Javier Avilés.

Javier Avilés.

Reportajes

Los camioneros estallan antes de la huelga contra el Gobierno: "El sueldo es miseria; nos maltratan"

El sector del transporte ha convocado paros de tres días antes de las Navidades para exigir al Gobierno ayudas. 

12 noviembre, 2021 06:01

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El sector del transporte en España ya no puede más. Se encuentra en una situación límite. La convocatoria de un paro de tres días, qué tendrá lugar el 20, 21 y 22 de diciembre en plena época navideña y anunciada este mismo miércoles por el Comité Nacional del Transporte era previsible.

Al menos por la gran mayoría de empresas y trabajadores del sector. “Hace dos años, se presentaron 20 puntos vitales para la regularización del sector y el gobierno no ha hecho nada”, comenta Francisco Avilés, camionero con 40 años de experiencia en el sector: “Nos dijeron que se iba avanzar en en lo que pedíamos para levantar la huelga y después no se hizo ni se ha hecho nada”.

El transporte por carretera aporta un 5% al Producto Interior Bruto (PIB) según el Informe Prospectivo sobre el futuro del transporte de mercancías en España de la CEOE. Da empleo a más de un millón de trabajadores y gestiona el 75% de las exportaciones españolas hacia la Unión Europea.

De hecho, España es el segundo país del conglomerado europeo que realiza más transporte internacional de mercancías por carretera. Un sector de vital importancia siempre, pero más aún en el severo confinamiento de casi un centenar de días que soporto el país en la lucha contra la propagación inicial de la Covid-19, “fuimos víctimas del gobierno durante la pandemia, tuvimos que trabajar y ahora no se nos reconoce”, comenta Avilés.

El desasosiego acapara a gran parte del sector. La lista de exigencias es tan amplia como los años que sigue el transporte sin una regularización clara en nuestro país, “es un caos”. La subida del gasóleo tan solo ha sido una gota más en un vaso, el de la paciencia, desbordado desde hace mucho.

En el comunicado en el que anuncian el paro, los representantes del colectivo hacen referencia a “varios años” de negociación en torno a asuntos tan importantes como la prohibición de que los conductores realicen la carga y descarga de los tráileres, la euroviñeta, la revisión automática de las tarifas que refleje el alza del combustible, la falta de áreas de descanso y la inseguridad, entre otras.

“Estamos abandonados por este Gobierno, yo he llegado a pagar 1.600 euros en carburante para poder realizar un viaje por carretera de ida y vuelta. Al final descuentas todo y te quedan mil euros como sueldo. Y eso que yo ya tengo el camión pagado. El Gobierno de España tiene una deuda pendiente con el transporte”.

Un camión que transportaba lo que los vecinos sacaban de sus casas.

Un camión que transportaba lo que los vecinos sacaban de sus casas. Álvaro Carrillo

Una situación precaria que tiene visos de cronificarse si el sector no consigue un avance como sí se ha conseguido en los países vecinos de Portugal y Francia, “en Portugal, por ley, los conductores no pueden descargar la mercancía. Aquí sí, incluso te obligan. Si se contratara gente para descargar, se reduciría mucho el paro. Pero este es un sector que no es atractivo para nadie y menos para la juventud, está mal tratado y mal pagado”. Federico tiene 33 años, ha sido camionero casi cuatro años y ha decidido echar el freno y bajarse del camión.

“Me apasiona conducir, de hecho me saqué el carnet porque quería ser camionero desde pequeñito. Cuando ves la realidad y pasan los años, ves cómo está todo y te desanimas. Lo peor es que ves que el Gobierno no hace nada por nosotros pero sí dedica los esfuerzos a otros menesteres mucho menos importantes para la economía de este país. Te sientes humillado”.

Para España, las exportaciones son vitales, de hecho tan solo desde las provincias de Valencia, Alicante, Murcia, Almería y Málaga salen cada día unos 2.000 camiones frigoríficos hacia el viejo continente, “somos la huerta de Europa, tenemos un potencial increíble pero quienes mandan nos ignoran. No es justo. En mi caso, me deprimía el poco margen económico que daba y me fui”, comenta Federico.

Costel es de Rumanía, vive en Almassora (Castellón) y lleva 15 años en el país como camionero, aunque ahora se encuentra sin trabajo, “claro que me llegan propuestas pero el sueldo es una miseria, nadie regulariza nada. No tenemos aparcamientos, áreas de descanso, duchas…. Te ofrecen trabajar muchas horas, pero por poco dinero. Yo no puedo echar jornadas larguísimas fuera de casa por 1.400 euros al mes como mucho”, dice y añade, “sí, necesito trabajar, pero ¿todo vale? No. Ya está bien hombre”.

Leyes anacrónicas

El precio del carburante ha subido un 40% en los últimos 12 meses, “no podemos trabajar entre un 30% y un 40% por debajo del coste, no se necesita ser matemático para entenderlo”, declara Víctor González Pastor, presidente de la Federación Española de Transporte Discrecional de Mercancías (Fetransa). González denuncia que ha habido dos años de negociaciones para encontrar fórmulas legislativas, sin embargo “el tiempo se agota. No podemos asumir los sobrecostes”.

La Ley 15/2009 del contrato de transporte terrestre de mercancías supuso, tan solo en la teoría, todo un logro en lo referente a las relaciones contractuales entre cargador y transportista reguladas por el Código de Comercio de 1885, dando por tanto una respuesta a las necesidades del transporte actual, más de un siglo después.

Sin embargo, el anacronismo y el desfase de dicho código en esta materia dejaron en evidencia un mayor poder contractual del cargador sobre la empresa de transporte, “seguimos teniendo una normativa donde los cargadores abusan sobre los conductores y las empresas, la situación de precariedad es antiquísima. Se necesitan medidas de carácter estructural. La situación actual en el sector lleva a que haya más fraudes y trabajadores sin seguro, y que esto vaya a más es intolerable y muy preocupante”. El propio Comité es tajante, asegura que la paciencia del sector y los canales razonables de negociación se han agotado, a lo que se une la absoluta falta de sensibilidad por parte de los clientes en la presente coyuntura económica.

De hecho, acusan a estos de aprovecharse de “la posición de dominio que les concede la vigente regulación del contrato de transporte de mercancías por carretera". Avisan: solo un cambio radical y urgente por parte de Gobierno y clientes podría evitar este conflicto.