Miembros de los United Tribuns en 2018, con Stefan Milojevic entre ellos.
Cae Milojevic, el mayor narco de Baleares, neonazi e hijo de un exjugador del Mallorca: 'Esto es la Champions del crimen', decía
La Policía Nacional y la Guardia Civil han desmantelado su organización, que presuntamente introducía ingentes cantidades de droga en España y Europa.
Con topos dentro de la policía, 'lapas' de seguimiento a agentes y conexiones con la mafia, la investigación ha tardado dos años en cerrarse.
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Stefan Milojevic tenía apenas tres meses cuando llegó a Mallorca. Era mediados de la temporada 1991/92 y su padre, Goran Milojevic, acababa de fichar por el RCD Mallorca procedente del Mérida.
El delantero serbio, que venía de jugar en el Estrella Roja de Belgrado y el Partizan, se convertiría en una leyenda en la isla: 23 goles en la temporada 93/94, pichichi del equipo y uno de los mejores goleadores en la historia del club bermellón.
Pero Stefan se negó a seguir los pasos de su padre en el fútbol. Aunque lo probó en las categorías base del Mallorca —ese apellido pesaba demasiado—, el balón no era lo suyo. Con 194 centímetros de estatura, el joven Milojevic prefirió el ring al césped y las artes marciales mixtas al fútbol.
Se convirtió en luchador profesional de MMA, peleó en eventos locales en Mallorca y llegó incluso a ganar algunos combates. Sin embargo, pronto dejaría de lado su figura de deportista para dar paso a su faceta como criminal.
En sus redes sociales no paraba de exhibir su afición por las MMA pero, al mismo tiempo, publicaba encuentros con miembros de lo que definía como una "hermandad". Y esa hermandad tenía un nombre: los United Tribuns.
Bajo el pretexto de ser una banda motera con representación internacional, se asentaron en Mallorca como sede nacional y con Stefan como líder y fundador de esa escisión. Sin embargo, las autoridades no tardarían en echarles el ojo.
Stefan Milojevic.
Vinculados con el ultranacionalismo serbio en Bosnia, esta hermandad internacional resultaba estar implicada en el mundo de la droga y la prostitución, por lo que el joven no tardó demasiado en erigirse como el 'capo' del narcotráfico en la isla.
Tras la caída de los United Tribuns en 2020, y con conexiones con la mafia albanesa debido a su ascendencia serbia, importó un modelo criminal a la calabresa, creando la mayor banda de narcos de Mallorca y haciendo de Baleares "la Champions League" del narcotráfico.
Consiguió hacerse con topos en la policía y vigilaba a los agentes con 'lapas' de seguimiento, lo que ha dificultado su captura.
Pero ahora, y tras dos años de investigación, la Policía Nacional y la Guardia Civil han puesto fin al plan de Stefan y ha desmantelado su organización, que presuntamente introducía ingentes cantidades de droga en España y Europa, gracias a una operación que se ha saldado con 76 detenidos y la incautación de, entre otros, 687 kilos de cocaína y 2.500 kilos de hachís.
Una banda neonazi
El 24 de marzo de 2018, con apenas 27 años, Stefan Milojevic inauguró el "clubhouse" de United Tribuns España en la calle Trasimé de s'Arenal, en Playa de Palma. Él era el presidente, el líder y el fundador.
Diez socios le acompañaban en la aventura de traer a Mallorca esta banda motera internacional con más de 1.700 miembros en todo el mundo, con representación en países como Estados Unidos, Alemania, Austria, Bosnia, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Italia, Suiza, Tailandia y Turquía.
En abril de 2018, Milojevic concedió una entrevista a Ultima Hora. Se presentó como "serbio de 27 años" y "luchador profesional de MMA". Con la cámara delante, aprovechó para desmentir rumores: "Para entrar en los United Tribuns no es necesario matar a siete personas. Eso son bulos, historias para no dormir".
A primera vista parecían moteros normales, con sus chalecos de cuero, sus parches militares y sus tatuajes. Funcionaban bajo la apariencia de legalidad de una asociación legalmente constituida, con jerarquía piramidal y estética propia. Desde Mallorca planeaban expandirse a Madrid, Barcelona, Girona, Tarragona y Tenerife.
Pero la realidad era muy distinta. Los United Tribuns controlaban el tráfico de drogas en locales de ocio nocturno, fiestas clandestinas y prostíbulos de Mallorca, colocando a sus miembros como personal de seguridad en estos garitos para facilitar el narcotráfico.
Parte del lucro económico de la actividad delictiva se destinaba a financiar grupos de extrema derecha radical y violenta, concretamente organizaciones neonazis y ultras deportivos.
La primera caída
El 15 de enero de 2020, la Policía Nacional desmanteló United Tribuns Nomads Spain en una macrooperación que abarcó Palma, Barcelona, Tarragona y Valencia. 16 personas fueron detenidas, incluido Milojevic como líder.
Durante los 18 registros encontraron placas y chalecos fluorescentes de la Policía Nacional y Guardia Civil, un laboratorio de speed y ketamina, armas de fuego, drogas y dinero en efectivo.
La Policía destacó la violencia extrema empleada en enfrentamientos con bandas rivales y con hooligans del RCD Mallorca. Además, los agentes vinculaban a la organización con el tráfico de drogas, la explotación de mujeres para prostitución y el ajuste de cuentas.
Fotografía de miembros de los United Tribuns con Stefan Milojevic.
En 2022, la Audiencia Provincial de Palma condenó a los cinco cabecillas de United Tribuns a penas superiores a 15 años de cárcel. Pero Milojevic, sorprendentemente, fue condenado a solo un año y medio de cárcel. Y no ingresó en prisión.
El tribunal suspendió la ejecución de la pena porque carecía de antecedentes penales. En ese juicio, su abogado defensor fue Gonzalo Márquez, un penalista que en su web aseguraba haber nacido "en una distinguida familia de la alta nobleza europea, con raíces en la Dinastía Grimaldi".
Márquez consiguió que Milojevic evitara la cárcel, produciéndose así el inicio de una relación que los convertiría en socios para crear la mayor red de narcotráfico de la historia de Baleares.
La "Champions" del crimen
"Esto es la Champions League. Aquí no podemos llegar a más. Es la cima", le dijo Milojevic en julio de 2025 a su enlace con la mafia albanesa, apodado "Rubio Malo".
Esta conversación telefónica fue interceptada por la Guardia Civil y, aunque hablaban en serbio, Milojevic presumía de haber alcanzado la élite del crimen organizado europeo.
Tras evitar la prisión en 2022, Milojevic no se retiró. Al contrario. Reorganizó sus operaciones y estableció conexiones directas con la mafia albanesa y clanes de Montenegro, por lo que ya no era solo el líder de una banda motera local.
Se había convertido en el brazo ejecutor de la mafia albanesa en España, el hombre que dirigía, coordinaba y financiaba las operativas de droga en las Islas Baleares.
La ascendencia serbia de Stefan, así como la educación que había adquirido en España, le permitieron diseñar una estructura criminal similar a la 'Ndrangheta calabresa, según han destacado los investigadores.
Una organización con capacidad sin precedentes, con conexiones directas entre Milojevic y destacados capos del Este de Europa, donde Ibiza era el centro logístico.
La droga llegaba desde África y Sudamérica en buques mercantes, desde los que arrojaban los fardos al mar para ser recogidos por embarcaciones rápidas, con la ayuda de balizas GPS con las que contaban todos los cargamentos.
La mafia facilitaba las coordenadas y los fieles de Stefan se encargaban de recogerlos en alta mar. La operación funcionaba, por así decirlo, como un centro logístico de Amazon, pero en lugar de paquetería, con kilos de droga.
Desde Ibiza, la mercancía era distribuida a Mallorca, la Península y varios países europeos, como Alemania, Francia, Bélgica e Italia. En Mallorca, la red que suministraba droga a más del 50% de los puntos de venta de la isla: Son Banya, Camp Redó (Corea), La Soledad, Virgen de Lluc, Son Gotleu, Llucmajor, Manacor.
Mientras, clanes locales como 'El Cabrero', 'El Vito', 'El Víctor', 'Los Orta', 'El Tete', 'El Pepito', 'El Seco' y 'El Indio' recibían la mercancía.
El cerebro financiero
Para entonces, Gonzalo Márquez, el abogado que le había salvado de la cárcel en 2022, ya se había convertido en su socio. Los investigadores lo describen como el "cerebro" e "ideólogo" de la organización, el hombre encargado de blanquear los capitales procedentes del narcotráfico y de guiar la actividad criminal.
Márquez diseñó un complejo entramado empresarial. Constituyó al menos siete sociedades pantalla, todas domiciliadas en su despacho. La empresa matriz, United Events S.L., fue creada inicialmente con el hermano de Milojevic como administrador, posteriormente sustituido por el propio Márquez.
La red adquirió tres hoteles agrupados bajo el nombre Blu Hotel Group: uno en el Port d'Alcúdia (Mallorca), uno en Pamplona y uno en Almansa (Albacete). También abrieron un negocio de compra-venta de vehículos en Inca, donde algunos clanes gitanos pagaban la droga con coches de lujo: Porsche Panamera, Audi S.3.
Los documentos intervenidos a los sospechosos revelaban la magnitud del negocio: en Mallorca habrían vendido 2.107 kilos de cocaína y 5.647 kilos de hachís, con una facturación superior a los 25 millones de euros.
El 21 de mayo de 2025, en una conversación telefónica interceptada, Márquez le dijo a Milojevic: "Faustino no sé hasta qué punto ha sido un buen fichaje". Podría parecer que hablaban de otro miembro de la banda pero, sin embargo, se referían al inspector de la Policía Nacional y exjefe del Grupo II de Estupefacientes, Faustino Nogales.
En la llamada, lamentaba que el policía no quisiera "ser jefe de grupo de nada, pero tampoco se va". Esa frase, que aparece en el atestado policial, fue la que reforzó la teoría que las autoridades llevaban varios meses barajando: los criminales tenían un topo, y no era otro que Nogales.
Un hombre 'invisible'
Para no levantar sospechas, Milojevic aparentaba llevar una vida normal. Dirigía las actividades del crimen organizado con extremo sigilo y cautela. Lo hacía a través de su "mano derecha", C.H.G. (alias 'Gaucho' o 'Marc Lenders'), encargado de ocultar y distribuir la mercancía.
Milojevic se reunía con él esporádicamente, de forma presencial o mediante comunicaciones de extrema seguridad. Utilizaba teléfonos adquiridos bajo identidades falsas, encriptados o con tarjetas SIM de otros países. Se comunicaba a través de aplicaciones como Signal y Telegram para dificultar la interceptación.
Dentro de la organización, Milojevic era apodado de varias formas, entre ellas "Florentino", "Jefe" o "Líder".
Stefan Milojevic.
La organización había adoptado medidas de contravigilancia sofisticadas: balizas de seguimiento instaladas en vehículos policiales para conocer los movimientos de los investigadores, prismáticos de visión nocturna, detectores de metales para localizar micrófonos ocultos y cámaras de vigilancia perimetrales.
En marzo de 2025, Milojevic informó a Nogales que habían desaparecido "varias lapas" (balizas de seguimiento) en sus vehículos de Ibiza y Alemania y, en junio de 2025, un operativo conjunto en Ibiza fracasó porque la organización había colocado balizas en los vehículos policiales, lo que les permitió eludir la captura tras descargar 1.750 kilos de hachís.
Pero la red de contravigilancia no solo se limitaba a la tecnología. Milojevic y Márquez buscaban captar miembros de la judicatura y de la prensa con el fin de "intentar corromperlos para obtener información sobre posibles investigaciones a las que pudieran ser sometidos".
Uno de sus amigos íntimos, A.L.L., consiguió introducirse como agente de la Policía Portuaria de Palma. En su primer día de trabajo, envió fotografías de la comisaría a Milojevic. En connivencia con Márquez, ambos corroboraron que ya tenían "garita en el puerto".
El chivatazo
El 9 de agosto de 2025, unos días antes de su detención, Milojevic recibió la llamada que lo cambiaría todo. Faustino Nogales envió a su hijo a avisar a Milojevic de que existía una investigación de grandes dimensiones contra él y que iban a ser detenidos de forma inminente.
El inspector transmitió la información crucial a través de su hijo en una discoteca, evitando comunicaciones telefónicas por temor a ser interceptado.
Milojevic informó inmediatamente a Gonzalo Márquez, en una conversación que duró 49 minutos. En ella, Milojevic dice: "Eso me ha dicho Faustino, que están mirando hasta Amok", en referencia a que la investigación patrimonial afecta también al entramado empresarial relacionado con la organización criminal.
En conversaciones posteriores, Milojevic reveló que Nogales había dejado de cogerles el teléfono y adoptaba "medidas de seguridad extremas": "Lo de Faustino, tío, es la hostia… que vaya en taxi, que vaya en moto, no veas".
En una de ellas, Milojevic habría manifestado su intención de huir a Austria, por lo que este chivatazo obligó a las autoridades a precipitar las detenciones.
El 12 de agosto de 2025, a las 6 de la mañana, la Policía Nacional y la Guardia Civil en colaboración ejecutaron la primera fase de la llamada operación Enroque Bal-Manso.
13 registros en Palma, Inca, Binissalem, Pollença, Llucmajor, Sencelles, Sóller y Marratxí y 15 detenidos, entre ellos Milojevic, Márquez y Nogales.
En casa de Milojevic incautaron 11,3 kilos de cocaína, 1.000 plantas de marihuana, 1,4 millones de euros, armas, vehículos de lujo, relojes y obras de arte.
Al día siguiente, el 13 de agosto de 2025, el juez de Instrucción número 7 de Palma decretó prisión provisional comunicada y sin fianza para Milojevic.
76 detenidos
La operación Enroque Bal-Manso se desarrolló en seis fases entre septiembre de 2024 y noviembre de 2025, tras más de dos años de investigación. El balance final es contundente: 76 personas detenidas, 71 registros, 1.543.300 euros en efectivo incautados, 687 kilos de cocaína, 2.500 kilos de hachís, 1.500 plantas de marihuana, 16 armas de fuego, 16 vehículos de alta gama.
El episodio más significativo ocurrió el 9 de julio de 2025, cuando se interceptaron 675 kilos de cocaína en el puerto de Valencia, ocultos en un camión procedente de Ibiza. Este hallazgo precipitó las detenciones masivas de agosto.
La operación fue presentada oficialmente el 5 de noviembre de 2025, tras levantarse el secreto de sumario. Alrededor de 40 personas permanecen en prisión provisional.
Stefan Milojevic, el hijo del goleador, el luchador de MMA que llegó a Mallorca con tres meses, el hombre que convirtió las Islas Baleares en un hub logístico clave para el narcotráfico europeo, cumple ahora prisión en el centro penitenciario de Palma.
Se le imputan los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, usurpación/suplantación de identidad, tenencia ilícita de armas y cohecho activo.
El apellido Milojevic, que resonaba en Son Moix con cada gol de Goran, ahora resuena en los juzgados de Palma. De la gloria deportiva al banquillo de los acusados. De las categorías inferiores del RCD Mallorca a la "Champions League" del narcotráfico.