Mack Rutherford, al llegar al aeropuerto de Sofía (Bulgaria).

Mack Rutherford, al llegar al aeropuerto de Sofía (Bulgaria). Reuters

Reportajes

La gran hazaña de Mack, el único piloto de 17 años en dar la vuelta al mundo en avión ultraligero

Ha superado tormentas de arena y calor extremo pasando por 52 países y cinco continentes.

25 agosto, 2022 02:32

A los 17 años, lo normal, para cualquier adolescente, es estar terminando el Bachillerato. “Los genios precoces –como pregona Paul Auster– no existen en la literatura” y, podría haber añadido, es difícil que se manifiesten en otros ámbitos. Haberlos haylos, como Messi, que debutó a los 16 años con el Barcelona. O como Pelé y Maradona, ambos de estreno con el Santos y Argentinos Juniors respectivamente cuando tan sólo tenían 15. Por eso, quizás, cobra mayor dimensión lo conseguido por Mack Rutherford, el único piloto en dar la vuelta al mundo en solitario con un avión ultraligero a sus 17 años.

El piloto con dos nacionalidades (belga y británico) empezó su aventura despegando desde Sofía (Bulgaria) el pasado 23 de marzo y la terminó este miércoles aterrizando en el mismo aeropuerto tras seis meses de viaje. En total, ha recorrido 52 países y ha pasado por cinco continentes.

Así, batió el récord de su hermana Zara, que hizo lo propio en enero de este año convirtiéndose en la persona más joven en dar la vuelta al mundo en solitario con un avión ultraligero –aunque conserva el logro de ser la única mujer en hacerlo– y también le robó su marca al británico Travis Ludlow: él completó el mismo viaje con 18 años y 150 días. Ahora, el récord Guiness Mundial es de Mack Rutherford.

Mack Rutherford, al bajar del avión con el que ha conseguido el record.

Mack Rutherford, al bajar del avión con el que ha conseguido el record. Reuters

Dificultades

Mack Rutherford lo hizo, pero tuvo que enfrentarse a muchas dificultades. El joven piloto de 17 años se ha enfrentado a tormentas de arena en Sudán, calor extremo en Dubái, cierres de aeropuertos en India, lluvias amazónicas y muchos problemas técnicos. Por no hablar del papeleo. Su viaje estaba previsto que terminara antes, pero en muchos países tardó en que le facilitaran los países para sobrevolar su espacio aéreo.

“El peor momento que he vivido fue mientras iba desde Japón a Alaska. Tuve que aterrizar en una isla después de 10 horas de viaje en una isla abandonada del Pacífico en la que había nubes bajas, estaba lloviendo, oscureciendo y además sin luces en la pista”, ha reconocido en conversación con el periódico británico The Guardian.

“La isla estaba completamente deshabitada. Así que, si algo hubiera salido mal, habría estado solo. Menos mal que todo fue bien. Aterricé allí y tuve que dormir en un pequeño cobertizo al costado de la pista porque estuvo completamente abandonado durante más de 10 horas”, cuenta el joven piloto británico.

Su recorrido

Mack Rutherford pasó por todo el continente africano, por India, China, Corea del Sur y Japón. Cruzó el Pacífico norte hasta Alaska y se dirigió hasta la costa oeste de Estados Unidos hasta México. Luego puso rombo a la costa este hasta Canadá y cruzó el Océano Atlántico hasta Europa.

Mack Rutherford, con los diplomas que le acreditan haber conseguido el record Guiness.

Mack Rutherford, con los diplomas que le acreditan haber conseguido el record Guiness. Reuters

Su viaje terminó el miércoles ante una gran multitud de personas en el aeropuerto de Sofía (Bulgaria). Allí se encontró, tras seis meses de viaje, con sus padres, ambos pilotos, y su hermana Zara. “Mientras volaba, trataba de mantenerme en contacto con él. Mis padres lo llamaban todos los días. Como yo lo había hecho antes, le di consejos con las rutas a seguir para poder serle útil”, cuenta su hermana en The Guardian.

Un sueño hecho realidad

Mack siempre quiso ser piloto. Sus padres dicen que desde los tres años ya quería volar. Fue precoz incluso sacándose la licencia, convirtiéndose en el más joven del mundo con 15 años. Y, a los 17 años, intentó un imposible que le ha salido perfecto.

Mack voló en un Shark, uno de los aviones ultraligeros más rápidos del mundo: puede alcanzar los 300 kilómetros/hora. Eso sí, con una modificación. Este avión es para dos personas, normalmente, pero el joven británico lo modificó para llevar un combustible de reserva en el asiento del copiloto y, así, poder afrontar con mayores garantías un viaje de tal calibre. “Con este viaje estoy tratando de demostrar que los jóvenes pueden marcar la diferencia, que no es necesario tener 18 años para hacer algo especial. Sólo tienes que seguir tus sueños y seguro que se harán realidad”, confesó, para finiquitar, en el genio precoz del aire.