Spencer Tunick, el fotógrafo estadounidense que busca crear un gran desnudo colectivo en Granada para retratar el espíritu del pueblo español.

Spencer Tunick, el fotógrafo estadounidense que busca crear un gran desnudo colectivo en Granada para retratar el espíritu del pueblo español. Cedida

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Spencer Tunick, el fotógrafo que busca voluntarios para crear un gran desnudo en Granada: "Voy a retratar el espíritu español"

Es la cuarta vez que el estadounidense elige España como escenario de su obra. "Las personas tienen la oportunidad de participar activamente de la obra".

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En medio de un olivar de Granada, cientos o incluso miles de cuerpos desnudos de personas voluntarias se fundirán en septiembre con las formas orgánicas de los árboles centenarios. Será una imagen irrepetible, cargada de simbolismo y provocación estética. Esta será la nueva instalación del prestigioso fotógrafo neoyorquino Spencer Tunick (Middletown, Nueva York, 1967), quien elige las tierras granadinas como sede de su nuevo proyecto.

Se trata de Retrato Alhambra 1925, que cuenta con la colaboración de Cervezas Alhambra, lo que supone su primera intervención del artista en el sur de España.

Famoso por sus fotografías donde retrata a multitudes de voluntarios desnudos, el fotógrafo, a lo largo de tres décadas de carrera, ha logrado conjugar la naturaleza del cuerpo humano y el espacio que lo habita, convirtiendo así la piel en un vehículo de arte y política y en un acto de belleza colectiva que rompe con cualquier tipo de tabú.

Desnudo colectivo de Spencer Tunick en el zócalo de Ciudad de México, en 2007.

Desnudo colectivo de Spencer Tunick en el zócalo de Ciudad de México, en 2007. Spencer Tunick Cedida

Spencer Tunick ha llevado su arte por todo el mundo: Buenos Aires, Munich, Viena, Barcelona, Newcastle, Caracas, Montreal, Bogotá o São Paulo han sido sede de sus fotografías. Desde sus primeros trabajos en Nueva York en 1992, cuando fotografiaba cuerpos desnudos en las calles de Manhattan sin permisos oficiales –y por lo cual fue arrestado varias veces–, ha pasado a convertirse en un artista de renombre global, autor de más de 100 instalaciones colectivas.

"Empecé haciendo fotos individuales de desnudos en la calle. Muy pronto, la gente comenzó a interesarse y a pedirme participar. Así, en 1994 decidí invitar a cien de estas personas para hacer mi primera fotografía colectiva. De las cien llamadas que hice, vinieron 28. Así empezó todo", recuerda Tunick en una entrevista con EL ESPAÑOL.

En sus instalaciones, Tunick siempre busca una relación profunda entre el cuerpo y el entorno. Cada lugar se convierte en un escenario simbólico, político, estético. "Los cuerpos crean un nuevo significado con el paisaje y con el entorno. Y al mismo tiempo, el paisaje adquiere un significado diferente con la entrada de los cuerpos desnudos", explica.

Para Retrato Alhambra 1925, Tunick tuvo la idea de elegir un olivar andaluz tras un momento de inspiración inesperado. "La idea vino cuando íbamos de Granada a Madrid en coche. Al pasar por esos campos llenos de olivos, comencé a soñar despierto. Me parecían como una procesión de personas esperando para entrar a un concierto. Los olivos eran formaciones humanas", cuenta con emoción. Para él, este paisaje es "el espíritu del pueblo español", y la fusión con el cuerpo humano será su homenaje a Andalucía.

Tunick asegura que siempre ha tenido "una conexión especial con España". Su primera intervención que hizo en nuestro país fue en Barcelona en 2003, donde participaron unas 5.000 personas. También ha hecho obras en San Sebastián y Valencia, por lo que esta es la cuarta vez que elige España como escenario de su obra.

La instalación en Granada se realizará en septiembre de 2025, y ya está abierta la inscripción de voluntarios. Los participantes recibirán una edición limitada de la fotografía firmada por Tunick como agradecimiento. Aunque no hay retribución económica, el artista promete una experiencia inolvidable.

"Muchas personas van a los museos y su única implicación con las pinturas es a través de su mirada. Aquí la diferencia es que las personas tienen la oportunidad de participar activamente de la obra. Y eso es algo muy poco habitual", dice.

Para los que dudan, ya que creen que pueden sentir pudor o vergüenza, Tunick ofrece una respuesta sencilla: "Es una experiencia muy positiva y divertida. Además, esta vez estarán cubiertos de pintura verde, lo que les otorga cierto anonimato. No estarán completamente expuestos", dice.

Un tono verde de pintura que evoca los azulejos de la Alhambra y la identidad visual de Cervezas Alhambra. "Desde muy joven siempre quise hacer una obra con este color", apunta.

A pesar de la aparente libertad de las imágenes, las obras de Tunick requieren una logística extremadamente precisa. La hora de recogida de los voluntarios será muy temprano, antes del amanecer. Una vez allí, recibirán la pintura verde, que en realidad es maquillaje corporal, por lo que no es nada tóxico.

2.000 botellas serán repartidas entre todos los participantes, los cuales se aplicarán a sí mismos la pintura sobre su cuerpo, como si fuera una crema. "La gente se ríe y se lo pasa bien. Y después le damos las instrucciones de cómo tienen que posicionarse", asegura.

Además, la instalación contará con medidas de seguridad y asistencia médica. "Intentamos hacerlo lo más rápido posible ya que, al estar desnudos, no queremos que estén bajo el sol durante mucho tiempo. Queremos que lo recuerden con una sonrisa, no con una quemadura", comenta con ironía.

Spencer Tunick, el fotógrafo estadounidense que busca crear un gran desnudo colectivo en Granada para retratar el espíritu del pueblo español.

Spencer Tunick, el fotógrafo estadounidense que busca crear un gran desnudo colectivo en Granada para retratar el espíritu del pueblo español. Cedida

Una lucha contra los conservadores

Para realizar sus obras, Tunick pide permiso a los ayuntamientos donde va a realizar su trabajo, aunque eso no siempre ha sido así. "Cuando empecé, no pedía permiso porque nunca me lo daban. Así que decidí hacer mi obra sin autorización. Y eso me trajo problemas. He sido arrestado en París, Nueva York, Monterrey", dice. Sin embargo, siempre intenta trabajar durante el amanecer porque prefiere ser invisible. "No quiero enfrentar mi obra a la gente que pasa por la calle", señala.

Recuerda cómo, en su Nueva York natal, el ex alcalde Rudy Giuliani mandó a la Policía a que lo arrestaran en varias ocasiones, tanto a él como a los participantes. "A pesar de esa amenaza, yo seguí haciendo mi trabajo. Yo luché por mi derecho de hacer este tipo de obras de arte, que no hacen daño a nadie; al contrario, abren la mente de las personas. Y esta batalla contra las instituciones llegó hasta la Corte Suprema de Estados Unidos, donde gané el derecho de hacer mi obra", cuenta.

En este sentido, Tunick no oculta su preocupación por el auge del conservadurismo en el mundo, el cual supone una amenaza para su obra. "En muchos lugares, el cuerpo desnudo es visto como algo terrible, como si fuera pornografía. Pero el cuerpo humano tiene belleza, y por tanto, es una obra de arte".

En 2007, en México, tras reunir a más de 19.000 personas desnudas en el Zócalo de Ciudad de México –batiendo su récord de personas juntas hasta la fecha–, el presidente Felipe Calderón intentó censurarlo. "Aún hay ideologías machistas y conservadoras que ven el cuerpo, sobre todo el femenino, como algo indecente. Y pienso que tenemos que avanzar".

Frente a esas mentalidades, Tunick tiene una respuesta clara: "El cuerpo humano en la calle es como el césped en un prado, o una roca en un río. El cuerpo forma parte de la naturaleza. En un cuerpo desnudo no puedes esconder un arma. Eso lo explica todo".

Por tanto, lo que diferencia a Tunick no es sólo su capacidad de congregar miles de cuerpos desnudos en espacios públicos. Es su compromiso con el cuerpo como símbolo de libertad, de igualdad, de humanidad compartida.

Es su mirada que despoja de sexualidad a la desnudez para convertirla en lenguaje plástico. Es la valentía de quien, a pesar de la censura, los arrestos y las miradas inquisitivas, sigue creyendo en el arte como herramienta de transformación.

Su obra no es una provocación, es una celebración. Una forma de decir, con cada cuerpo alineado, que la belleza no es propiedad de nadie, que el cuerpo es territorio libre, que la piel –como el arte– no necesita permiso.

Obra de Tunick en Berlín, en 2012.

Obra de Tunick en Berlín, en 2012. Spencer Tunick

Con Retrato Alhambra 1925, Spencer Tunick no sólo rinde homenaje a una tierra milenaria. Invita a los andaluces, y a todos los que quieran participar, a formar parte de una obra irrepetible. A convertirse, por unas horas, en arte vivo. A dejar atrás los prejuicios, las inseguridades y los complejos. A fundirse con la tierra, con la historia y con la visión de un artista que ha hecho del cuerpo humano su manifiesto.

"Los participantes guardarán en su memoria un recuerdo imborrable", concluye Tunick.