Antonio Quintana, el malagueño con 38 matrículas en Derecho.

Antonio Quintana, el malagueño con 38 matrículas en Derecho. Cedida

Reportajes

La hazaña de Antonio Rico en la universidad: obtiene matrícula de honor en las 38 asignaturas de la carrera de Derecho

Cuenta con una trayectoria sobresaliente que podría hacer pensar que su vida se reduce a estudiar, pero nunca ha permitido que los estudios le distancien de sus aficiones, amigos y familia.

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Antonio Joaquín Rico tiene 21 años, acaba de finalizar la carrera de Derecho y lo ha hecho con unos resultados que muy pocos estudiantes han llegado a alcanzar: matrícula de honor en todas las asignaturas del grado, un total de 38. Daba igual si se trataba de Derecho Romano, Mercantil o Constitucional, la calificación siempre fue la misma, sobresaliente. No es la primera vez que este joven consigue algo noticioso. Ya en 2021 obtuvo un 13,9 en Selectividad y se convirtió en la nota más alta de su comunidad.

Antonio nació en Nerja, Málaga, en un entorno muy humilde. Es un gran admirador de Joaquín Sabina y aficionado al cine de abogados. Gracias a diversas becas pudo completar su educación en su propio pueblo. Estudió en el IES El Chaparil y, directamente desde allí, accedió sin dificultad a la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga (UMA).

Desde siempre tuvo claro qué quería estudiar. Aunque su tío -también abogado- resolvió muchas de sus dudas y le ayudó a decidirse por esta profesión, sus gustos cinematográficos ya dejaban entrever su vocación. La película que podría ver una y otra vez sin cansarse es Las dos caras de la verdad, protagonizada por Richard Gere interpretando a un abogado encargado de la defensa de un joven acusado por el asesinato del arzobispo de Chicago.

Antonio junto a su familia materna.

Antonio junto a su familia materna. Cedida

"Cuando preguntaba qué es el Derecho, todos me decían que era todo y no lo entendía. Una vez que me introduje en este mundo, me di cuenta de que tenían razón. Ves desde que naces hasta que mueres, y no sólo las personas, sino también las personas jurídicas. Ves todo el desarrollo de las cosas que te pueden pasar, desde que se te considera persona, si se puede abortar o no, incluso antes de que seas persona, cuando eres un feto, se regula", dice.

Y luego, todo lo que haces a lo largo de la vida, es decir, la infancia se regula, cuando eres mayor de edad, cuando te casas, cuando compras una casa, cuando hipotecas, todos los pasos que en una vida lógica se van llevando, se estudian en Derecho. Es una carrera que implica todo y creo que la elegí también por eso, porque toca todo el ciclo de la vida", explica Antonio en conversación con EL ESPAÑOL.

Problemas familiares

Durante los dos primeros años de carrera, Antonio tuvo que vivir una serie de episodios desagradables con la separación de sus padres, lo que le ha llevado a un distanciamiento total con su padre. Tras esto, veía imposible acabar el curso como a él le gustaría. Reconoce no haber estado "muy centrado" durante esos dos primeros años, pero gracias a su grupo de amigos consiguió el objetivo. "Fue un divorcio bastante difícil y me han apoyado un montón en mi carrera para alcanzar mis metas y también me han ayudado a despejarme".

Podría decirse que alcanzar la excelencia en esos dos primeros años de carrera a pesar de los problemas familiares supuso un punto de inflexión. En su cabeza no existía otra idea que no fuera la de acabar sus cuatro años de carrera con la máxima nota. "Al lograr mi objetivo sentí alivio, me decía a mí mismo: lo he conseguido. Al romper relaciones con mi padre, sentí que no sería posible y, de hecho, yo me hubiera conformado con aprobar.

Al salirme bien las cosas, cuando ya llevaba primero y segundo con todas matrículas, ya dije hombre, si con estos problemas he conseguido sacar matrícula, ya tengo que seguir. Fue una cosa que me dio impulso", comenta con orgullo el estudiante.

Pregunta.– ¿Cómo se consigue acabar los cuatro años de carrera con todo matrícula de honor?

Respuesta.– Yo lo que he hecho es acudir siempre a clase. Para lo que es el estudio, soy más desorganizado, pero tengo es muchísima constancia y en clase tomaba apuntes y aprovechaba las cuatro, cinco horas de clase. Ahí estoy súper concentrado y full focus en eso y por la tarde iba haciendo las tareas que nos mandaban. Durante las semanas de mitad del cuatrimestre tampoco he tenido que dedicarle excesivamente mucho tiempo, solo por las tardes y haciendo las prácticas, pero cuando llegaban los finales, sí que me tenía que poner más horas fuertes, que siempre eran las noches porque me concentro mucho más.

Aunque Antonio cuenta con una trayectoria sobresaliente que podría hacer pensar que su vida se reduce a estudiar, nunca ha permitido que los estudios le distancien de sus aficiones, amigos y familia. Ha sabido encontrar el equilibrio entre vida personal y el nivel de exigencia académica gracias a que es una persona muy disciplinada. Una de sus pasiones es la música, especialmente Joaquín Sabina, y siempre encuentra un hueco en su agenda para tocar el piano. Además, sabe disfrutar de su tiempo libre con sus amigos.

Antonio el día de su graduación junto a su madre y hermana.

Antonio el día de su graduación junto a su madre y hermana. Cedida

"Lo que me ha hecho ir a clase siempre también es que hacer bastantes amigos, que tiene ese componente de tener planes cada fin de semana, además de que en Derecho no teníamos claro, así que, imagínate.. He salido bastante cuando tenía tiempo libre y he sabido mantener a todos mis grupos de amigos, por lo que creo que he sabido compaginar bastante bien todo. Eso sí, cuando han llegado los finales, que son tres o cuatro semanas, pues sí me he centrado exclusivamente en las asignaturas".

Antonio no quiere detenerse aquí y ya visualiza su próximo objetivo: tener su propio despacho de abogados y combinar su actividad profesional con la docencia. El curso que viene comenzará dos másteres a la vez en Málaga. Máster de Abogacía, online en la UOC, y Máster de Asesoría Jurídica de Empresas, de manera presencial. Una vez finalizados, realizará el doctorado sobre Derecho Mercantil.

"Nunca había tenido esa vocación de profesor, pero al entrar en la universidad y disfrutar de una etapa tan buena, me apasionó el tema académico. Me ha encantado estudiar Derecho y no sólo eso, sino hacer propuestas, ver cómo se pueden mejorar las cosas, detectar los problemas dentro de la ley y explorar los recovecos de la legislación y sus posibles fallos", sentencia Antonio.