A la derecha de la imagen, Frank A., el santero de Yuncos, junto con un agente de la Policía Municipal de Madrid.

A la derecha de la imagen, Frank A., el santero de Yuncos, junto con un agente de la Policía Municipal de Madrid. E. E.

Reportajes

Frank, el santero de Yuncos (Toledo) que "tortura" a sus vecinos con los rituales: "Oigo a los animales gritar de dolor"

En 2022 ya fue investigado por un presunto delito de maltrato animal; a sus ceremonias acuden hasta una treintena de personas con niños presentes.

Más información: Santeros holísticos, lectura del futuro y "fotografías del aura": la feria del esoterismo de Madrid, envuelta por la polémica

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A Jesús le perturban gravemente los ruidos que provoca su vecino. "Cuando suenan los tambores, me tengo que ir de casa. Es imposible quedarse. Puedes aguantarlo un rato, pero se tira cinco o seis horas". El vecino no es músico, sino santero.

Jesús convive en su bloque residencial desde hace 11 años con Frank A., un santero venezolano afincado en Yuncos, municipio toledano colindante con la Comunidad de Madrid. "Hacen rituales con animales, últimamente con aves. Les escuchas chillar de dolor", lamenta este hombre a EL ESPAÑOL en una conversación reciente.

Frank A., en el centro de la imagen, momentos previos a uno de sus rituales con animales.

Frank A., en el centro de la imagen, momentos previos a uno de sus rituales con animales. E. E.

El vecino damnificado subraya que Frank A. realiza sus rituales en el patio de su vivienda, donde invita a una treintena de personas de alto poder adquisitivo, entre los que se encuentran niños.

Jesús confiesa a este periódico que "al principio no era muy consciente" de lo que sucedía. "Antes eran cabras y corderos. Ahora, generalmente son aves, supongo que será por temas de logística o de ruidos", agrega.

Frank A. ya fue denunciado en 2022 ante la Guardia Civil por un presunto delito de maltrato animal. Pero "no ha sucedido nada", tal y como lamentan los vecinos perjudicados por estas prácticas, que generalmente se producen "dos o tres veces por semana y durante cuatro o cinco horas".

Ahora, sus rituales vuelven a estar en manos de las autoridades. La denuncia, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, recoge que existen "reportajes fotográficos de cómo traen a los animales a su domicilio en cajas, siendo que estos nunca han salido del mismo vivos".

Siguiendo en esta línea, Jesús también ha tenido problemas con Frank A. y sus amigos fuera de los rituales chamánicos: "A veces, cuando yo llegaba a mi casa, estaban esperándote y te hacían el pasillo".

Este hombre destaca que nunca hubo una agresión, ni física ni verbal, pero que sí "intimidan". También, en otras ocasiones, han esperado a Jesús y a su mujer en el garaje, acreditado en la denuncia como "práctica intimidatoria".

El santero Frank A., el segundo por la izquierda, durante uno de sus rituales con niños presentes.

El santero Frank A., el segundo por la izquierda, durante uno de sus rituales con niños presentes.

Frank A. es un viejo conocido de las autoridades. Y no sólo de la patrulla del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Yuncos, sino de Madrid.

El santero venezolano, además de acoger los rituales en su propia vivienda, es propietario de una tienda de santería en Parla, al sur de la Comunidad de Madrid.

Una víctima de Frank A., Alberto, narra su horrenda experiencia cuando fue a buscarle a su negocio de Parla: "Nos ofreció hacernos una limpieza para que tuviéramos prosperidad. Estábamos mal de dinero. Nos llevó a una zona donde mató a un par de gallos negros. A las semanas, todo nos empezó a ir mal, en lugar de prosperar como nos prometió".

Pagos de 15.000 euros

"Tenía problemas con mi pareja. Le empecé a hacer reclamos y nos dijo que teníamos un hechizo de brujería y que para sanarnos teníamos que comprarle unas pulseras y hacer unos trabajos con unos carneros porque los gallos no eran suficientes. Pagamos 15.000 euros. Caímos en su trampa".

Tras este via crucis, a este hombre le amenazaron de muerte, ya que calificó a Frank A. de "estafador". "Por miedo, no volvimos a hacer nada y se quedó ahí el tema", zanja Alberto.

Por otro lado, cada seis meses aproximadamente se celebra la Feria Esotérica de Madrid en un recodo de la estación de Chamartín. Allí, cada santero administra su puesto con yerbas, colmillos de tiburón, polvos de rata y hasta "fotografías del aura", tal y como acreditó y documentó EL ESPAÑOL.

En el referido espacio, estuvieron presentes los agentes de la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal de Madrid, los policías encargados de cesar los delitos contra el maltrato animal.

Productos intervenidos por la Policía Municipal de Madrid.

Productos intervenidos por la Policía Municipal de Madrid. PMM

"Al final este señor nunca dejará de hacer esto. Es su vida. Se dedica a ello. Ellos te dicen que son santeros. No se esconden porque consideran que no están haciendo nada malo. No ven nada raro en degollar a un pollo o cortarle la cabeza a un cordero", apunta Jesús.

La Asociación de Víctimas de Santería lamenta este tipo de prácticas y más aún cuando hay menores presentes en los ritos. "Cuanto más daño hagan a los animales, más posibilidades hay, según ellos, de que se cumplan sus deseos", relatan desde la asociación.

La citada asociación, de la mano de la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad (RedUNE) presentaron en el Congreso de los Diputados 300.000 firmas con el objetivo de estrechar el cerco a estas prácticas y que se tipifique en el Código Penal el delito de "persuasión coercitiva", también conocido como "lavado de cerebro".