Noelia Frutos, procuradora del PSOE en las Cortes de Castilla y León.

Noelia Frutos, procuradora del PSOE en las Cortes de Castilla y León. PSOE

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Noelia Frutos, la diputada y diseñadora gráfica con enanismo ofendida por Vox: "Yo soy normal"

El vicepresidente de Castilla y León le habló, en sus propias palabras, "como si fuera una persona como las demás". Ella le responde.

26 mayo, 2022 04:16

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El vídeo no puede ser más claro. El vicepresidente de Castilla y León se levanta, coge el micrófono y escupe las palabras que han resonado en todas las televisiones: “Señora Frutos, le voy a responder como si fuera una persona como las demás”. La señora Frutos es Noelia, una procuradora del PSOE que sufre de enanismo diastrófico, se mueve en silla de ruedas y no da crédito a lo que acaba de escuchar. Y lo más doloroso, más incluso que las palabras, fue ver cabezas agachadas.

Noelia Frutos (1986) es la mujer más buscada de Castilla y León. Su rifirrafe con Juan García-Gallardo, vicepresidente regional y líder de Vox, se ha convertido en lo más comentado estos días, pero la polémica termina donde terminan de grabar las cámaras. “Lo importante es lo que no se ve, que el PP no reacciona ante las faltas de respeto y agacha la cabeza. No acabo de entenderlo”, señala en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.

Frutos y García-Gallardo son de Burgos y tienen casi la misma edad, pero no se conocen. Vienen de mundos distintos, aunque quizá una sea más “normal” que el otro. Ha estudiado diseño y animación de sistemas, ha trabajado de recepcionista y auxiliar administrativo y milita en el PSOE desde los 16 años, cuando sacó su carnet de las Juventudes. Él es abogado, se presentó por Valladolid -no tenía claro que fuera a sacar el escaño- y entró en Vox cinco meses antes de las elecciones. Su aval en el partido, como ya desveló este periódico, es que viene de una de las familias más ricas y conservadoras de la ciudad.

Noelia Frutos, durante una intervención.

Noelia Frutos, durante una intervención. PSOE

“No me sorprendió que hablara de esa forma, Vox es así. Dicen lo que piensan, que no soy normal, y no se esconden”, recoge Frutos a este periódico. “Soy una persona normal, no tengo por qué aguantar esto”, apostilla, “lo que no es normal es que Mañueco se quede callado, sumiso”. Lo que también le sorprende, dice, es que nunca le habían dedicado ninguna descalificación -ni palabras, en general- antes de la polémica. “Creo que nunca se habían fijado ni de que existo”.

Las barreras de las Cortes

Noelia Frutos lo tuvo difícil para entrar en las Cortes de Castilla y León. Literalmente, el hemiciclo no estaba habilitado para personas en silla de ruedas. La sede parlamentaria es una de las más modernas de España, se construyó en 2007, costó más de 60 millones de euros e incluso ganó un premio de accesibilidad otorgado por la ONCE. A pesar de todo, seguía siendo territorio hostil para los discapacitados en silla de ruedas.

“Estaba muy bien para dar paseos, pero no para representar al pueblo”, bromea Frutos. Todo el edificio tuvo que remodelarse en 2019, a las prisas y de aquella manera, para acoger a su primera procuradora con movilidad reducida. En apenas dos semanas tuvieron que poner una paralela, adaptar los accesos, instalar un atril que le sigue siendo incómodo y reformar los escaños. “No se acordaron de que alguien como yo podía ser procuradora”, comenta.

Ahora ya no tiene ningún problema de acceso. Lo único, quizás, ese atril con el que habla demasiado cerca de los consejeros, sobre todo en las áreas de Educación, Sanidad, Familia e Igualdad de Oportunidades. Todavía le pone nerviosa tenerlos ahí, presionando, y no olvida que continúa siendo “la novata” del partido, además de una de las más jóvenes tanto en el hemiciclo como en la Comisión Ejecutiva del PSOE, a la que pertenece desde 2017.

Aunque en las Cortes se lo han ido facilitando, el resto de su vida cotidiana sigue pendiente de una persona, un asistente personal que tiene más de enfermero por la ley de dependencia que de “asesor”. Lo dice en referencia, precisamente, al hermano del director general de Deportes nombrado por Vox, que fue contratado como personal de confianza en la Junta y cuyo nombramiento -por valor de 42.549,36 euros brutos anuales- se justificó por ser una persona con discapacidad visual. Lo defendió, precisamente, Juan García-Gallardo.

De hecho, este es el segundo familiar que contratan las consejerías dirigidas por Vox, después de que el propio Gallardo, vicepresidente de la comunidad, colocara a dedo a un familiar suyo, José María Barrio Gil-Fournier, como su jefe de gabinete. Tres semanas después Barrio Gil-Fournier fue ascendido a director del Gabinete del vicepresidente. Todos son gente normal.