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La familia Ventura ha dado de comer a los bebés de España desde hace más de medio siglo. No fundaron los Laboratorios Ordesa, la compañía farmacéutica detrás de las leches de fórmula Blemil y de las papillas Blevit, pero han sido quienes han llevado la empresa al estrellato tras 50 años pilotando su destino. Todos han aportado su granito de arena para que el grupo facture hoy 140 millones de euros, pero Josep Maria Ventura Ferrero (Barcelona, 1941) ha sido el miembro de la saga más influyente en esta historia.

Licenciado y doctorado en Farmacia en la Universidad de Barcelona, el destino provocó que Josep Maria Ventura Ferrero se pusiera a cargo de los Laboratorios Ordesa desde la treintena. Esta compañía, no obstante, había sido fundada en 1943 en Tamarite de Litera (Huesca) por un grupo de farmacéuticos de Lérida, Tarragona y Huesca. “Pero el de Tamarit era el que tenía más responsabilidad, por ello, se instaló allí el primer laboratorio en un local que pertenecía a los salesianos. Allí trabajarían unos 10 años más o menos”, explica a EL ESPAÑOL Josep Maria Ventura, que luce una memoria prodigiosa a sus casi 84 años.

Él y sus dos hijas, Isolda y Marta Ventura Arasanz, han recibido a este diario en la sede actual de los Laboratorios Ordesa, situada en Barcelona. Hasta allí se ha trasladado este medio para conocer de primera y en exclusiva la historia de los Ventura Arasanz detrás los Laboratorios Ordesa. En la sala de reuniones, presidida por un cuadro de José María Ventura Mallofré, el padre de Josep Maria Ventura Ferrero, no sólo están él y sus hijas, sino la actual directora general, Anna Ferret, y el actual presidente ejecutivo y consejero delegado, Joan Permanyer.

El doctor Josep Maria Ventura Ferrero y, de fondo, un cuadro de su padre, José María Ventura Mallofré.

El doctor Josep Maria Ventura Ferrero y, de fondo, un cuadro de su padre, José María Ventura Mallofré. Joan Gálvez EL ESPAÑOL

Todos nos hallamos obnubilados escuchando la historia no contada de la compañía tras tantos años, al menos de la boca de Josep Maria Ventura Ferrero –de ahora en adelante doctor Ventura–. El doctor, en cuyas arrugas se alojan cientos de recuerdos, explica que los Laboratorios Ordesa llegaron al poder de su familia gracias al interés de su padre y de su tío, José Ignacio Ferrero Cabanach, los mismos que en 1940 fundaron la extinguida Nutrexpa, la empresa alimentaria detrás de Cola Cao, Nocilla o Granja San Francisco, entre otras.

“Unos 10 años después de sus inicios, los fundadores de los Laboratorios Ordesa se los vendieron a un empresario de Barcelona, José María Andreu, y a un farmacéutico, Fausto Serra. Él fue quien empezó a desarrollar las papillas Blevit, que salieron al mercado en los años 50. Años después, mi padre y mi tío empezaron a pensar que el Cola Cao era un alimento que se introducía en la alimentación infantil a los tres o cuatro años y querían producir también alimentos para bebé. Por ello, mandaron a un amigo suyo para hacer una oferta a los dueños de Ordesa y al principio dijeron que no, pero al cabo de los años aceptaron”, recuerda el doctor Ventura. Los Ventura y los Ferrero se hicieron con los laboratorios el 4 de junio de 1973. “Pagamos 100 millones de pesetas”, añade el doctor Ventura.

La familia y Blemil

Josep Maria Ventura Ferrero, entretanto, se había licenciado en Farmacia en 1964 y doctorado en 1970 en la Universidad de Barcelona, un lugar en el que, por cierto, conoció a su mujer, la también farmacéutica María Jesús Aransanz Millaruelo. Con ella tendría tres hijosJosé María, Isolda y Marta.

Pero en relación a los Laboratorios Ordesa ocurrió que, desde su adquisición, la familia delegó su destino al doctor Ventura. “Tenía ofertas para seguir vinculado al mundo universitario, pero me había comprometido con mi padre que al acabar mi doctorado entraría en la empresa. Y como era el especialista de la familia en Farmacia, desde el inició me encargué de los laboratorios”, explica Josep Maria Ventura Ferrero.

El doctor Josep Maria Ventura Ferrero, en la sede de los Laboratorios Ordesa, en Barcelona.

El doctor Josep Maria Ventura Ferrero, en la sede de los Laboratorios Ordesa, en Barcelona. Joan Gálvez EL ESPAÑOL

Pese a todo, cabe destacar que entonces los Laboratorios Ordesa seguían perteneciendo al entramado empresarial familiar aunque, a fin de cuentas, los dirigía el doctor Ventura. “Cuando llegué me reuní con los empleados, uno por uno, para explicarles el proyecto, hacerles una serie de promesas si todo iba bien y para profesionalizar la empresa. Como las promesas se fueron cumpliendo, a los cinco años me gané la confianza de los empleados y, aunque esté mal que lo diga, me convertí en un líder”, recuerda Josep Maria Ventura Ferrero.

Quizá el gran hito de esta etapa fue la creación de Blemil, la leche de fórmula nacida en 1974. “Es verdad que previamente ya se producía una leche, Blevilat, pero era muy básica. Era como una leche de vaca modificada. Por ello, nos propusimos crear una leche de bebé de máxima calidad. Así nació Blemil, que cumplía todos los estándares internacionales de leches infantiles de calidad. Poco a poco se ha ido modificando, mejorando y sacando productos diferentes de Blemil”, explica el doctor Ventura.

Su hija Isolda Ventura Arasanz, también farmacéutica y especialista en nutrición infantil, explica que Blemil siempre ha perseguido acercarse a la mejor leche de todas: la leche materna. “Es el referente y en los Laboratorios Ordesa siempre se ha buscado que sea lo más parecida”, dice. “De hecho, en los estándares internacionales que explica mi padre hay unos mínimos de calidad y unos máximos. Blemil siempre se ha aproximado a los máximos”, interviene su hermana menor, Marta, que también está muy atenta a la conversación.

Josep Maria Ventura, presidente de honor de los Laboratorio Ordesa, y sus hijas Isolda (i.) y Marta (d.) Ventura Arasanz, quienes sujetan sendos productos de Blemil y Blevit, las dos marcas más icónicas de la entidad.

Josep Maria Ventura, presidente de honor de los Laboratorio Ordesa, y sus hijas Isolda (i.) y Marta (d.) Ventura Arasanz, quienes sujetan sendos productos de Blemil y Blevit, las dos marcas más icónicas de la entidad. Joan Gálvez EL ESPAÑOL

La tercera generación y el adiós del doctor

Isolda, Marta y su hermano mayor, José María Ventura Arasanz, son la tercera generación de la familia Ventura participante en los Laboratorios Ordesa y pertenecen al consejo de administración desde 2022. Sin embargo, todos han labrado sus carreras fuera de la empresa.

Él es economista de formación y se ha dedicado desde hace años al sector inmobiliario y financiero. Isolda es farmacéutica, MBA en ESADE, y cuenta con una amplia trayectoria profesional en empresas de gran consumo y del sector farmacéutico. Marta es abogada y ha sido funcionaria de la Comisión Europea y del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Pese a todo, los tres han estado vinculados a Laboratorios Ordesa en ciertos momentos de sus carreras profesionales. “Cuando éramos jóvenes, estuvimos trabajando en la empresa. En ese momento estaba implicada toda la familia Ventura y la familia Ferrero, pero un tiempo después lo cogieron sólo mi padre y mi tío, Xavier Ventura Ferrero. Ahí salimos del consejo y trabajamos en otros puestos. Después, salimos de la empresa y trabajamos en otras cosas”, resume Isolda Ventura Arasanz.

Marta Ventura Arasanz, de la tercera generación, escuchando a su padre, Josep Maria Ventura Ferrero.

Marta Ventura Arasanz, de la tercera generación, escuchando a su padre, Josep Maria Ventura Ferrero. Joan Gálvez EL ESPAÑOL

Lo que ocurrió, concretamente, es que en 1998 los Laboratorios Ordesa se independizaron de Nutrexpa, quedando bajo la propiedad del doctor Josep Maria Ventura Ferrero, y su hermano, Xavier Ventura Ferrero. “Mi hermano y yo estuvimos muchos años juntos, pero al final hicimos un intercambio de acciones y él se quedó con una parte de los negocios familiares y yo con los Laboratorios Ordesa”, explica a este medio el doctor Ventura. A partir de ese momento, los laboratorios ya sólo dependían de la familia Ventura Arasanz.

En el equipo directivo, no obstante, ya había otros profesionales que no tenían el apellido Ventura. Ejemplo de ello fueron Carlos Rovira, que fue director general de los Laboratorios Ordesa desde 1993 hasta su jubilación en 2008, o José Campos, quien le sucedió en el cargo hasta 2014. Tras él y hasta 2019, Joan Permanyer ocupó el cargo de director general. En todo ese tiempo Josep Maria Ventura Ferrero ejerció como presidente de la compañía, hasta 2019, que pasó a ser presidente de honor. Fue el adiós del doctor Ventura de los cargos ejecutivos tras una vida dedicada a la entidad.

En 2021, Anna Ferret llegó a la dirección general y Joan Permanyer pasó a ser el actual presidente y consejero delegado de los Laboratorios Ordesa. Preguntados por el estado actual de la compañía de los Ventura Arasanz, los directivos celebran la buena salud de la multinacional presente ya en 25 países y con 250 empleados fijos sólo en España. “Si todo va bien, nos gustaría cerrar 2025 con una facturación de 145 millones de euros”, reconocen.

Los Ventura y el futuro

Pese a que en la actualidad ningún Ventura Arasanz ocupa la presidencia o la dirección general, lo cierto es que José María, Isolda y Marta Ventura Arasanz pertenecen al consejo de administración. Isolda, de hecho, es presidenta de la Fundación Ordesa desde 2007, una entidad cuyo fin es “ayudar a la infancia más vulnerable del mundo”. Por ejemplo, cada año desde los Laboratorios Ordesa se reparten 400.000 euros a proyectos que ayuden a los niños y madres desfavorecidos.

Y precisamente aquí entraría en juego la siguiente generación de los Ventura Arasanz, la cuarta generación. Los tres hijos del doctor Ventura le han dado 10 nietos, de los cuales nueve ya son mayores de edad. “Todos están estudiando y algunos ya trabajan, pero ninguno en los Laboratorios Ordesa. Con nosotros sólo participan en el comité de preselección de los proyectos que quieren ser adjudicatarios de la ayuda de la fundación. Simplemente comprueban que cumplan los requisitos, porque la decisión final ya es de un comité de expertos que nada tiene que ver con la familia”, explican Isolda y Marta, en calidad de madres de familia.

También, las nuevas generaciones de los Ventura Arasanz acompañan a sus abuelos Josep Maria Ventura Ferrero y María Jesús Aransanz Millaruelo en los actos a los que les invitan. Actos en lo que suelen reconocer la exitosa y longeva carrera del doctor Ventura. “Se les dice a los nietos si alguno quiere ir con su abuelo y, por ejemplo, en uno de los últimos actos, cuando le dieron a mi padre en Madrid la Medalla de Oro de la Academia Nacional de Farmacia, le acompañó el hijo mayor de Isolda”, explica Marta.

Los miembros de la segunda, tercera y cuarta generación de la familia Ventura Arasanz, durante la celebración del 80 aniversario de los Laboratorios Ordesa.

Los miembros de la segunda, tercera y cuarta generación de la familia Ventura Arasanz, durante la celebración del 80 aniversario de los Laboratorios Ordesa. Cedida

De momento, ningún miembro de la cuarta generación trabaja en los Laboratorios Ordesa, pero poco a poco van conociendo su historia familiar. Una historia de éxito empresarial que en el fondo está en el ADN de la familia Ventura Arasanz. Está en las entrañas de Josep Maria Ventura Ferrero, el hombre que lideró esta compañía farmacéutica durante décadas y que hoy sigue transmitiendo su experiencia a sus hijos y a sus nietos, tal y como hicieron con él su padre y su tío en el pasado.