Daniel y Ana.

Daniel y Ana.

Reportajes

Por qué te puedes casar con tu primo, pero no con tu hermano como les ocurre a Ana y Daniel

Se trata de una práctica que a día de hoy sigue siendo un tema tabú entre la sociedad española. 

26 abril, 2023 17:05

No hay emoción más bonita que el de recibir el amor de alguien, ese sentimiento puede ser simplemente una muestra de afecto entre amigos, hijos, tíos, hermanos y/o primos o puede ir más allá cuando lo acompañamos de pasión y deseo. Por lo general, esa atracción suele ser hacia personas ajenas a nuestro círculo familiar por cuestiones evidentes. Pero como todos sabemos, en cuanto a sentimientos, ni la cabeza ni la razón mandan y puede ocurrir lo más temido para muchos: que terminemos enamorados de nuestro primo o hermano como les ocurrió a Ana y Daniel. Sin embargo, aunque para muchos se trate, en ambas ocasiones, de algo impensable, hay una diferencia muy clara: la cuestión legal.

A diferencia de lo que les ocurre a los hermanos Ana y Daniel, casarse entre primos sí está permitido. De hecho, es legal en casi todo el mundo a excepción de territorios de Estados Unidos, Japón, África y China. Según el artículo 47 del Código Civil, en España no pueden contraer matrimonio "los parientes en línea recta por consanguinidad o adopción, ni los colaterales por consanguinidad hasta el tercer grado". En el caso de los primos nos une un parentesco de cuarto grado, por lo que no habría ningún problema. Y entre tíos y sobrinos (tercer grado), sería posible, pero solo con una dispensa judicial. Es decir, según la ley, casarse con ascendientes, descendientes o hermanos está completamente prohibido.

La realidad es que en la etapa de la adolescencia no resulta tan extraño pasar por ese flechazo inocente y esas mariposas en el estómago. Muchas veces eso culmina con una relación sentimental, boda e incluso en hijos. Y aunque de primeras es un tema, que seguro que a la mayoría nos choca, debemos saber que ocurre más de lo que pensamos. Concretamente, según un artículo publicado en la revista Demographic Research, un 10% de los matrimonios que se celebran en todo el mundo son entre primos carnales o primos segundos.

Daniel y Ana.

Daniel y Ana.

Aunque los casos más comunes que conocemos en España son relaciones basadas en el amor, la verdad es que la alta tasa de casamientos entre familiares en otros países se debe a factores sociales. Concretamente, alude a un tema de protección, confianza y lealtad con el grupo.  

Este tabú entre la sociedad se remonta a la exigencia de la búsqueda de alianzas de nuestros antepasados. Sin embargo, pasados los años y como técnica de sobrevivencia, el ser humano se dio cuenta de que tenía la necesidad de crear vínculos fuera de la familia y lo hicieron a través del intercambio de mujeres. De esta manera, se comenzaron a forjar alianzas con carácter firme y duradero.

Desde entonces, este asunto se ha consolidado como algo prohibido. Sin embargo, entre primos no ocurre lo mismo, aunque sí que es cierto que el tabú sigue estando presente. La explicación se podría encontrar hace años, en la necesidad que tenían los monarcas europeos de mantener las alianzas entre reinos (por eso los casamientos entre familias eran tan habituales).

Cuestiones genéticas

Aparte de las razones obvias, este tipo de matrimonios puede acarrear un riesgo para nuestros descendientes, pues los hijos pueden ser condenados a una serie de defectos de nacimiento. Por eso, para evitar posibles complicaciones, es preciso que estas parejas reciban el adecuado asesoramiento. Como es el caso de Ana y Daniel que se sometieron a un estudio genético para informarse sobre el riesgo al que se sometían. En esta situación, el riesgo de que nacieran el niño con algún tipo de enfermedad recesiva era de un 4% mayor que una pareja que no comparte genes. 

Las enfermedades recesivas son aquellas que todos genéticamente portamos pero que necesitan de otra mitad para que esa enfermedad se pueda transmitir. Primero, debe coincidir tu enfermedad recesiva, en el caso de que la tengas, con la de la otra persona, y además, el hijo tendría que tener los dos genes de esa enfermedad.

Sin embargo, a pesar de tratarse de una práctica que no hace daño alguno a nadie (estudios genéticos realizados previamente), este tipo de familias tienen que hacer frente a infinitud de comentarios hirientes

También te puede interesar...

-El bombazo de Carrefour: su nueva estantería con ocho cubos de madera blanca por 56,95 euros

-Locura en Carrefour con su nueva mesa-escritorio con cajonera, la más barata: sale por 89 euros

-Delirio por el nuevo zapatero extensible de Lidl: entran 14 pares y cuesta solo 19,99 euros