Dos ángeles presentes en la feria esotérico de Madrid, con un recipiente de agua bendita.

Dos ángeles presentes en la feria esotérico de Madrid, con un recipiente de "agua bendita". E. E.

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Santeros holísticos, lectura del futuro y "fotografías del aura": la feria del esoterismo de Madrid, envuelta por la polémica

La presidenta de la Asociación de Víctimas de la Santería interpuso una denuncia por haber sido expulsada "entre empujones" y al grito de "subnormal".

Más información: La Policía detecta ceremonias con animales y rituales por 750 euros en 30 tiendas de santería en Madrid

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En un recodo de la renovada estación de Chamartín, en pleno corazón de la capital, se desprende un profundo hedor a incienso y azufres. El olor emana de una pequeña sala destinada a la celebración de eventos de todo tipo. Sin embargo, lo que aconteció este fin de semana es la Feria Esotérica de Madrid. "Un espacio lleno de luz", subraya un letrero en la puerta.

El local, diferenciado en dos partes por una sala VIP a la que sólo se puede acceder con reserva por las "conferencias" que allí se acontecen, está ambientado con hasta 73 puestos de santería. Durante los cuatro días que se ha prolongado la feria, se han citado centenares de personas. Familias con niños acudieron para conocer un poco más sobre las ciencias ocultas. "Hemos venido a mirar un poco. Nos ha parecido algo curioso, pero no hemos comprado nada", sostiene una mujer.

Una escoba se sitúa al frente de uno de los stands esotéricos. A este artilugio, ligado en la literatura popular a las brujas, le acompaña un mensaje de donde se puede observar "la mano del destino”. En estos puestos se ofrecen diferentes servicios, como terapias holísticas como el reiki, lecturas de la mano,"sanación con ángeles", constelaciones familiares y "fotografías del aura". Y lo cierto es que algunos de los "expertos" allí presentes, se definen como "angelólogos".

"¿Tú sabes lo que es esto? Son mis raíces", asegura una santera de un puesto situado nada más pisar el mercadillo esotérico, mientras sostiene un paquete con unos polvillos en su interior.  Frente a esta caseta se hallan dos estatuas de dos ángeles de un metro y medio de altura. Están separadas por un recipiente con agua bendita, donde los asistentes a la feria acuden a santiguarse.

En un extremo del recinto ferial, cierra el mercadillo un "pozo de los deseos". Animan a los más devotos a echar unas cuantas monedas para "alcanzar sus deseos". Y en la otra punta, se sitúa un "árbol de los deseos". Sin embargo, la armonía de la feria se truncó el primer día.

Colmillos de tiburón y polvos de rata

La presidenta de la Asociación de Víctimas de la Santería, Victoria Vélez de Guevara, acudió al evento el primer día de actividad, el jueves. Con el objetivo de denunciar la presencia de determinados productos en los puestos, como es la madera sagrada conocida como palo santo, polvos de restos de rata o colmillos de tiburón, Vélez fue increpada por los organizadores del evento, el cual celebraba su edición número 33 en el intercambiador madrileño.

"Eres una subnormal, que vienes más que a liarla todos los años", le espetaron a la lideresa de la Asociación de Víctimas de la Santería. Vélez de Guevara, al día siguiente de sufrir el altercado en la estación de Chamartín, acudió a denunciar "las lesiones que ha sufrido" ante la Guardia Civil.

Productos de un 'stand' de la feria, donde se observa la madera palo santo y semillas tóxicas.

Productos de un 'stand' de la feria, donde se observa la madera palo santo y semillas tóxicas. E. E.

Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, esta mujer asistió a la convención negra  "para denunciar los hechos y elementos ilegales que tienen dentro de esa feria, realizando fotos en el interior". Siguiendo en esta línea, y tal y como recoge el documento del Instituto Armado, uno de los vigilantes de seguridad se dirigió a ella "en un tono un tanto agresivo, llegando incluso a llamarle 'subnormal'". Cuando Vélez de Guevara salió del evento, se personó en un centro médico para realizar el parte médico de lesiones, que posteriormente se trasladó al juzgado que investigará el suceso.

"Fue un momento horrible, me intentaron sacar a empujones, todo el mundo nos estaba viendo...", sostiene la dirigente de la Asociación en cuestión de manera contundente e indignada. "Si no quieres que te denuncien, pues no vendas cosas prohibidas", agrega la mujer. Vélez de Guevara es una conocida para los santeros de la capital y los que actúan fuera del territorio madrileño. En numerosos establecimientos tiene prohibida la entrada, aunque insiste en que "no se puede no permitir el acceso a una persona porque te caiga mal".

Delitos de maltrato animal

Durante el año pasado, su asociación interpuso más de una docena de denuncias a estos locales de corte esotérico que operan en varios distritos de Madrid, como Puente de Vallecas, Tetuán, Carabanchel, Centro o Salamanca, por mencionar algunos. Y fuera de los límites de la capital, como en Torrejón de Ardoz, Móstoles y Parla. 

La principal cruzada que ejerce la Asociación de Víctimas de la Santería es referente a los casos de maltrato animal. Asegura que "inflingen el máximo dolor" a las especies: "Dependiendo del ritual que se realice, utilizan un tipo de animales u otros. Por ejemplo, si es por un tema de una limpieza, se usan animales de cuatro patas".

Una jutía (rata de origen cubano) incautada en un local de santería en Madrid.

Una jutía (rata de origen cubano) incautada en un local de santería en Madrid. PMM

Los agentes de la Policía Municipal de Madrid, concretamente los uniformados pertenecientes a la Unidad de Medio Ambiente, investigan los casos que afectan de lleno a los animales y estén ligados a rituales de santería. Asimismo, persiguen a aquellos locales que vendan artículos prohibidos, como mercurio líquido, plumas de especies como papagayos y buitres, caparazones de tortuga o semillas tóxicas como presuntos delitos contra la salud pública. Y también han hallado en algún dispositivo huesos humanos, destinados a la ejecución de rituales.

La Asociación de Víctimas de la Santería, de la mano de la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad (RedUNE) presentaron en el Congreso de los Diputados 300.000 firmas con el objetivo de estrechar el cerco a estos establecimientos y que se tipifique en el Código Penal el delito de "persuasión coercitiva", también conocido como "lavado de cerebro".