vedadas: medicina (52% de nuevos médicos son mujeres), abogacía (56%) y cargos directivos, aunque la representación en puestos de poder sigue siendo inferior. "La revolución feminista ha sido uno de los grandes cambios de los últimos años", apuntala Ruiz. "Hoy las mujeres han adquirido mucho más protagonismo tanto en el mundo empresarial como en el económico y social".

Durante el franquismo, las mujeres casadas tenían prohibido trabajar sin autorización marital, percibían salarios sustancialmente inferiores por el mismo trabajo y el Código Laboral de 1944 establecía que el trabajo femenino debía limitarse a labores "propias de su naturaleza". Las mujeres recibían un salario que suponía el 40-60% del masculino, justificado porque el marido "era el sustentador del hogar". Se despedía a mujeres al casarse o quedarse embarazadas, lo que era legal y considerado normal.

23. Mujeres militares y policías

Desde 1988, las mujeres pueden acceder a las Fuerzas Armadas. Las primeras 27 entraron ese mismo año en academias militares. Aunque hoy sólo hay 16.260 militares (13% del total) repartidas en las tres ramas del Ejército, su aumento año a año es notable. Dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, donde más mujeres hay es en la Policía Nacional, con un 18%, casi el doble que en la Guardia Civil.

En el caso de los bomberos, María Luisa Cabañero aprobó en 1986 convirtiéndose en una de las primeras mujeres bombero de España. Hoy las mujeres representan aproximadamente el 5% del total del cuerpo, aunque la cifra varía por comunidades autónomas.​

24. Permisos de paternidad y maternidad

En el franquismo, el permiso de maternidad en los estertores del franquismo apenas era de 6 semanas y sólo para las madres. El permiso de paternidad era inexistente o, ya en democracia, de apenas 2 días en los años 80.

Hoy ambos padres disfrutan de 19 semanas retribuidas y obligatorias, incluyendo 6 inmediatamente tras el nacimiento, 13 flexibles y 2 adicionales hasta los 8 años. Las familias monoparentales pueden disfrutar de 32 semanas. El cambio busca equilibrar la corresponsabilidad y apoyar la conciliación en todos los modelos familiares.​

25. Emancipación sin restricciones

Hoy los jóvenes alcanzan la mayoría de edad a los 18 años y pueden independizarse legalmente desde los 16 mediante emancipación judicial o con consentimiento parental. Durante el franquismo, la mayoría de edad era a los 21 años para los hombres, pero las mujeres menores de 25 no podían abandonar el domicilio familiar sin permiso paterno, salvo para casarse o entrar en un convento.

26. El derecho al aborto

Una de las grandes transformaciones sociales, impensables en la época de Franco, fue la aprobación, en 1985, la primera ley que despenalizó el aborto en España. Pero lo hizo sólo para tres supuestos: antes de la semana 12 en caso de violación, antes de la semana 22 si había malformaciones graves del feto y en cualquier momento si existía peligro para la salud física o psicológica de la madre.

Sin embargo, en marzo de 2010 entró en vigor la ley que permitió el aborto libre durante las primeras 14 semanas de gestación sin necesidad de justificación y hasta la semana 22 en casos de riesgo para la salud.

En 2024 se realizaron 106.172 interrupciones voluntarias del embarazo en España, un 3% más que en 2023. Durante el franquismo, el aborto era un delito grave castigado con penas de prisión de 2 a 6 años de cárcel para las mujeres y hasta 14 años e inhabilitación para los sanitarios que lo facilitasen.

Protestas del 15M en la Puerta del Sol.

Protestas del 15M en la Puerta del Sol. EFE

27. La Ley de Violencia de Género

La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, vigente desde enero de 2005, reconoce la violencia machista como una discriminación estructural y garantiza protección legal, social y económica integral a las víctimas, con asistencia, acceso a ayudas, orden de alejamiento y juzgados especializados en violencia sobre la mujer. Durante el franquismo, la violencia era considerada un asunto privado, sin protección jurídica ni derechos para las mujeres.

28. Adiós a los estereotipos de género

Hoy mujeres y hombres visten como quieren sin restricción legal ni social. Pantalones, faldas, escotes y shorts son prendas normalizadas en playas, calles y espacios públicos. Durante el franquismo, el uso del bikini, por ejemplo, estuvo expresamente prohibido por circulares del Ministerio de Gobernación (1951-1960) que ordenaban a las mujeres llevar "cubiertos el pecho y la espalda y usar faldillas".

Por ejemplo, el Gobernador Civil de Alicante dictó en 1950 que quedaban "terminantemente prohibidas las prendas de baño que resulten indecorosas, como las llamadas de dos piezas". Quien incumpliera era multado con hasta 500 pesetas o arrestado 15 días por "escándalo público".

Los pantalones en mujeres no estuvieron prohibidos por ley, pero eran socialmente rechazados por el régimen, que imponía un modelo femenino recatado y sumiso; sólo se normalizaron en los años 60-70 con el movimiento feminista y la llegada de la democracia. El topless y el nudismo fueron delito de "escándalo público" hasta 1988, cuando se eliminó del Código Penal.

29. Los Rolling están libres de censura

Las letras, los géneros, los idiomas extranjeros: cualquier tipo de música hoy está permitida en España, pero antes estaba sujeta a la censura previa. Entre 1960 y 1977 se prohibieron 4.343 canciones de emisión radiofónica por considerarse las letras "eróticas" o "subversivas". Artistas como The Beatles, The Rolling Stones, David Bowie o Jimi Hendrix fueron parcialmente vetados o sus portadas, censuradas o transformadas para no dañar la moral. De hecho, el rock and roll fue calificado por la prensa franquista como "baile-delirio", ruido "endemoniado" o una "danza de salvajes".

Uno de los cambios más notables ejecutados por la censura fue el de la portada del disco Sticky Fingers de los Rolling Stones. España sustituyó la portada original de Andy Warhol, con aquella icónica cremallera con unos jeans, por una lata de conservas abierta de la que emergían tres dedos de mujer bañados en un líquido viscoso.

Portada del disco de los Rolling Stones 'Sticky Fingers' tras la censura.

Portada del disco de los Rolling Stones 'Sticky Fingers' tras la censura.

30. Salud universal para todos

La Ley General de Sanidad de 1986 estableció por primera vez la universalidad como característica fundamental del sistema sanitario español, reconociendo el derecho a la protección de la salud para todos los ciudadanos españoles y extranjeros residentes. Hoy el 96,5% de la población disfruta de cobertura sanitaria pública universal, financiada mediante impuestos generales y administrada por las Comunidades Autónomas.

Durante el franquismo, la sanidad estaba dividida por clases sociales. El Seguro Obligatorio de Enfermedad de 1942 cubría solo a trabajadores asalariados, dejando fuera a trabajadores agrícolas, desempleados y pobres. La atención médica y quirúrgica para las clases populares dependía de su capacidad de ahorro o de seguros privados limitados; los pobres sólo tenían acceso a hospitales de Beneficencia dependientes del Estado, de calidad muy inferior.

31. Aumento de esperanza de vida

En 1975, la esperanza de vida en España era de 72 años. En 2023 alcanzó 83,77 años. Los hombres pasaron de 70 a 81,11 años y, las mujeres, de 76 a 86,34 años. España es hoy el país con mayor esperanza de vida de la UE. La mortalidad infantil también se redujo a un 2,5 por 1.000 nacimientos en 2024. Durante el franquismo, la esperanza de vida era limitada por malnutrición, falta de acceso a sanidad y enfermedades infecciosas no tratadas.

32. Garantía de pensiones no contributivas

La ley de 1990 creó por primera vez en España un sistema de pensiones no contributivas para jubilación e invalidez destinado a ciudadanos sin recursos económicos suficientes. Garantiza una pensión mínima mensual a mayores de 65 años y personas en situación de invalidez que carezcan de ingresos propios, financiada mediante aportaciones del Estado al presupuesto de la Seguridad Social. Durante el franquismo, no existía protección para ancianos pobres sin historial laboral; sobrevivían mediante caridad, la familia o la beneficencia pública.

33. La mascota en casa no es antihigiénica

Tener mascotas en el hogar es completamente normal y legal. Durante el franquismo, la higiene se consideraba "amenazada" por animales domésticos, siendo desaconsejados por autoridades sanitarias y religiosas.

34. Los problemas mentales y el 'loquero'

La Ley General de Sanidad de 1986 integró la salud mental en el sistema sanitario general mediante modelo comunitario. El cierre de manicomios comenzó con el Real Decreto 2559/1981 y se consolidó en los años 80-90. Durante el franquismo existían 114 psiquiátricos con 41.942 camas donde las personas eran confinadas de por vida en condiciones deplorables.

Además, hoy es cada vez más normal hablar de problemas de salud mental. Está socialmente aceptado. Según el CIS, el 18,2% de los españoles ha consultado a un profesional por problemas de salud mental en 2024, cifra que no para de aumentar año tras año.

35. El cine de alto voltaje

Durante el franquismo, todas las películas extranjeras se doblaban obligatoriamente al español. Los censores franquistas modificaban diálogos enteros para adaptarlos a la ideología del régimen. Escenas de adulterio se convertían en incesto; las referencias políticas desaparecían; cualquier mención a sistemas democráticos o liberales era eliminada. El doblaje permitía un control absoluto que los espectadores no podían detectar.

En la época, miles de españoles viajaban a Francia para ver películas prohibidas en España como Emmanuelle o El último tango en París, impensables en los cines españoles debido a su alto contenido erótico. Hoy el cine erótico y las películas con contenido sexual se exhiben libremente en cines españoles sin restricción.​

Las primeras mujeres policía del Ayuntamiento de Madrid.

Las primeras mujeres policía del Ayuntamiento de Madrid.

36. Estudiar sin adoctrinamientos

Durante la mayor parte del franquismo se podían distinguir dos tipos de educación: la privada, a la que accedían las clases más acomodadas, y la pública, donde los niños estudiaban en escuelas nacionales para incorporarse directamente al mercado de trabajo.

La Ley General de Educación de 1970 sentó las bases de la educación pública que se siguió democratizando durante la democracia. Su principal avance fue la creación de la Enseñanza General Básica (EGB) obligatoria y gratuita entre los 6 y los 14 años. Con la llegada de la LOGSE, el adoctrinamiento político-falangista obligatorio desapareció.

37. Libertad de cátedra

Durante los 40 años de dictadura franquista, la libertad de cátedra fue sistemáticamente reprimida. La represión fue especialmente violenta en las universidades, donde el régimen buscaba eliminar cualquier pensamiento académico que cuestionara la ideología oficial. Los números hablan por sí solos: de los 128 catedráticos que había en 1936, el 44% fueron sancionados por el régimen.

Todo ello porque el régimen consideraba la ciencia debía ser, ante todo, católica, pero siguiendo las directrices e intereses del régimen. Por eso, además de los catedráticos, el 50% de los profesores auxiliares y ayudantes también fueron sancionados, según datos de la UCM. La Constitución puso en marcha en 1978 en el artículo 20 la libertad de cátedra.

La Constitución fue un antes y un después: su Artículo 20 estableció explícitamente la libertad de cátedra como derecho fundamental, garantizando que los docentes pudieran expresar sus ideas sin temor a represalias.

38. Acceder a la universidad sin discriminación por sexo

Por otro lado, a la hora de acceder a la educación universitaria no había ninguna restricción legal para las mujeres. Su presencia, no obstante, sí que era poco habitual. Esto se debe a que su papel más extendido en la sociedad era el de amas de casa dedicadas a sus labores domésticas. Por esta razón, diferentes investigaciones señalan que el porcentaje de mujeres frente a hombres en las clases no superaba un 20% en los primeros 20 años de dictadura.

39. El preservativo, normalizado

El uso de profilácticos estaba mal visto y el acceso a ellos era muy complejo. Quienes los vendían se enfrentaban a penas de seis meses de prisión. La causa principal: la necesidad del régimen de recuperar la población perdida sobre la guerra. Más allá de eso, la moral católica promovía que la principal finalidad del sexo era la procreación, y todo lo que escapara de eso era considerado pecado.

40. Fiestas de madrugada sin límites

Como tantas otras cosas, las fiestas de madrugada estaban prohibidas y los comercios estaban obligados a cerrar a las doce de la noche. Además, el régimen perseguía todas las reuniones sociales que se llevaran a cabo en espacios públicos después del anochecer. Por otro lado, la embriaguez como tal no estaba restringida, pero sí muy estigmatizada por ir en contra de la moral católica.

Felipe González durante el cierre de campaña para defender la permanencia de España en la OTAN.

Felipe González durante el cierre de campaña para defender la permanencia de España en la OTAN. EFE

41. De compras el Día del Señor

El descanso dominical obligatorio en España no fue invención de Franco, sino una conquista de finales del siglo XIX. La Ley del Descanso Dominical de 3 de marzo de 1904 —aprobada durante la Restauración monárquica bajo el Gobierno de Antonio Maura— ya prohibía trabajar los domingos, con excepciones limitadas para sectores específicos como la hostelería, las panaderías y las industrias de interés general.

El modelo cambió radicalmente con el Decreto Ley 3/1976, que estableció la libertad de horarios comerciales con limitaciones en lugar del cierre obligatorio. Esta medida marcó el inicio del progresivo abandono de la obligatoriedad del cierre dominical, aunque las limitaciones horarias permanecerían vigentes durante décadas.

42. Carnaval, la gran fiesta pagana

Los carnavales eran una festividad que sí e incluso se celebraba en España. Sin embargo, celebrarlo era absolutamente impensable durante las cuatro décadas que duró la dictadura. El régimen no sólo lo prohibió mediante decreto, sino que desplegó un aparato de vigilancia específico: órdenes circulares a gobernadores civiles, bandos municipales en cada pueblo, y vigilancia local para garantizar el cumplimiento de la prohibición.

43. El tatuaje y el piercing ya no es de presidiarios

Para la sociedad era impensable lucir tatuajes en los años de Franco. Se trataba de una marca que se asociaba directamente a los estratos más bajos de la sociedad y a la delincuencia. La moda de pintar la piel con tinta comenzó a extenderse de la mano del cine quinqui, entre los años 70 y 80. Lo mismo ocurrió con los piercings, un fenómeno incluso más residual.

44. Sin segregación por sexo en playas y colegios

Durante la II República, los institutos y las escuelas primarias se convirtieron en centros mixtos: mezclaban en la misma clase a niños y niñas. Esto, sin embargo, desapareció con la llegada de Franco al poder. En ese momento, la educación impuso una serie de valores morales que llevaban a las niñas a prepararse para sus papeles como amas de casa.

La segregación iba más allá de las escuelas: llegaba hasta las playas, donde las mujeres tenían prohibido lucir ropa de baño que enseñara mucha piel, como los bikinis. Los hombres también tenían limitaciones, pero en ningún caso llegaban a ser tan estrictas.

45. La televisión, sin monopolios

La televisión llegó a España en pleno franquismo, en 1956, con las primeras emisiones de TVE. Por lo tanto, al régimen no le costó trabajo implementarla de forma personalizada para ofrecerle a los ciudadanos unos contenidos propagandísticos. Todo lo que se emitía estaba diseñado y controlado por la dictadura, y los españoles sólo conocieron dos canales televisivos (La 1 y La 2) hasta la muerte del caudillo.

Unos meses después de la muerte del dictador, nació el programa de debate La clave, que reunió en plató, por primera vez en la historia del país, a personas de diferentes ideologías que sometían a debate distintas cuestiones de actualidad. Esto marcó el nacimiento de un nuevo contenido televisivo que ha llegado hasta nuestros días.

Carlos Arias Navarro anuncia la muerte de Franco.

Carlos Arias Navarro anuncia la muerte de Franco.

46. Comunidades autónomas y lenguas cooficiales

El dibujo del mapa político de España ha cambiado radicalmente. El Estado franquista construyó una nación unificada, muy centralizada. No existían las Comunidades Autónomas. Todo eso llegó con el modelo democrático derivado de la Constitución.

Pero esto no sólo tenía implicaciones en los planos geográficos, sino también en la multiculturalidad del país. Las hoy lenguas cooficiales (euskera, gallego y catalán) fueron prohibidas y perseguidas, incluso los nombres en estos idiomas se castellanizaron.

La democracia y el Estado de las Autonomías pusieron fin a esa represión y permitieron volver a poner en valor la multiculturalidad del país.

47. Schengen: el mundo globalizado

Dado el aislamiento internacional al que se sometió España tras la Segunda Guerra Mundial, a los ciudadanos nos les resultaba nada fácil conseguir los permisos para salir del país. No sólo hacía falta el pasaporte, sino también un visado de salida que reflejase que el Estado autorizaba a cruzar las fronteras.

Sin embargo, durante la Transición se fueron eliminando restricciones, y con la integración del país en la Comunidad Económica Europea en 1985, y más tarde en el Acuerdo Schengen, permitieron a los españoles viajar prácticamente por toda Europa con casi total libertad.

Moisés Ruiz afirma que "el hito político más importante que hemos tenido en la democracia fue la incorporación de España a Europa. Se venía de una España de gran analfabetización, y todo eso ha cambiado: ha permitido que España evolucionara en todos los aspectos. Y que todos los cambios que traía la globalización los asumiera en primera persona".

48. Ya no somos líderes en chabolismo

El fenómeno del chabolismo comenzó a documentarse tras su notorio incremento a principios del siglo XX como consecuencia del éxodo rural hacia las grandes ciudades. Sin embargo, la devastación que trajo consigo la Guerra Civil supuso que el franquismo fuese la época con mayores tasas de personas viviendo en los llamados 'barrios bajos'.

Esto sólo empezó a revertirse al final de los casi 40 años que duró el régimen militar. De hecho, al momento de morir Franco, Madrid tenía el dudoso récord de contar con el mayor porcentaje de población chabolista de las capitales europeas. En esta línea, Moisés Ruiz lamenta que en la actualidad, dada la crisis de la vivienda, "las ciudades expulsan a los jóvenes y las personas que intentan formar una nueva vida, al igual que expulsaron a la generación de mis padres".

Esa dificultad de acceso a la vivienda "la seguimos teniendo igual". "Antes se hablaba del régimen de Viviendas de Protección Oficial con aquellas placas de la Falange, y ahora es VPO. En ese sentido, estamos igual".

49. Ni pedimos el Libro de Familia en los hoteles

Hasta 1978, los hoteles españoles pedían obligatoriamente el Libro de Familia a las parejas jóvenes para comprobar que estaban "debidamente casadas". Franco utilizaba este documento como instrumento de control moral: el régimen no permitía relaciones sexuales entre parejas no casadas. Aún estándolo, si no se llevaba el Libro de Familia, los hoteles rechazaban a la pareja. Con la muerte del franquismo y la Transición, esta exigencia desapareció. Hoy las parejas tienen derecho a alojarse libremente sin necesidad de justificar su estado civil o relación.

50. No hay pena de muerte

La instauración de la pena de muerte en España tiene orígenes medievales. Sin embargo, se abolió durante la II República entre 1932 y 1934. Solo se reinstauró para casos de terrorismo y bandolerismo.

A 50 años de la muerte del dictador, todavía no se ha logrado contabilizar con exactitud el número de ejecuciones que se llevaron a cabo entre 1939 y 1975. El periodista Miguel Platón, autor de La represión de la posguerra. Penas de muerte por hechos cometidos durante la Guerra Civil, habla de unas 15.000 ejecuciones consumadas.

Otros historiadores especulan con que esta cifra podría oscilar entre los 30.000 y 40.000 condenados a la pena capital tras el término del conflicto que enfrentó a las tropas de Franco con la II República. La última, la de Puig Antich en 1974, tras haber sido acusado de matar a un policía nacional en un tiroteo. Su familia ha defendido desde entonces su inocencia.