El subinspector de la Policía Nacional que recibió un hachazo estando fuera de servicio, por auxiliar a una mujer que había sufrido un robo, durante la entrevista con este diario.

El subinspector de la Policía Nacional que recibió un hachazo estando fuera de servicio, por auxiliar a una mujer que había sufrido un robo, durante la entrevista con este diario. Badía

Reportajes

El policía al que casi matan de un hachazo al auxiliar a una joven: "He estado a punto de morir tres veces"

El subinspector tras conocer que dos de los tres agresores están en libertad con cargos: "La ley es como en el Carrefour, robas tres y solo pagas dos".

25 abril, 2023 02:30
Alcantarilla

En la Comisaría de Alcantarilla todos estaban deseando ver aparecer por la puerta al subinspector de la Policía Nacional que coordina los servicios. "¡Míralo: el renacido!", clamaba una funcionaria con cariño, este lunes, tratando de arrancarle una sonrisa a este mando policial que había acudido a entregar su baja, mientras se recupera del hachazo que recibió en la cabeza, cuando fue atacado por tres jóvenes, sin motivo alguno. "Ha sido violencia gratuita", tal y como afirma el subinspector en la entrevista que concede a EL ESPAÑOL, con la única condición de no revelar su identidad porque tras veinte años de carrera hay más de un delincuente que quiere enterrarle.

"Si el hachazo me lo dan bien: se acabó. No sé cómo no me partieron el cráneo", reflexiona el subinspector, hablando sobre su propia muerte con una tranquilidad que solo posee aquel que sabe que su trabajo lleva aparejada la ruleta diaria de La Parca. "Inconscientemente, cada vez que me veo en una situación complicada, tengo la seguridad de que voy a salir adelante, aunque es algo que solo lo sientes tú porque no es real: es una sensación falsa. El peligro sí que es real y te puede matar. Pero yo soy muy optimista: siempre pienso que puedo salir porque si piensas lo contrario estás muerto".

- Al margen del hachazo que recibió este jueves: ¿Ha estado a punto de morir en otra ocasión?

- Subinspector: Claramente, en otras dos ocasiones. Así que con esta, he estado a punto de morir tres veces. Una de ellas ocurrió en Liria (Valencia), cuando fuimos a rescatar a un narcotraficante y nos recibieron a tiros. Aunque sea un narco, es una persona secuestrada, nos enteramos de que le habían secuestrado como venganza, por dedicarse a realizar vuelcos de droga a otras organizaciones criminales, y desmontamos la operación que teníamos prevista para salvar a este narco.

El subinspector de la Policía Nacional siendo atendido de urgencia tras recibir el hachazo en la cabeza.

El subinspector de la Policía Nacional siendo atendido de urgencia tras recibir el hachazo en la cabeza.

De la segunda vez que casi le cuesta la vida no habla, por secreto profesional, debido a que desde que ingresó a los 26 años en la Policía Nacional ha estado destinado más de una década en la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO), tras pasar por un grupo de investigación en una comisaría de distrito, pilotar un 'zeta', ser escolta de magistrados del Tribunal Supremo en Madrid.… De hecho, su dilatada trayectoria profesional le ha valido una Cruz al Mérito Policial con distintivo Blanco y más de un compañero espera que lo ocurrido este jueves, le valga otra condecoración, después de recibir un hachazo, estando fuera de servicio, por auxiliar a una mujer víctima de un robo en su coche.

- ¿Cuál es el operativo más importante que ha hecho con la UDYCO?

- Subinspector: Pillamos el alijo más grande de éxtasis de la Comunidad Valenciana y el segundo mayor de España. Intervenimos más de tres millones de euros en éxtasis y fueron detenidas de treinta a cincuenta personas porque el operativo se dividió en tres ramas. El entramado delincuencial se dedicaba a traer inmigrantes en patera, desde Argelia a España, y el viaje de vuelta lo aprovechaban para llevar éxtasis a África.

- ¿Por qué se hizo policía nacional?

- Cuando tenía 10 años, no sabía si hacerme cura, también contemplé la posibilidad de ser médico, pero cuando llegó el momento conocí a gente que opositaba a la Policía Nacional y me presenté con ellos. Cuando haces la catequesis y la comunión, te enfocan hacia el lado bueno de las cosas y yo siempre pensaba que me tenía que dedicar a algo para ayudar a los demás. Al final, me hice policía nacional porque me atraía mucho más, parecía mucho más divertido y emocionante.

- ¿Sigue siendo una persona de fuertes convicciones religiosas?

- Sí. Soy creyente, no practicante.

- Después de haber sido atacado por tres personas y de recibir un hachazo en la cabeza, ¿cree que ha sobrevivido porque Dios sigue teniendo un plan para usted?

- En ese momento, solo sentía la absoluta certeza de que iba a salir de esa como fuera.

Esa sensación de saber que por muy jodida que esté la situación, al final, todo saldrá bien, este mando policial ya la ha experimentado circulando detrás de los malos a 200 kilómetros por ahora, en una autopista de pago, llegando al peaje sin frenar, con el riesgo de empotrarse contra una barrera con tal de no dar ventaja a los delincuentes. También sabe lo que es adentrarse en un edificio en llamas, subirse tres plantas a la carrera y rescatar a un anciano, de 90 años, bajándoselo a coscoletas. "En mi trabajo necesitas tener la sangre fría para elegir los pasos que vas a dar porque si te excitas sobremanera no das pie con bola", tal y como remarca.

Este jueves 20 de abril, le tocó decidir entre seguir disfrutando de su tiempo libre o prestar auxilio a una víctima de un robo. "Era inevitable, yo vi el cristal roto y tenía que saber lo que había pasado: eso acababa de ocurrir y podía trincar al tío en el momento". El reloj marcaba las cinco y media de la tarde, cuando el subinspector practicaba running y se percató de que en un descampado anexo al Carril Condomina de Murcia, donde estacionan los coches, se encontraba una mujer a la que le habían reventado la ventanilla del lado del conductor de su vehículo.

El descampado del Carril Condomina de Murcia, donde el subinspector de la Policía Nacional se detuvo, este jueves, para prestar auxilio a una mujer a la que reventaron una de las ventanillas de su coche.

El descampado del Carril Condomina de Murcia, donde el subinspector de la Policía Nacional se detuvo, este jueves, para prestar auxilio a una mujer a la que reventaron una de las ventanillas de su coche. Google Maps

- ¿Qué hizo después de detener su entrenamiento y hablar con la víctima del robo?

- Subinspector: Ella pidió una grúa por teléfono y yo me fui por el descampado, buscando alguna pista, una cámara, si había alguien por la zona… Entonces, vi una casa a unos metros. Me acerqué para ver si había alguien y cuando iba a regresar con la chica, me rodearon tres jóvenes. Uno de ellos me enseñó un hacha y me dijo: 'Hijo de puta, te voy a matar'. Me pegó una patada y me soltó un hachazo, pero lo esquivé y entonces me identifiqué como policía nacional.

- ¿Cómo reaccionaron ellos cuando le dijo que era miembro de las Fuerzas de Seguridad?

- Se quedaron un poco parados y contrariados, como si ya no tuviesen la misma libertad de pegarme y hacerme todo lo que querían. El del hacha me decía: '¿Qué miras?' Yo yo le dije que no miraba nada y que aquí solo podía pasar lo que ellos quisieran porque eran tres contra uno. Me acuerdo que les dije: 'Lo mejor para vosotros y para mí, es que cada uno se vaya por su lado, porque aquí no ha pasado nada y no tiene porqué pasar nada'. La situación se calmó, parecía que todo iba bien y cuando me iba a marchar, uno me bloqueó el paso y otro me dio con el hacha por la espalda.

A partir de ahí mis recuerdos son confusos. Lo primero que hice fue taponarme la herida para no perder sangre, le di un empujón a uno, gané metros y fui al lugar donde estaba la chica con el coche, sin que me pudiesen alcanzar porque me persiguieron los tres, junto a varios familiares. Me metí con la mujer en un edificio y llegaron varios compañeros de la Policía Nacional que los detuvieron cuando intentaban huir.

El hacha empleada para atacar por la espalda al subinspector de la Policía Nacional destinado en la Comisaría de Alcantarilla.

El hacha empleada para atacar por la espalda al subinspector de la Policía Nacional destinado en la Comisaría de Alcantarilla.

El autor del hachazo se llama Francisco, de 25 años, con antecedentes por robo con violencia y amenazas y que hacía solo seis meses que había salido de prisión, tras zanjar una disputa con un hombre, en un bar de Murcia, clavándole un cristal en el cuello. Su hermano, Pedro, de 20 años, le cortó el paso al mando policial y tiene antecedentes por amenazas y por lesiones porque se vio envuelto con Francisco en la citada pelea del bar. El tercero de los hermanos implicados en el ataque se llama Manuel, de 27 años, con delitos a sus espaldas por daños, hurto y una tentativa de homicidio, por 'mediar' en la disputa que mantenía un amigo suyo con su expareja, por la custodia de los hijos. La 'mediación' de Manuel consistió en intentar clavarle un cuchillo jamonero a un familiar de la madre de los niños.

[Francisco, el autor del hachazo a un policía, había salido de prisión por rajar a un hombre en el cuello]

"Me las he visto con tíos más peligrosos que estos, con muertes a sus espaldas, gente de la mafia, pero el peligro que tienen estos jóvenes es que son unos descerebrados: no han matado a nadie, pero al final lo harán", reflexiona preocupado este curtido policía. Su preocupación se debe a que a pesar de su historial y de que en el atestado de la Policía Nacional se advierte de la peligrosidad que tienen los tres hermanos y que actuaron contra el subinspector "sin motivo aparente", tan solo Francisco ha ingresado en prisión. Tanto Pedro como Manuel están en libertad, con una orden de alejamiento del mando policial y la obligación de comparecer en el juzgado. 

- ¿Qué le parece que dos de los hermanos, Pedro y Manuel, hayan quedado en libertad teniendo antecedentes a sus espaldas?

- Subinspector: Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad, pero estos tíos ya la han gastado en varias ocasiones. ¿Cuántas veces tienen que hacer esto? Manuel tiene una tentativa de homicidio y Pedro ayudó a su hermano, Francisco, a clavarle un cristal en el cuello a un chico en un bar. ¿Qué hay que hacer para que cambien su conducta? ¿Cómo reinsertamos a estos tíos en la sociedad? Es una pregunta para la que no tengo respuesta. ¿Cómo se reinserta a gente con esta mentalidad? Lo único que sé es que mientras que están en la cárcel no le pegan hachazos a nadie.

- ¿Considera que el sistema judicial español es demasiado garantista con los delincuentes?

- Creo que el sistema es muy lapso. Solo hay que mirar la Ley del Menor: hay menores que hacen cosas de adultos con pensamientos de adultos. Un chico de 17 años no es un niño de 12 años. Creo que todo eso habría que estudiarlo en profundidad porque lo que hacemos es proteger o garantizar demasiado los derechos del delincuente. La ley es muy blanda, te da muchas oportunidades para enmendar tu camino y los delincuentes las aprovechan para seguir delinquiendo. Esta ley aplicada a los delincuentes habituales es como un tres por dos, como en el Carrefour: robas tres y solo pagas dos.

- Usted se ha personado como acusación particular con el abogado del Sindicato Unificado de Policía (SUP). Francisco, el autor del hachazo, está en prisión preventiva, y sus hermanos, Pedro y Manuel, en libertad con cargos. ¿En el juicio pedirá pena de cárcel para los dos que se han librado por ahora?

Con estos tres tíos no se podía hablar, iban obcecados con pegarme con el hacha. ¿Usted cree que estás personas se comprometerán a no meterse en otra pelea y a no matar a nadie? El del hacha debe estar en prisión [Francisco], pero la cuestión son los otros dos [Pedro y Manuel]. ¿Qué hago? No les pido prisión y cuando maten a alguien, yo no les pedí prisión.

- ¿Se ha llegado a replantear si su trabajo merece la pena cuando personas con semejantes antecedentes quedan en libertad?

- Eso lo piensas. Pero antes que todo eso, lo que tengo claro es que la vida sigue, exactamente, desde el mismo punto y lo que no podemos hacer es asustarnos. Esto ha sido un trago amargo y duro porque podría haber muerto en ese descampado el jueves, pero voy a seguir trabajando. Esto no hará que me meta en un despacho porque me gusta lo que hago y si me metes en un despacho sí que me matas: por no sentirme útil como policía.

- ¿Qué significa para usted ser miembro de la Policía Nacional?

- Ayudar a la gente.