Imagen de Alejandro S. M., el joven de 20 años que permanece en prisión por su supuesta vinculación con el robo de su domicilio familiar que se saldó con la muerte violenta de su madre, Maravillas, de 63 años.

Imagen de Alejandro S. M., el joven de 20 años que permanece en prisión por su supuesta vinculación con el robo de su domicilio familiar que se saldó con la muerte violenta de su madre, Maravillas, de 63 años.

Reportajes

La coartada de Álex en la muerte de su madre, Maravillas: "Nunca planeé robarle en su propia casa"

Evaristo Llanos, abogado defensor de Alejandro, pide la libertad de su cliente porque a la hora del crimen estaba en una tienda de videojuegos.

25 septiembre, 2023 02:33
Murcia

Alejandro tiene las aficiones propias de un adolescente, de 20 años, como jugar a la Nintendo Wii. Tal hobby se puede convertir en su tabla de salvación para salir de la cárcel donde ha ingresado de manera provisional, por su supuesta implicación con el robo de su domicilio familiar en el que murió su madre: Maravillas. EL ESPAÑOL ha accedido a la declaración que prestó Alejandro en sede judicial y subraya que se encontraba en una tienda de la cadena Game, para que le "arreglasen" su videoconsola, justo en el momento en el que su amigo Bryan acababa presuntamente con la vida de su madre en su residencia de El Palmar.

Aquel domingo 10 de septiembre que acabó teñido de sangre estuvo precedido de una comida familiar. Alejandro comió con su abuelos, Pepe y Lola, en compañía de su querida madre, Maravillas, y de su tía, Encarnación. "Cuando terminé de comer, me fui a casa, a lavarme los dientes, a prepararme, y a coger la consola Wii U para ir a dejarla a una tienda de Molina de Segura para que la arreglasen", tal y como explica este adolescente al juez, tratando de aportar una coartada que le desvincule del homicidio de su madre, cometido supuestamente por Bryan: el antiguo jefe que Alejandro tenía en el restaurante de Burger King en Atalayas.

La Policía Nacional sostiene que Bryan supuestamente actuó compinchado con Alejandro, para entrar a la residencia de su madre en la calle República Argentina de El Palmar, durante la tarde del domingo 10 de septiembre. Y todo ello, con el objetivo de hacerse con una herencia de 8.000 euros que le dejó su padre, Juanjo Macanás, por la venta de una casa. Tal suma la custodiaba Maravillas, pero Alejandro niega que idease un complot con su jefe del Burger King: "Nunca he planeado con Bryan llevar a cabo el robo de dinero a mi madre dentro de su propia casa".

Bryan (c), detenido por la supuesta muerte de Maravillas, en un equipo de fútbol con el que jugó un campeonato en Las Torres de Cotillas.

Bryan (c), detenido por la supuesta muerte de Maravillas, en un equipo de fútbol con el que jugó un campeonato en Las Torres de Cotillas. Cedida

A lo largo de su interrogatorio en el Juzgado de Instrucción número 7 de Murcia, este veinteañero insiste en que no tenía motivos para maquinar el asalto al domicilio de Maravillas: un casoplón de tres plantas que se comunica con la residencia de sus abuelos, Pepe y Lola, a través de una puerta interior habilitada en el garaje. "No es cierto que intentase convencer a Bryan de cometer un robo en casa de mi madre".

Alejandro S. M. (Murcia, 2003) siempre estuvo más apegado a su padre que a su madre. De hecho, en su perfil de Instagram se autodenomina 'Macanás Junior', como guiño a su difunto padre: Juanjo Macanás, un conocido conserje del Teatro Bernal de El Palmar que falleció en el año 2020 por un cáncer. A raíz de la dolorosa pérdida del cabeza de familia, el adolescente relata que estrechó su vínculo con su madre, Maravillas: una antigua empleada de Artemur, una empresa de cortinas y edredones que en 2001 resultó agraciada con 21.990 millones de las antiguas pesetas de El Gordo.

"Cuando falleció mi padre, la relación con mi madre mejoró bastante", tal y como afirma en sede judicial el hijo de la fallecida. "No es cierto que le hubiese comentado a Bryan que estaba harto de mi madre porque no me daba dinero". "No es cierto que mi madre me impidiese comprar caprichos de sillas para ordenadores y videojuegos". "En los últimos tres años para atrás la relación con mi madre era buena".

Tales afirmaciones llevan a este joven a negar que le filtrase cualquier información privilegiada sobre su residencia familiar, a su antiguo jefe en el Burger King, para ayudarle a robar los 8.000 euros que le dejó su padre: "Yo no sabía dónde estaba ese dinero. Ese dinero me lo había dado mi abuela en su día y ese mismo día se lo entregué en mano a mi madre diciéndole: 'No quiero saber nada de ese dinero porque no me hace falta'".

El único error que Alejandro asegura haber cometido ante el juez, consiste en contarle a su jefe que iba a cobrar una herencia: "Le dije a Bryan que iría a una notaría a recibir un dinero de mi padre. Se lo conté en mayo o abril". El hijo de Maravillas es muy tímido, pero el roce del curro le hizo entablar amistad con Bryan R. P., de 29 años: un boliviano que era gerente del Burger King de la zona de ocio de Atalayas en Murcia. Allí compartieron muchas horas de trabajo, Álex ascendió a encargado, alguna vez salieron juntos de cervezas y le sopló lo de la herencia sin precisar dónde la guardaba: "Nunca le dije a Bryan que había dinero líquido en mi casa".

El restaurante que Burger King tiene en la zona de ocio de Atalayas en el que estuvieron trabajando los dos detenidos.

El restaurante que Burger King tiene en la zona de ocio de Atalayas en el que estuvieron trabajando los dos detenidos. Badía

En el mes de julio, Bryan alcanzó un acuerdo para marcharse de Burger King antes de ser despedido y Alejandro asegura que le perdió la pista a su jefe hasta que le telefoneó el trágico domingo 10 de septiembre: "El día de los hechos, mantuve una conversación con Bryan de más de 50 minutos, una conversación que me sorprendió después de un mes sin tener contacto. Bryan me propuso ir a la feria de Murcia, pero le contesté que no podía porque tenía que trabajar". En concreto, Alejandro debía cubrir un turno en el restaurante de El Esparragal.

Para la Policía Nacional es muy sospechosa la extensión de la llamada que se produjo entre Bryan y Alejandro, precisamente, el mismo día en el que terminó muriendo Maravillas. Sin embargo, este veinteañero niega por activa y por pasiva que una motivación económica le empujara a colaborar en el diseño del robo: "Desde agosto de 2022, nunca le he pedido dinero a mi madre. Tengo una cuenta bancaria a mi nombre con 5.000 euros".

Incluso le detalla al juez que parte de los famosos 8.000 euros que le correspondían por la venta de una casa que era propiedad de su difunto padre y de sus tres tías, los utilizó para ayudar a pagar una reparación a Maravillas: una mujer que solo disponía de una pensión de viudedad porque no trabajaba desde el año 2018. "En casa teníamos 8.000 euros de la herencia de mi padre, de los cuales 1.500 euros se utilizaron para pagar el seguro de mi coche y el calentador de agua que se había roto".

El testimonio de este joven con cara de buen estudiante no ha evitado que acabara en prisión. Una de las claves para su encarcelamiento ha sido la declaración que ofreció Bryan en la Comisaría de Policía y donde asegura que el robo lo "planearon entre los dos". Otra de las claves ha sido que el Grupo de Homicidios encontrara en el bolsillo de Bryan las llaves de la casa de Maravillas y que Álex defendiera la inocencia de su antiguo jefe, cuando los vecinos le interceptaron huyendo del domicilio de su madre, tras saltar a la terraza de sus abuelos donde perdió un revólver. "Cuando dije eso, no sabía que habían matado a mi madre", según aclara Álex al juez.

Un agente de criminalística, este domingo, tras localizar un revólver que llevaba el presunto asesino de Maravillas.

En este punto de su declaración, cobra relevancia la coartada de la tienda de videojuegos expuesta por Alejandro y que es uno de los argumentos que su abogado Evaristo Llanos esgrime ante el juzgado, para solicitar la puesta en libertad de su cliente, así como "el sobreseimiento provisional" de los delitos por los que se le investiga. Aquel domingo, Álex comió con su madre, su tía y sus abuelos, antes de coger su consola Nintendo Wii U, para que se la arreglasen en el establecimiento que la cadena Game tiene en el Centro Comercial Vega Plaza de Molina de Segura. 

El veinteañero posteriormente se iba a dirigir a su trabajo, pero recibió una llamada de su tía Encarnación que le asustó: "Me dijo que no podía hablar con mi madre y que iba a casa a ver qué había pasado. Yo llegué a llamar a mi madre y tampoco me cogió el teléfono". De forma que Alejandro regresó a la calle República Argentina de El Palmar y se encontró a varios vecinos reteniendo a Bryan, sin saber supuestamente lo que había sucedido: "Me acerqué a él a ver qué había pasado porque fue mi jefe". "Le dije a los agentes cuando salí a la calle que Bryan no era responsable de nada, pero eso lo hice porque Bryan me lo había dicho antes a mí".

Este boliviano, de 29 años, había sido retenido por varios vecinos después de que Pepe y Lola, los padres de Maravillas, pidiesen auxilio al escuchar unos golpes en casa de su hija. Encarnación, su hermana, intentó acceder a la vivienda por la puerta interior del garaje y al ver que estaba cerrada llamó al 112. Bryan se sintió acorralado, intentó huir saltando desde la terraza de la víctima hasta la azotea de los ancianos y al ser interceptado, aseguró que unos ladrones marroquíes le habían lanzado al vacío tras entrar a la casa de Maravillas para ayudarla porque estaba sufriendo un robo. Por tal versión se interesa el juez durante el interrogatorio.

- Magistrado: ¿Por qué razón acudió Bryan a su casa el domingo día 10 de septiembre?

- Alejandro: No sé lo que hacía en mi casa. No es cierto que yo le propusiera a Bryan el robo ni que le instruyera en cuanto a la excusa a ofrecer si ocurría algo más grave, como que ese robo lo habían cometido unos árabes.

- Magistrado: ¿Por qué motivo Bryan tenía en su poder las llaves de la casa de su madre?

- Alejandro: No lo sé, eso es imposible.

El boliviano  Bryan R., el domingo 10 de septiembre, custodiado por agentes de la Policía Local tras la muerte violenta de Maravillas en su casa de la pedanía murciana de El Palmar.

El boliviano Bryan R., el domingo 10 de septiembre, custodiado por agentes de la Policía Local tras la muerte violenta de Maravillas en su casa de la pedanía murciana de El Palmar.

Lo único que está claro es lo que recogieron las cámaras de seguridad de la casa: un forcejeo entre Bryan y Maravillas, ocurrido en el pasillo, y que se saldó con la muerte de esta viuda de 63 años. Mara -como la conocían cariñosamente- terminó tirada sobre las escaleras, con una bolsa de plástico en la cabeza que tapaba un fuerte golpe que le hundió la frente. Encarnación, hermana de la víctima, cree en la inocencia de su sobrino y por eso ha contratado al abogado Evaristo Llanos que ha presentado un escrito solicitando la puesta en libertad del chico.

"Alejandro no se encontraba en el lugar cuando ocurrieron los hechos, sino que tras despedirse de su madre en la puerta del garaje de su casa, se dirigió seguidamente a la tienda Game del Centro Comercial Vega Plaza de Molina de Segura, a arreglar un aparato electrónico, para después seguir hacia su puesto de trabajo en el Burger King de El Esparragal", tal y como argumenta el penalista, sobre la coartada de su cliente. "Estando en dicha tienda, recibió la llamada de su tía, Encarna, para informarle de que algo pasaba con su madre que no cogía el teléfono, ni abría la puerta, sin que pudiesen entrar a auxiliarla, tras lo cual decidió volver a su casa".

"En ningún momento se puso de acuerdo para nada ilícito con el coinvestigado Bryan, siendo falso que le hubiese facilitado la entrada, ni las llaves de la vivienda. El juego de llaves encontrado en poder de Bryan era el de la tristemente fallecida, Maravillas, con las que ésta habría abierto previamente la puerta y que después utilizó Bryan para cerrar por dentro y quedárselas en su poder, tal y como él mismo manifestó en su declaración policial", según prosigue enumerando Evaristo Llanos.

El letrado Evaristo Llanos ejerce la defensa de Alejandro, hijo de la fallecida Maravillas.

El letrado Evaristo Llanos ejerce la defensa de Alejandro, hijo de la fallecida Maravillas.

"La vivienda de Alejandro contaba con cámaras de seguridad, por lo que es impensable que esto no lo hubiese puesto en conocimiento de Bryan, si hubiesen actuado de común acuerdo, o que Alejandro hubiese desconectado previamente las mismas", según argumenta el letrado, como prueba de que su cliente no colaboró con el robo mortal. "Alejandro conocía donde se encontraba la caja de seguridad de la vivienda, por lo que si hubiese estado de acuerdo con Bryan, éste habría sabido dónde se hallaba".

Evaristo Llanos, para lograr la puesta en libertad de su cliente, también solicita al juez que preste declaración el empleado de la tienda Game que atendió a Alejandro aquel domingo y que se visualiacen las grabaciones de las cámaras de seguridad de la casa de Maravillas.

"Esto último es importante porque se podrá ver cómo la víctima baja la escalera, posiblemente, tras haber oído que llamaban a la puerta, dado que el timbre suena en la parte de arriba. Coge un juego de llaves colgadas de la pared y abre la puerta, tras lo cual entra el autor: Bryan. Después, durante el forcejeo, el autor no para de decir que tienen a su hermana, lo que repite una y otra vez, así como que un coche también está siguiendo al hijo de la víctima, Alejandro. Por último, Bryan dice que estando con amigos: Alejandro se fue de la lengua y dijo que tenía en casa 20.000 o 30.000 euros. 'Por eso, me han mandado a mí…'"

El letrado concluye que su cliente ha autorizado a la autoridad judicial a que realice un análisis de su móvil con un doble objetivo: "Con dicha diligencia se podrá acreditar, de un lado, que Alejandro no se concertó en modo alguno con Bryan y que además no se encontraba en el lugar de los hechos. Y de otro lado, si Bryan se había puesto en contacto con alguien más e incluso si actuó solo o en concierto con otro u otros".