Una imagen de Salt.

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Reportajes

Mi semana enganchado a Salt, el Tinder para cristianos: "Si eres virgen, podemos ser amigos"

EL ESPAÑOL prueba la aplicación de citas exclusiva para personas creyentes. La experiencia de usuario es muy similar a la app del fuego. 

11 abril, 2022 03:10
Domingo Díaz Nuria Pérez

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Los prejuicios nos dominan en mil y una ocasiones. Nos pasó esta vez. Estábamos pensando tanto en cómo vemos a los cristianos practicantes que los reporteros no vimos venir el aluvión de aprendizajes recibido en apenas una semana registrados en Salt, el denominado 'Tinder para cristianos'. Aquí el sexo no está fuera de la conversación, los perfiles falsos tampoco y la búsqueda de relaciones homosexuales menos.

Hemos dicho bien, existe: Salt es la aplicación creada por cristianos y para cristianos solteros dispuestos a encontrar el amor y compartir la fe. No es que otras aplicaciones te expulsen por ser creyente, es que a veces es complicado mantener una cita con alguien que no tiene fe si la tuya es muy fuerte.

Lo pueden comprobar con una conversación real que mantuvo uno de los dos reporteros con una amiga suya, cuando le dijo que se había descargado la aplicación para ver cómo funcionaba. 

—¿Ah, pero hay una app de citas para cristianos exclusivamente?

—Sí, se llama Salt.

—Pues menos mal. Que una vez quedé con uno a través de Tinder, era del Opus Dei y no lo dijo hasta la cena. Todo muy bien, muy cariñoso y buena persona, pero yo quería otra cosa. Para perder el tiempo, mejor que encuentre alguien con su misma fe.

Lo ha pensado usted, pero el chiste ya lo han hecho en Twitter: en Salt han perdido la oportunidad de llamar a la aplicación Opus Date.

La pantalla de uno de los reporteros.

La pantalla de uno de los reporteros.

La aplicación llega a España

Quedamos anonadados en un primer instante. El anuncio que acababa de salir en Instagram iba a pasar a mejor vida. Una chica decía algo sobre un fondo verde y ya habíamos deslizado con el dedo hacia la derecha. Sin embargo, un segundo le valió para hacernos volver a él. "Salt, una app de citas para cristianos". ¿Qué? ¿Cómo? ¿Eso existe? 

La moviola mostraba a la chica de nuevo. La errata era grande, pero dejaba claro lo que ofrecía. "Las citas entre cristianos son incómodas", decía el texto del vídeo. En realidad, se refería a que, en tiempos un poco iconoclastas, podía ser incómodo mostrar tu fe en una cita concertada a través de aplicación. Sobre todo porque la sexualidad marca los encuentros en muchas ocasiones.

Así que alguien ha aprovechado ese nicho de mercado. Apuesta por lanzar una especie de Tinder especializado en el cristianismo, como otras aplicaciones se centran en otros aspectos personales. Pero, ¿quién podía haber ahí dentro? ¿Qué buscan los que se registran aquí? ¿Cómo funciona esto? ¿Entendemos que la bondad acompaña a la fe aquí dentro? 

Una imagen de la aplicación.

Una imagen de la aplicación.

La información que se puede encontrar de esta app en internet en español es escueta, poco más allá de las notas de prensa lanzadas a finales del mes de marzo. A partir de entonces, comenzaron el bombardeo a través de redes sociales, un sistema que le ha dado algunos usuarios por lo testado estos días.

Según la noticia publicada en distintos medios —muy similar— en la misma fecha, esta aplicación está creada para personas solteras que quieran compartir su fe con otros usuarios. Acaba de llegar a España.

Salt Group Ltda, una empresa radicada en Londres, es la fundadora de la compañía. Los ideólogos son dos teóricos cristianos Paul Rider y Erti-Chris Eelma

En su propia web —aún no tienen redes sociales en español— explican el proyecto. "Creamos SALT porque pensamos que había una forma mejor de que los cristianos se conocieran, tuvieran citas y se casaran".

"Conocer a personas que no pertenecen a tu iglesia puede ser bastante complicado. Las citas por Internet pueden resultar incómodas, torpes y caras. Y todo ello puede ser bastante embarazoso y estar lleno de presión", dice el siguiente párrafo.

Se dieron cuenta de la oportunidad y se lanzaron a trabajar: "Nos hemos puesto manos a la obra y hemos creado una forma mejor de que los cristianos se conozcan. SALT está aquí para ayudar a que las citas cristianas sean un poco menos incómodas y mucho más divertidas".

Todo se crea en torno a la fe. En la zona de quiénes somos, la aplicación expone: "Somos un pequeño equipo con una gran visión para transformar las citas cristianas (...). Rezamos para que seas bendecido por tu tiempo en SALT uy para que seas capaz de bendecir y amar a otros en todo lo que hagas y digas"

Pero, ¿cómo funciona la aplicación? ¿Qué hacen aquí los usuarios? ¿Cómo se accede? ¿Hay realmente aquí sólo cristianos?

Diferencias con Tinder

Una imagen de portada de Salt.

Una imagen de portada de Salt.

Cada reportero se descarga la aplicación en su móvil. Uno con IOS y la otra con Android. Funcionan igual. El corazón es me gusta. La flecha de la derecha es que pasas y la de la izquierda es para ver la lista de los rechazados. Se puede enviar una introducción. Para ver más información de los usuarios deslizas hacia abajo, como Bumble, otra aplicación de citas, sólo que en ese caso el primer paso lo dan las chicas.

Vemos que el registro es similar a Tinder, con algunas diferencias: aquí lo primero que se te pide es que leas los valores de la aplicación y describas tu fe o relación con Dios. 

Todo es buen rollo en el inicio. "Antes de que podamos presentarte a algunos cristianos solteros maravillosos, debes completar tu perfil (...) ¡Sé honesto, sé tú mismo y no olvides sonreír!".

Luego debemos agregar una respuesta de fe: "Nuestra fe es la razón por la que todos estamos en Salt (...) Comparte algo para ayudar a las personas a entender quién eres tú y lo que Jesús significa para ti". ¿Segura que es la fe lo que nos ha traído hasta aquí?

Además, hay que rellenar unas respuestas dentro de cada capítulo: Yo en un instante; Menos que perfecto; Recuerdos; Influencias; y Fe. Cada uno de ellos contiene una serie de preguntas que el usuario debe responder.

Una vez dentro, esto es Tinder: subes fotos, nombre, edad, si fumas o no, si tienes niños o si bebes alcohol. Hay otra diferencia abismal a priori con la aplicación de citas más descargada. Aquí no se puede verificar, de momento, el perfil. Por lo tanto, está abierto a poder subir fotos de cualquiera y falsear tu usuario.

Eso sí, más vale que no te pillen. La aplicación avisa de que eliminará a todos los perfiles falsos ante cualquier denuncia. "No hay periodo de reclamación", expresa. Vaya, que si alguien te denuncia estás fuera.

En realidad, el hecho diferencial está en que aquí puedes mostrar tu fe sin miedo a que eso eche para atrás a la otra persona. 

Vamos a ligar

Las diferencias con Tinder no son demasiadas. Aquí las conversaciones empiezan igual y los hombres dan más me gustas que las mujeres. El contador del reportero apenas suma una treintena de megustas en total, mientras que la reportera en menos de 12 horas llega al +99.

Hablando con otros usuarios, la mayoría ha llegado aquí a través de redes sociales: Facebook o Instagram —en las ciudades medianas y pequeñas aún no hay muchos usuarios registrados, así que sube el rango de búsqueda—. Encontramos sólo dos casos de personas que han llegado hasta aquí sin haber visto el anuncio en redes. Uno es un chico que dice ser embajador de la aplicación y otro que cuenta estar obligado por un amigo. 

Nos interesa saber la historia del primero. Asegura que contactaron con él a través de Instagram, que él es "católico a su manera" y que no cobra por charlar con otros usuarios. Su única misión fue descargarse la aplicación y, por ello, le daban el SALT premium de manera gratuita.

No es influencer ni nada por el estilo. De hecho, mentía con su nombre en la aplicación, que carece de un verificador facial como tiene Tinder. Por lo tanto, no sabemos si decía la verdad.

Además, ser embajador de Salt es relativamente fácil. A los días de descargarnos la aplicación, nos llega un correo: nos ofrecen la oportunidad de tener este rol a cambio de dar nuestra opinión. Nos tienden la mano por el hecho de ser uno de los primeros usuarios de Salt España.

Versión de pago

Salt es gratis, pero tiene una versión de pago. "El emparejamiento es más fácil con la lista de todos los que han dado un like", dice la app. El precio es de 8 euros la semana; 18 euros el mes y 35,99 euros los tres meses. Las ventajas son: tener en tu mano la lista completa de los que te han dado 'like', ver más personas al día —están limitadas—, enviar 10 intros al día —es una opción para enviar un mensaje a la vez que das 'like'—, que tu perfil se muestre de los primeros "en la sección de encuentros" y ver a todos los usuarios que has descartado.

Un usuario que se ha descargado Salt.

Un usuario que se ha descargado Salt.

En realidad, no merece la pena pagar por esta aplicación. Lo único que pensamos que merece la pena de la versión 'premium' es que podrás ver más gente a diario, algo que sí está muy limitado. Quizás esto último sea porque aún la aplicación no cuenta con muchos usuarios en España.

Continuando con los perfiles de esta aplicación, algunos pecan con la mentira. Nosotros, en nuestro caso, ocultamos que éramos periodistas. Además, encontramos a quien mentía en el nombre y no sabemos si más allá —sí, amigo, Nuria era real y hablaba contigo—.

En una aplicación religiosa, descartamos de manera casi automática que pudieran haber más relaciones aparte de las heteronormativas. Pero aquí no parece haber problemas para los miembros del colectivo LGTBI.

El reportero activó en su búsqueda un botón para hacer match con otros hombres. Y, efectivamente, había varones en la aplicación que buscaban tener una relación con otros hombres. El perfil de uno de ellos era inquietante: "Mi corazón anhela amar a Dios y al prójimo. Ser ordenado sacerdote el 25 de septiembre".

Otro prejuicio roto fue el de las relaciones prematrimoniales. Aunque todos buscaban aquí una relación estable, cuando la reportera dijo que no había tenido sexo vaginal anteriormente —en teoría pecado religioso—, hubo quien se lo reprochó. "Lo que has hecho tú es más guarro", le llegaron a exponer. También le espetaron que no era conveniente no conocer a tu pareja sexualmente antes del matrimonio: "Si eres virgen, podemos ser amigos".

Esta aplicación está abierta a muchas congregaciones cristianas. Y para ligar aquí también hay que saber —al menos de lo que a religión se refiere—. Por ejemplo, preguntar a alguien si le gustan las procesiones de Semana Santa sin conocer a qué congregación religiosa pertenece puede ser un craso error —cometido por nuestro reportero—: si la otra persona es evangélica no estará muy de acuerdo y todo se puede romper. 

Para evitar esto, mejor no preguntar si una persona es católica, puesto que el catolicismo se amplía en otras ramas, como la Carismática. Sí, también fallamos ahí. Te lo decimos por si después de leer este reportaje te has sentido tentado de hacerte Salt porque piensas que ligarás fácilmente engañando a personas bondadosas: tranquilo, amigo no cristiano, mejor cada uno en su casa y Dios en la de todos.