José Antonio, víctima de la DANA en Toledo.

José Antonio, víctima de la DANA en Toledo.

Reportajes

El viaje mortal de José Antonio Romojaro: madrugó para ir a trabajar y la DANA lo atrapó

Natural de Fuensalida, tenía dos hijos y estaba casado. Salió a las 05:00 de la madrugada, pero nunca llegó a su destino. 

7 septiembre, 2023 03:08

José Antonio Rodríguez Romojaro, oriundo de Fuensalida, provincia de Toledo, se despertó temprano el lunes para ir a trabajar; sin embargo, no volvió nunca a casa porque la DANA le arrebató la vida.

Desde el pasado domingo, la zona norte de la provincia de Toledo, colindante geográficamente con el sur de Madrid, se ha visto abrazada por la tragedia y la devastación. La DANA, la importante tormenta que la AEMET predijo que sacudiría la zona centro peninsular desde primeras horas de la tarde dominical, se ha cebado especialmente con esta área, provocando innumerables daños tanto materiales como humanos.

En localidades de la provincia como Mocejón, se estimaban en más de 200 los litros por metro cuadro caídos durante aquella tarde, mientras también se batían récords en la capital provincial, donde se recogían hasta 90 litros: el dato más alto desde que se tienen registros.

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Estas fuertes lluvias han provocado inundaciones y calles destrozadas en pequeños pueblos como Yunclillos, Cobisa o Bargas, desde donde han llegado imágenes de muebles carcomidos por el agua, negocios locales destrozados o, diabólica ironía, cortes de agua que a fecha de redacción de esta crónica siguen vigentes.

Sin embargo, más allá de los daños materiales y los cortes de suministro, que las autoridades en coordinación con los servicios de emergencia están intentando solventar, lo realmente irreparable son las vidas humanas que la tragedia ha sesgado.

A fecha de cierre de edición, son ya tres las víctimas mortales que ha dejado la DANA a su paso por Toledo; una de ellas en Camarena, donde un hombre de cincuenta años falleció cerca de la antigua ribera del arroyo del municipio; otro en Casarrubios, un joven de solo 20 años que se ahogó al parársele el ascensor en plena inundación; y un tercero en Bargas.

Atrapado

Este último, José Antonio Rodríguez Romojaro, de solo 45 años, falleció al verse atrapado durante la madrugada del lunes en un improvisado lago con olas y corrientes formado alrededor del puente que cruza el río Guadarrama, el cual se desbordó por las intensas lluvias a su paso por la localidad toledana.

El puente, muy transitado por los habitantes de la comarca de Torrijos (donde residía la víctima), es muy importante en la comunicación vial de la zona norte de la provincia, pues alrededor de él se forma un nudo de carreteras desde el que se coge la A-40 en dirección a Toledo y sus ciudades dormitorio.

Alrededor de este lugar, las fuertes tormentas provocaron desprendimientos de ramas y movimientos de barro que, junto a la imponente crecida del río, hicieron que la rotonda que enlaza la A-40 con la N-403 se convirtiera en una auténtica trampa mortal.

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Según relatan personas cercanas a la víctima con las que ha podido hablar EL ESPAÑOL, Juan Antonio cogió esta carretera a eso de las cinco de la madrugada del lunes desde Villamiel, donde residía, rumbo a Torrijos, donde trabajaba. A la altura del Guadarrama, se le perdió la pista hasta que a las 8:16, la Guardia Civil avisaba a Emergencias 112 de Toledo para comunicarles que se había encontrado el cadáver de una persona en el kilómetro 117 de la A-40.

Emergencias no pudo hacer otra cosa que mandar a un médico a certificar la muerte, confirmando que la persona fallecida era José Antonio. El cadáver se encontró fuera del vehículo y alejado varios metros, lo que podría indicar que la víctima salió de su coche para intentar huir a pie de la trampa mortal formada por el desbordamiento del río.

Alejandro Martínez Vélez Europa Press

José Antonio, según relatan quienes lo conocían, era una persona familiar y cariñosa que disfrutaba de pasar tiempo con su mujer, Ana Gema, y con sus dos hijos, Carlos y Hugo (ambos menores de edad). Además, era amante del mundo de los deportes de motor.

Junto a su familia, José Antonio residía en Villamiel, un pequeño pueblo de solo 800 habitantes a veinte kilómetros al norte de la capital toledana; sin embargo, él era oriundo de Fuensalida, localidad de 10.000 habitantes muy cerquita de allí.

En este pueblo, donde muchos lo conocían por su cariñoso mote El Choncho, la consternación e indignación es palpable. A sus espaldas deja, además de a su mujer y sus dos hijos, a sus padres Juan Antonio y Antonia, matrimonio muy querido en la comunidad local, y a su hermana Ana. Juan Antonio, Además, era muy conocido por ser el sobrino de Inocencio, el presidente de la peña del Real Madrid de Fuensalida.

El miércoles a las nueve de la mañana, se celebró en la localidad toledana su entierro, donde familiares, amigos y conocidos se acercaron hasta la Parroquia San Juan Bautista a darle el último adiós.

En Fuensalida, la noticia se siente con especial dolor, pues al contrario que en algunos municipios vecinos tales como Camarena, sus habitantes respiraban aliviados porque la DANA no había causado destrozos a su paso por el pueblo, más allá de algún sótano inundado y pequeños cortes temporales de suministros.

Ahora, esa sensación se ha reemplazado por un nudo amargo en el estómago al saberse que una de las víctimas mortales de la DANA es José Antonio.