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En el cementerio municipal de Baños de Río Tobía, un pequeño municipio riojano de 1.500 habitantes, Eduardo Martínez Somalo reposa desde el 20 de agosto de 2021. Falleció en Roma a los 94 años, pero en sus últimas voluntades quiso ser enterrado en el panteón familiar de su pueblo natal. En él saben su historia: que desde chico quiso ser sacerdote, que lo logró, que fue importante, que era un erudito, y que volvía todos los veranos hasta que la senectud no se lo permitió.

También, que siendo ya quien fue, al caminar por las calles en las que creció se comportaba como uno más, y que en la Iglesia Católica se le recuerda como "el hombre al que todos los papas querían a su lado". Se trata del único español de la historia que ha sido camarlengo, el más alto cargo desempeñado por un español en el Vaticano desde el 1459, cuando culminó el papado de Alfonso de Borja, el valenciano Calixto III.

En las entrañas del poder del Estado Pontificio, además de los cardenales españoles hoy papables, hay numerosos españoles y españolas, religiosos y seglares, designados o mantenidos por el papa Bergoglio para formar parte de la Curia Vaticana. Fuentes de la Conferencia Episcopal Española consultadas por EL ESPAÑOL subrayan que "siempre ha habido mucha presencia española en la Santa Sede", algo que ha continuado durante el pontificado de Francisco, el papa que efectuó, además, el mayor número de fichajes laicos y que incluyó a mujeres, tanto religiosas como no.

Lo del riojano Eduardo Martínez Somalo es reseñable: camarlengo de 1993 a 2007. Nada más y nada menos que para dos pontífices: Juan Pablo II y Benedicto XVI. En 2004, se situó junto al lecho de muerte del vicario de Cristo, y lo llamó tres veces por su nombre completo: "Karol Józef Wojtyła". Lo hizo con un intervalo, interminable, de tres minutos entre llamada y llamada. No respondió, así que siguió con el procedimiento tradicional para culminar el proceso cuándo muere un papa: le tocó la cabeza.

Ya declarado muerto, le quitó el anillo del pescador del dedo, lo unió al sello de plata papal, y, de acuerdo al protocolo, los destruyó. Es el mismo procedimiento seguido por el cardenal irlandés y camarlengo Kevin Farrell tras la muerte del Papa Francisco. Hasta la elección de Benedicto XVI -periodo sedevacante- este español se convirtió, durante 17 días, en el jefe del Estado Vaticano en funciones, como lo es ahora Farrell.

La "transformación"

Bergoglio ha sido pontífice en una época caracterizada, según el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, por una "gran transformación social, cultural y, por ende, también eclesial". El secretario de la CEE, Francisco César García Magán, detalla además las reformas que impulsó. La primera de ellas, nombrar a un laico como jefe de comunicación "y cambiar la estructura económica para favorecer la transparencia, gestión y racionalización del gasto". En esa transformación económica, Francisco designó a tres españoles para capitanear este cambio.

Pero además, catapultó la reforma sobre la estructura de la curia romana, que ha permitido "la coparticipación de laicos en las tareas de gobierno de la Iglesia". Y en todos esos cambios, incluyendo a los laicos, el papa Francisco contó con una importante presencia española en Roma.

El grueso de españoles, tanto religiosos como seglares, se concentran en los 16 dicasterios de la Curia Romana, así como en los organismos y oficinas vaticanas. En la Secretaría de Estado figura, como jefe de Protocolo, monseñor Javier Domingo Fernández González. De origen canario, es el encargado de organizar la agenda diplomática de la Santa Sede y el responsable del funeral del Papa Francisco. También el agustino madrileño y prelado Luis Marín de San Martín ostenta un cargo de relevancia: es el subsecretario del Sínodo de los Obispos desde el año 2021.

El decano del Tribunal de la Rota Romana es el toledano Alejandro Aredano Cedillo. Ordenado sacerdote en 1987, tiene 62 años de edad. Fue vicario judicial adjunto en la Archidiócesis de Madrid y juez del Tribunal de la Rota en España. En 2007 fue prelado auditor de la Rota Romana, y fue nombrado en 2021 por el Papa Francisco como máximo responsable de este dicasterio.

Ese mismo año fue nombrado otro español: el obispo Aurelio García Macías, como subsecretario del Dicasterio del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Nacido en Pollos (Valladolid) en 1962, fue ordenado sacerdote a los 30 años. La reforma que el Papa Francisco encomendó al cardenal Robert Sarah le reclamó en 2015, cuando el vallisoletano fue designado capo ufficio del citado órgano. De responsable administrativo pasó hace 4 años a subsecretario.

Otro español figura en el Dicasterio de las Causas de los Santos, donde se dirimen las beatificaciones y canonizaciones. Se trata del sacerdote y vicario judicial de la Diócesis de Getafe Alberto Royo Mejía. Autor de numerosos libros, fue párroco en Parla y es doctor en Derecho Canónico y experto en Historia de la Iglesia. Si bien desde 2003 venía siendo consultado para determinados casos, en 2022 se le designó consultor, y en 2023 fue nombrado por Bergoglio promotor de la fe, es decir, prelado teólogo: lo situó en la cúspide del organigrama.

El sacerdote Alberto Royo Mejía, saludando al Papa Francisco.

El sacerdote Alberto Royo Mejía, saludando al Papa Francisco. E.E.

La mayor presencia de españoles en un Dicasterio tiene lugar en el de la Vida Religiosa y las Sociedades de Vida Apostólica. Bajo la prefectura de la hermana italiana Simona Brambilla, se encuentra el cardenal asturiano Ángel Fernández Artime, y como número tres, y desde 2018, la religiosa Carmen Ros Nortes. El número cuatro es el sacerdote y misionero vasco Aitor Jiménez Echave, nombrado en febrero de 2024.

La hermana Carmen Ros nació en Espinardo (Murcia) en 1953 y además de misionera en Corea del Sur, desde 1992 venía trabajando en el mismo dicasterio, donde pasó por varios departamentos hasta ser designada por el Papa Francisco como alto cargo dentro de la Curia romana.

También vasco, y de Vitoria, es Juan Ignacio Arrieta, profesor universitario, sacerdote desde 1977 y, desde 2007, secretario del Dicasterio para los Textos Pontificios. Nombrado obispo un año después, el papa Bergoglio lo nombró miembro de la Comisión Disciplinaria de la Curia Romana en 2022, además de mantenerlo y ratificarlo como alto cargo en el citado dicasterio. Es, por tanto, el español más veterano con un alto cargo de secretario.

Los laicos

También se oye en el Vaticano la voz de otras dos mujeres en este caso, laicas. Una de ellas es Leticia Soberon Mainero, miembro del Dicasterio para la Comunicación, donde figura otro español, el obispo Ginés García Beltrán. Nacida en México, pero afincada en España, se licenció en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Se doctoró en Ciencias Sociales y Comunicación en la Pontificia Universidad Gregoriana. Fundadora y cofundadora de varias consultoras en inteligencia colaborativa, en julio de 2016 fue nombrada por el Papa Francisco para integrarla en el equipo asesor de comunicación del Vaticano.

Por su parte, la biblista catalana Nuria Calduch Benages es, desde 2016, secretaria de la Pontificia Comisión Bíblica, un órgano consultivo del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Experta en los libros del Antiguo Testamento, tiene a su cargo a un equipo de 19 personas para interpretar lo que ocurra en la actualidad desde una perspectiva bíblica.

Hay otros dos laicos españoles en la cúpula de las estructuras vaticanas. Maximino Caballero Ledo es el prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos, órgano en el que recaló en 2020, primero, como secretario. Nacido en Mérida (Badajoz), y es licenciado en Economía y Finanzas por la Universidad Autónoma de Madrid. Desarrolló toda su carrera profesional en el sector privado, tanto en España como en Estados Unidos.

En agosto de 2020 lo fichó el sacerdote jesuita español Juan Antonio Guerrero Alves, entonces prefecto de la Secretaría. En 2022, el sacerdote renunció por motivos personales, y el Papa Francisco designó a Caballero como el segundo laico de la historia en ocupar ese puesto.

Benjamin Estévez de Cominges, fichado en 2024 como el número 2 de la Oficina de Asuntos Económicos.

Benjamin Estévez de Cominges, fichado en 2024 como el número 2 de la Oficina de Asuntos Económicos. Universidad Pontificia de Comillas

En febrero de 2024 recaló como secretario en el citado órgano otro español, Benjamín Estévez de Cominges. Ingeniero Superior de Telecomunicaciones, graduado en Economía y graduado en Administración y Dirección de Empresas, tiene 51 años, está casado y tiene dos hijos. En 2022 había sido delegado de la Administración de Propaganda Fide, situada en el seno del Dicasterio para la Evangelización. Antes, había trabajado en el sector privado y durante diez años fue director general de Asuntos Económicos de la Universidad Pontificia de Comillas.

Otro de los seglares españoles con presencia en instituciones vaticanas es Javier Marín Romano. Consejero delegado del Banco de Santander entre 2013 y 2014, en 2016 fue nombrado miembro del Consejo de Superintendencia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como el Banco Vaticano. Aunque técnicamente no es un banco, porque no tiene ánimo de lucro y ni concede préstamos ni realiza inversiones. Entre sus funciones se encuentra la de permitir a la Santa Sede administrar sus recursos y financiar a las iglesias con mayores necesidades económicas, aquellas situadas en los países más pobres.

El sacerdote Armand Puig Tàrrech (La Selva del Campo, Tarragona, 1953) es, desde junio de 2023, el presidente de la Agencia de la Santa Sede para la Evaluación y la Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades Eclesiásticas (AVEPRO). La institución, puesta en marcha en 2007 por Benedicto XVI, tiene como misión promover y desarrollar criterios culturales de calidad dentro de las instituciones académicas que dependen de la Santa Sede, así como garantizar que cumplan criterios de calidad internacionalmente válidos.

Por último, otros dos sacerdotes españoles ocupan cargos en el seno de la Comisión Teológica Internacional. Son los madrileños Javier María Pradales y el jesuita Gabino Uribarri Bilbao. El primero es un reputado teólogo, fue rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid, es articulista de opinión y un conocido conferenciante.

Por su parte, Gabino Uribarri es decano de Teología en la Universidad Pontificia de Comillas. Además de ser miembro del comité de expertos internacionales sobre cuestiones teológicas doctrinales, también forma parte del consejo científico de la Agencia de la Santa Sede para la Evaluación y la Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades Eclesiásticas.