Algunos vecinos se quedaron para evitar que el fuego no llegara a su pueblo.

Algunos vecinos se quedaron para evitar que el fuego no llegara a su pueblo. Cedida

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Los evacuados de Sanabria vuelven a sus casas con temor por la "alarma extrema": "El fuego todavía puede volver"

Mientras los pueblos vecinos se mantienen en "alarma extrema", los habitantes de San Martín de Castañeda han vuelto a sus hogares en donde el agua está contaminada por las cenizas.

Más información: Siete días del incendio en San Pedro de Cansoles, el pueblo "olvidado" y arrasado por el fuego en la montaña palentina

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Tras cinco días combatiendo el incendio en la sierra de San Martín de Castañeda (Zamora), Javier López vio cómo sus vecinos de este pueblo regresaban a sus casas la tarde del viernes. Sin embargo, el peligro todavía les acecha. "El fuego todavía puede volver", advierte este hostelero de 59 años.

Ana Esther Velasco, de 55, y vecina de este mismo pueblo también siente incertidumbre porque "pueden salir focos en distintos sitios" de la sierra y reactivar el incendio. Ella fue una de las evacuadas junto a su familia el lunes 18 de agosto. Pensó que al volver encontraría su hogar calcinado por el fuego que empezó en Porto cuatro días antes. Afortunadamente, no ha sido así.

El viernes 22 de agosto los vecinos evacuados de San Martín de Castañeda, Vigo, San Ciprián y otros pueblos de la provincia de Zamora regresaron a sus localidades. Un día después, la Junta de Castilla y León declaró la "alarma extrema" por incendios en otros 37 municipios de León, Palencia y Zamora.

Javier López trabajó como voluntario en la sierra de San Martín de Castañeda.

Javier López trabajó como voluntario en la sierra de San Martín de Castañeda. Cedida

Algunos de ellos están al lado del pueblo de Ana y Javier. Incluso se puede oler el humo y por la noche se ven las llamas sobre la sierra. Esto les genera incertidumbre. "No hay que bajar la guardia. Estamos vigilando", indica este hombre que estuvo de voluntario la semana pasada junto a otros vecinos que trataron de parar el fuego que bajaba por la montaña.

"Hay unos pequeños focos en los que es difícil el acceso por el terreno y el monte que crece. Ahí el fuego es muy difícil de apagar. Con cualquier viento eso se vuelve a prender", señala Javier, quien se jacta de conocer muy bien la sierra.

Él ha vivido toda su vida en San Martín de Castañeda. Asegura que cada verano hace de voluntario en caso de que algún fuego amenace su pueblo y su restaurante El Recreo.

El regreso de Ana

"Tenía mucho temor por perder mi casa", cuenta Ana Esther. Ella evacuó junto a su familia el lunes 18 de agosto cuando la Guardia Civil advirtió a los vecinos que el fuego que empezó en Porto estaba muy cerca de su pueblo de 118 habitantes. "Estaban todas las casas llenas de gente por el verano", detalla la mujer.

Ana y su familia se fueron a El Puente, otro pueblo cercano de Sanabria. Estuvo ahí cinco días pensando que cuando regresara a San Martín de Castañeda se encontraría con su casa convertida en cenizas.

Sin embargo, su vivienda estaba intacta porque los bomberos y los voluntarios pudieron parar el fuego. "Cuando volvimos nos quedamos felices porque el pueblo se ha salvado".

Por ahora, algunas carreteras que llevan a la localidad permanecen cerradas por riesgo de incendio. En las casas no hay agua para beber ni para cocinar porque sale sucia de los grifos. "Toda el agua venía de la sierra y está contaminada con las cenizas", detalla Ana.

El lago de Sanabria con cenizas.

El lago de Sanabria con cenizas. Cedida

El lago de Sanabria, cercano al pueblo, también está lleno de cenizas y el agua ha empezado a expulsar la suciedad negra hacia la costa.

Aunque ha vuelto a su hogar, esta vecina teme que el fuego pueda regresar en cualquier momento. La "alarma extrema" anunciada por la Junta de Castilla y León hace pensar que no están del todo seguros. "Por la orografía del pueblo no se salvaría ni una casa porque estamos metidos en el monte".

La defensa de Javier

Javier López fue de los pocos que se quedó en el pueblo para ayudar a que el fuego no lo incinerara. Él quería salvar el restaurante de su familia que está por cumplir medio siglo. "Te quedas por salvar tu tierra, por salvar todo lo que has logrado y lo que es tu vida diaria", señala.

"¿Tú cómo crees que se te pone el corazón cuando imaginas que se lo comen las llamas? Es una sensación que no se la deseo ni a mi peor enemigo", insiste.

El hombre cuenta que las llamas que cercaron la localidad fueron "inmensas". Él y una decena de vecinos colaboraron con las unidades de bomberos forestales. Principalmente, hicieron cortafuegos para evitar que el incendio llegara a sus hogares.

Así se veía el humo sobre San Martín de Castañeda antes de ser evacuado.

Así se veía el humo sobre San Martín de Castañeda antes de ser evacuado. Cedida

"Repartimos mangueras y las pusimos por donde venía el incendio para que estuviéramos varios grupos de vecinos defendiendo los puntos clave por los que el fuego podía llegar al pueblo", detalla Javier.

Tras cinco días de arduo trabajo el fuego cedió, pero aún no está extinto y amenaza a los pueblos vecinos de la sierra en los que la Junta de Castilla y León ha declarado la "alarma extrema".

Javier asegura que en caso de que el fuego regrese no dudará en colaborar nuevamente como voluntario. No piensa abandonar ni su pueblo ni el restaurante familiar en el que ha trabajado toda su vida. "Hacer las maletas es trágico y más cuando tienes que irte y puedes perderlo todo".