Carles Puigdemont y su agosto en Colliure, localidad costera al sur de Francia.

Carles Puigdemont y su agosto en Colliure, localidad costera al sur de Francia. Arte EE / EP Elaboración propia

Reportajes

Puigdemont y su corte se erigen en árbitros del futuro: "No descartamos hablar con el PP de Feijóo"

Junts fija la "puerta de entrada" para negociar con el PP en la amnistía para los 4.000 encausados por el 'procès' y en la posibilidad de hablar catalán en el Congreso.

6 agosto, 2023 01:59

Carles Puigdemont ha alquilado un chalet en Colliure, en la costa mediterránea francesa, y en él ha establecido el cuartel de verano de Junts per Catalunya. Su retiro estival se encuentra a tan sólo 25 kilómetros de España, a escasos minutos en coche de cruzar una frontera en la que podría ser detenido. El ex president de la Generalitat pasará los próximos días en Bruselas, pero volverá a su lugar de vacaciones para pilotar la actividad política de su partido.

Aunque hace un año que no figura en su organigrama, Puigdemont sigue liderando oficiosamente la formación que tiene la llave de la próxima legislaturaLas peregrinaciones de los dirigentes de Junts hasta la localidad francesa han sido continuas estos días. Por un 'sí' de los siete diputados obtenidos el pasado 23-J por la formación independentista, la más imprevisible de todas cuantas conforman el arco parlamentario, pasa toda opción para Pedro Sánchez de reeditar gobierno después de que el voto CERA decantara en favor del PP el último escaño en Madrid.

Puigdemont está en una posición negociadora ventajosa "una situación que llevaba años esperando", asegura a EL ESPAÑOL un miembro de su núcleo duro, presente en Colliure— y su única obsesión es optimizar el resultado de las urnas. 

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El equipo del líder independentista analiza escenarios, busca las claves en los editoriales de los principales periódicos y escudriña los mensajes lanzados por los actores políticos. Los contactos con otros partidos son todavía informales. Las negociaciones se intensificarán a partir del 17 de agosto, cuando se constituyan las Cortes. Antes, eso sí, tanto Junts como ERC tendrán que garantizar su grupo parlamentario propio en el Congreso a cambio de apoyar que sea un socialista quien lo presida.

Sin embargo, insisten desde el entorno de Puigdemont, todos los escenarios están abiertos. "Sánchez sólo tiene una alternativa, pero Puigdemont tiene dos", asegura la fuente consultada por este periódico. ¿Se refiere al Partido Popular? "Claro, no cerramos la puerta a nadie ni descartamos hablar con el PP de Feijóo", responde. Aluden desde Colliure al Pacto del Majestic, el acuerdo alcanzado por José María Aznar y Jordi Pujol en 1996 y que cristalizó en el primer gobierno del PP. 

La reedición de una foto entre Feijóo y Puigdemont, prófugo de la justicia española desde que el 30 de octubre de 2017 emprediera una huída nocturna hacia el aeropuerto de Marsella escondido en el maletero de un coche, parece harto improbable. Casi tres décadas después, las diferencias entre uno y otro momento histórico son evidentes. De la relación entre el PP y los vestigios de la antigua CiU no quedan ni las pavesas. "Aquí hay un señor que sólo quiere irse de España y dos que quieren gobernar España", sintetiza la fuente.

Puigdemont participa telemáticamente en el mitin final de campaña de Junts junto a Miriam Nogueras, diputada electa por Barcelona, el pasado 21 de julio.

Puigdemont participa telemáticamente en el mitin final de campaña de Junts junto a Miriam Nogueras, diputada electa por Barcelona, el pasado 21 de julio. Europa Press

La escasez de fórmulas tras la negativa del PNV a facilitar la investidura de Feijóo —por la presencia de Vox en la ecuación— parecía haber arruinado toda esperanza para el PP de sumar 176 diputados, obligado a buscar otros pactos imaginativos para gobernar. "Los grandes avances en este país siempre los ha hecho la derecha", dicen desde el cuartel de verano de Junts. "Cosas más raras se han visto en este país", añaden sobre un escenario remoto.

Dos han sido las principales manifestaciones públicas de dirigentes del PP en este sentido. Fue el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, Pedro Rollán, quien el pasado 29 de junio descartó tajantemente la posibilidad de pactar con Bildu, pero no con Junts, acotando las conversaciones siempre "dentro de la Constitución". Dos días más tarde, no obstante, la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, aseguró en Génova que la "cuestión no se encuentra sobre la mesa" y que no tenían "nada más que decir".

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La respuesta de Vox, cuyo voto seguiría siendo indispensable para una eventual investidura de Feijóo, a las palabras de Rollán no se hizo esperar. "Génova 13 está dispuesta a hablar con Josu Ternera si es necesario. Decíamos que estaban despistados. Pero parece que están completamente perdidos. Nosotros no vamos a ser cómplices", respondió desde su cuenta oficial en Twitter el partido de Santiago Abascal.

"Si todo el mundo dice que Puigdemont es de derechas, ¿por qué tiene que salvar un gobierno progresista?", lanzan desde Colliure. "No ha pedido nada para sí mismo, está dispuesto a estar en el exilio el tiempo que haga falta", hablan sobre un hipotético indulto, imposible de asumir por el mero hecho de que Puigdemont no ha sido ni siquiera juzgado. También asumen la imposibilidad de que el PP favorezca la celebración de un referéndum.

La "puerta de entrada" a la mesa de negociación que exige Junts para "sentarse" se asienta sobre dos requisitos: la amnistía para los 4.000 encausados por el procès y la "voluntad política" para permitir el uso de lenguas cooficiales en el Congreso. Según tuiteó Puigdemont, la posibilidad ya la contempla el Reglamento de la Cámara y el PSOE ha hecho un ejercicio de "filibusterismo parlamentario" al presentar hasta en 59 ocasiones propuestas de prórroga en sede parlamentaria.

También fue el propio Puigdemont quien en Twitter barajó únicamente tres escenarios tras el recuento del voto exterior: "O Junts vota que sí, o el PSOE acaba facilitando la investidura de Feijóo (o la del candidato que los Populares propongan), o vayamos a la repetición de las elecciones". ¿Por qué no estaba Feijóo? "Se refería a las posibilidades de Sánchez", matizan de manera postrera.

¿Y la posibilidad de volver a las urnas? ¿No cabría la posibilidad de perder el poder negociador? "Los datos que tenemos apuntan a que, en vez de siete, tendríamos 10 o 12 diputados. No tenemos ese plan en mente ahora mismo, pero los datos no serían malos, serían buenos. El PSOE también lo habrá hecho y seguramente sería el escenario contrario", apuntan desde Colliure.

Unidad en Junts, ERC y encuentro en Prades

Otro de los principales retos de Puigdemont en las próximas semanas es unificar posiciones, limar las asperezas entre el sector independentista más irredento —el que él lidera— y los vestigios de la antigua CiU, procedentes de un catalanismo de centroderecha que, si bien también inmerso en la causa hasta la médula en la causa independentista, se presenta más pragmático. Cinco de los siete diputados que tendrá Junts en el Congreso son absolutamente leales a Puigdemont

Pese a las divergencias internas, los miembros del núcleo duro del ex president sacan pecho de la capacidad que ha tenido de mantener el liderazgo del partido; de que nadie cuestione que sea él y no Laura Borràs, presidenta oficial de Junts, quien "tenga la última palabra en las negociaciones".

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, en julio de 2017.

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, en julio de 2017. Europa Press

Puigdemont también tendrá que reconstruir unos puentes demasiado agrietados con ERC, que bajó cinco diputados y 400.000 votos el 23-J con respecto a las elecciones de noviembre de 2019, pasando de 13 a 7 diputados. Junts, por su parte, ha bajado tan sólo un diputado tras perder algo más de 300.000 votos. Sus votos, sin embargo, siguen siendo fundamentales para la investidura y posterior gobernabilidad de Pedro Sánchez. Los republicanos reclaman la unidad desde las tribunas como las de Ara en pos de la unidad del independentismo.

Además, Puigdemont estará en la Universitat Catalana d’Estiu, en Prades, al sur de Francia, el próximo 21 de agosto. El evento representa el tradicional arranque de curso político para los nacionalistas y congregará a todos los ex presidentes vivos de la Generalitat de Cataluña. Estarán el actual president, el republicano Pere Aragonès, el sucesor de Puigdemont, Quim Torra; el socialista José Montilla y el político tótem del nacionalismo catalán, Jordi Pujol. Faltara tan sólo el convergente Artur Mas, que hace unos días pidió al líder oficioso de Junts ser "más exigente que intransigente" en una entrevista a Catalunya Radio.