Hakima, la madre de la niña de 14 años hallada muerta  en Alcalá la Real, en el acto de repulsa por su muerte.

Hakima, la madre de la niña de 14 años hallada muerta en Alcalá la Real, en el acto de repulsa por su muerte. EFE

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El joven que asfixió a una niña en Jaén agredió sexualmente a una mujer cuando tenía 15 años

El presunto autor de la muerte de la menor es un joven de 22 años que engañó con 15 a una mujer preguntándole la hora para luego abalanzarse sobre ella para violarla.

17 febrero, 2022 03:26
Jaén

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El joven de 22 años detenido en Alcalá la Real (Jaén) tras telefonear al 112 avisando de que había matado a una niña de 14 años tiene antecedentes por agresión sexual. N.N.N. perpetró, según ha confirmado este periódico por varias fuentes, un intento de violación cuando tenía tan solo 15 años de edad.

Fue el 31 de marzo de 2014, cuando, a las seis de la tarde y a plena luz del día, asaltó a una mujer de unos 20 años que caminaba sola por una zona apartada del pueblo por la que discurre el carril bici. La abordó preguntándole si tenía hora.

El adolescente, pese a tener entonces menos años que su víctima, era bastante más alto y fuerte, por lo que a continuación se abalanzó sobre la mujer, derribándola, y comenzó a toquetearla.

No pudo consumar la agresión, la mujer no sufrió lesiones y fue capaz tanto de defenderse -le propinó un mordisco- como de pedir socorro y denunciar. La Policía Local, tras obtener la descripción del agresor, lo persiguió hasta atraparlo minutos después en un olivar. El juez dictaminó una orden de alejamiento.

El antecedente cobra especial relevancia tras el trágico suceso que ha conmocionado a la localidad jienense. Porque Kawla Elhaiba Zeroilla menor de 14 años que ha perdido la vida a manos de este joven con antecedentes por agresión sexual, se despidió de su madre a las 17:30 horas diciéndole que iba casa de una amiga a estudiar. Y fue lo que hizo.

Se marchó a casa de una compañera de clase del Instituto Alfonso XI, donde cursaba 3º de la ESO, para hacer un trabajo. La niña iba a curso por año, y la familia Elhaiba, de origen marroquí, estaba orgullosísima de ella: muy buena estudiante, su intención era la de tener estudios e ir a la universidad en un futuro.

Su madre, separada, mantenía un hogar en circunstancias muy humildes por lo no tenían ordenador en casa. Por eso, la adolescente dijo a su madre que iba a casa de su amiga Marina, y su madre, Hakima, le dio permiso porque sí tenía ordenador.

Fuentes de la Guardia Civil confirman que, efectivamente, la niña acudió a casa de su amiga. Fue al salir para regresar a su casa cuando se le perdió la pista.

Puntual y de palabra

"Era muy puntual y jamás llegaba tarde", cuenta a El ESPAÑOL un conocido de la familia tras asistir al acto de repulsa a las puertas del Ayuntamiento de Alcalá la Real.

La trágica muerte de la niña, a quienes llamaban cariñosamente Jaula, ha motivado que el Ayuntamiento de la localidad jienense haya decretado tres días de luto y la suspensión de cualquier acto festivo por carnaval. La madre de la niña, Hakima, acudió al acto convocado por la Corporación municipal, donde fue recibida por el alcalde y protagonizó momentos de enorme dolor pidiendo justicia para su hija.

El alcalde de la localidad, Marino Aguilera, en declaraciones a EL ESPAÑOL ha afirmado que conocía a la familia del presunto agresor. De origen dominicano, aunque nacido en España, estudió, como Kwala, en centros escolares del pueblo. El joven era introvertido y aficionado al cubo de Rubik y al hockey, un deporte con mucho arraigo en Alcalá la Real al que solía jugar como delantero.

A las 8 de la tarde, y viendo que se demoraba, en la familia Elhaiba se encendieron todas las alarmas y empezaron a buscarla por el pueblo. Su madre llamó a la Guardia Civil a las 23,30 horas. Pero para entonces, ya se había producido la llamada a Emergencias 112 del supuesto autor: un joven de 22 años notificaba que "había matado a una chica".

Según ha avanzado Niusdiario, los primeros informes forenses indican que hay indicios en el cuerpo de la niña que apuntan a que había mantenido relaciones sexuales antes de perder la vida.

Su cuerpo apareció semidesnudo en las inmediaciones del lugar donde el hombre, de origen dominicano pero nacido en España, como Kawla, esperó sentado a los agentes de la Guardia Civil. Ambos eran vecinos de Alcalá la Real, una localidad de 21.000 habitantes que desde ayer se encuentra consternada por lo sucedido.

Conflictivo

La familia de él es conocida en la localidad jienense. "Se apellidan Núñez, y tanto él como su hermano son conflictivos. Él tiene antecedentes, lo sabe todo el pueblo", sostiene un vecino.

El dato no ha querido ser confirmado oficialmente por la Guardia Civil, toda vez que continúan instruyendo diligencias e interrogar "a todo el mundo" para esclarecer del todo "qué tipo de relación tenían y qué motivó que ambos acabaran allí". Sí han confirmado que ni él tiene antecedentes por violencia de género ni ella constaba en el sistema Viogen.

Fuentes del Instituto Armado trasladan a EL ESPAÑOL que el presunto autor aún no ha pasado a disposición judicial, y que todo parece indicar que el juzgado decretará secreto de sumario, por lo que trasladan la información con suma cautela.

Por el momento se desconoce si ambos han mantenido o mantenían algún tipo de relación sentimental, lo que daría lugar a que el crimen se pudiera calificar de violencia de género.

De hecho, según fuentes de la Guardia Civil consultadas por EL ESPAÑOL, el joven, en la llamada que realizó al 112, comunica "que ha matado a una chica. No se refiere a ella como pareja, ni amiga, ni novia", detalla la Guardia Civil a este periódico. Este extremo, que no se conocían, es el que sostienen tanto la familia como los allegados a la adolescente.

El lugar en el que apareció el cadáver de Kawla es el entorno del Castillo de la Mota, en las escaleras que dan acceso a una iglesia abandonada, la de Santo Domingo de Silos. Para acceder hay que saltar una valla. Es otro de los motivos por los que la Guardia Civil esté siendo extremadamente escrupulosa en las investigaciones, no descartando que la menor hubiera acompañado al joven voluntariamente o que lo hiciera bajo amenazas.

Tras efectuar la llamada, el joven no colaboró en absoluto con el Instituto Armado. Guardó silencio, y no dijo quién era la niña ni indicó donde estaba el cuerpo, que fue encontrado por los agentes tras realizar una batida por el lugar. Llevaba muerta un tiempo y nada pudo hacerse por su vida.

Según las primeras periciales, el cuerpo de la menor no presentaba signos de violencia que pudieran haberle costado la vida. Ni heridas por arma blanca ni de armas de fuego, lo que parece indicar que podría haber fallecido estrangulada.

El cuerpo estuvo sin identificar hasta que Hakima, la madre de Kawla, reconoció, pasada la medianoche, las ropas de su hija en una foto.