Óscar Guerrero, dando instrucciones desde el coche a uno de los ciclistas de su equipo.
El calvario del director español del Israel-Premier Tech: dejó La Vuelta por amenazas y llaman 'genocida' a su mujer en el súper
Óscar Guerrero se retiró de la competición y regresó a su municipio natal, Alsasua, donde está siendo el foco de pintadas amenazantes y vejaciones contra su familia.
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Pintadas, vejaciones e insultos contra su familia: este es el drama que sufre el director del equipo ciclista Israel-Premier Tech, Óscar Guerrero (Alsasua, 1971), que estaba realizando una buena competición en La Vuelta, hasta que se vio accidentado por los manifestantes propalestinos que querían expulsarles de la carrera por representar al Estado hebreo.
Esta presión pudo con el deportista navarro, que finalmente decidió abandonar la carrera este fin de semana, superado por las críticas y la inseguridad. Pero ni siquiera ahora, en su casa en Alsasua, puede respirar tranquilo.
Un vecino de un municipio próximo a este pueblo navarro fronterizo con el País Vasco enumera en una publicación de Facebook que estas vejaciones también se traducen en "insultos a su mujer cuando iba a hacer la compra con frases tan recurrentes como 'asesina' o 'genocida'; e incluso alguno ha sido tan cobarde de hacer cómplices y partícipes a sus hijas, para que las insultaran".
Un miembro del equipo Israel Premier Tech sin el nombre del país en el maillot Israel Premier Tech
Y eso pese a que la vinculación de Guerrero con Jerusalén es meramente deportiva. Pero eso no le ha ayudado a salvarse de la brutal campaña de acoso que ha pasado de insultos por la calle en las carreras a pintadas contra él en su vivienda particular y en otros puntos del municipio donde reside.
Varios días antes de oficializar su retirada se pronunció contra estas vejaciones en unas declaraciones a los medios de comunicación: "Llevo ya 35 años de director, toda la vida trabajando duro, y que la gente te llame desde la ventanilla 'asesino' o 'hijo de puta' no es agradable y te sientes muy dolido".
EL ESPAÑOL ha intentado ponerse en contacto con Óscar Guerrero por diferentes vías, pero al cierre de este reportaje no ha obtenido respuesta.
Y es que basta con echar un vistazo a las redes sociales para percatarse del nivel de presión al que se está viendo sometido este hombre, amante del ciclismo desde su juventud, que siempre había mantenido un perfil mediático bajo.
"Blanqueador terrorista", "mercenario a sueldo de Israel", o "no ha sido capaz de decir nada sobre lo que pasa en Gaza mientras hace publicidad de ese Estado genocida" son solo algunos de los comentarios que se leen en X opinando sobre este entrenador de ciclismo.
Alsasua, foco abertzale
La tensión que Guerrero vive estos días parte de la gran movilización social para boicotear al equipo israelí que dirige en La Vuelta.
Algo que ha generado una olla a presión que ha estallado para el navarro en Alsasua: un municipio de menos de 8.000 habitantes fronterizo con el País Vasco donde la izquierda abertzale siempre ha tenido una gran presencia y fuerza.
No en vano, en este municipio tuvo lugar en 2016 un sonado incidente en el que ocho jóvenes fueron condenados por una agresión a dos guardias civiles fuera de servicio y sus parejas en un bar.
Todos estos sucesos se han perpetrado siempre en nombre de una ideología radical que clama por la independencia vasca de un modo que recuerda a los tiempos oscuros de la violencia de ETA.
Esas ideas quedan plasmadas en las urnas. Desde hace 34 años, cuando el PSN-PSOE perdió la alcaldía, solo han gobernado en el municipio fuerzas nacionalistas como el PNV, Euskal Herritarrok, Bildu y Geroa Bai, que actualmente encabeza el equipo de Gobierno local. Nunca una fuerza conservadora gobernó en Alsasua.
Aunque, como es lógico, no todos los vecinos participen en actos violentos, a lo largo de la historia el municipio ha sido escenario de acontecimientos radicales como cuando un grupo de manifestantes intentó boicotear en 2018 un mitin de Albert Rivera. Tras el incidente, el exlíder de Ciudadanos reconoció su recibimiento en el pueblo se hizo "a pedradas".
Más recientemente, en marzo de este año, un grupo de jóvenes quemó una bandera de España junto a otra de Israel mientras estaban disfrazados de momotxorros, la figura de carnaval típica de la localidad.
Y estos días en los que se han producido las pintadas y los insultos contra Óscar Guerrero y su familia, Alsasua se encuentra inmersa en sus fiestas locales: unas celebraciones que en muchos rincones vascos y navarros, son aprovechadas por la izquierda abertzale para visibilizar sus reivindicaciones.
Un entrenador 'agresivo'
Dejando de lado cualquier asociación política, si hay algo que no se le puede reprochar a Óscar Guerrero es su dilatada experiencia y sabiduría en el mundo del ciclismo.
Su estilo al preparar cada carrera, su cercanía con los deportistas y su espera paciente en el desarrollo son las tres características que definen su modo de entrenar.
"Lo que más me enorgullece de los equipos que he dirigido es el impacto positivo que tuvimos en las carreras", aseguró en una entrevista para Ciclo21. "Siempre corríamos de una manera agresiva, estando presentes en innumerables ataques".
Guerrero practica deporte desde su juventud. Fue corredor hasta los 19 años, y su carrera como director profesional de ciclismo comenzó en 2005.
La apuesta israelí
Tras una larga trayectoria al frente de varios equipos y un período de transición como coordinador comercial en una empresa, en 2017 se puso al frente del Israel Cycling Academy, hoy conocido como Israel-Premier Tech.
Desde ese día, el navarro ha pasado ocho temporadas ininterrumpidas dirigiendo al que fuera el primer proyecto profesional con el que el país hebreo quiso posicionarse en el mundo del ciclismo.
En todo este tiempo, si bien el palmarés de Guerrero no recoge ninguna victoria en la general de ninguna gran competición, sí que ha logrado elevar al Israel-Premier Tech hasta convertirlo en un conjunto muy competitivo.
En la actual Vuelta a España, el navarro ha logrado posicionar a tres ciclistas dentro del top 50 de la clasificación general: Jan Hirt en el puesto 43, Marco Frigo en el 32 y Matthew Riccitello en quinto lugar.
Desde la retirada de la competición, Óscar Guerrero no ha vuelto a pronunciarse. Mientras tanto, la postura del Gobierno español sigue echando leña al fuego de unas reivindicaciones que, abanderando una causa justa, no tienen tapujos ni remordimientos a la hora de relacionar la política con el deporte.