Imagen de archivo de alumnos haciendo la Selectividad.

Imagen de archivo de alumnos haciendo la Selectividad. EFE

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La paradoja de la EBAU canaria: por qué son los peores en PISA pero los mejores en Selectividad

El archipiélago Canario destaca negativamente en el examen de aptitudes de la OCDE, pero muy positivamente en las pruebas de acceso a la universidad. 

3 junio, 2021 03:30

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Cada año que llega la Selectividad hay un tema recurrente sobre la mesa: ¿cómo puede haber 17 pruebas diferentes si todos los alumnos optan a lo mismo? En estos años de pandemia, además, esa diferencia no ha hecho sino crecer. Pero antes incluso de que la Covid-19 nos cambiara la vida se daba un fenómeno muy paradójico, concretamente, en las Islas Canarias. Los alumnos canarios son los mejores en la EBAU, pero los peores en el informe PISA. Es la gran paradoja de la educación canaria a los que pocos se atreven a dar una explicación lógica.

Desde 2009 a 2019, el archipiélago canario ha ocupado las últimas posiciones del informe que mide las capacidades de los alumnos en España. Junto con Ceuta y Melilla, las islas han sido los lugares donde peores resultados se han obtenido. Por ejemplo, en el informe de 2019, los alumnos canarios obtuvieron 460 puntos en Matemáticas, 21 puntos menos que la media española y 29 menos que la media de OCDE. Lo mismo ocurrió en ciencias: Canarias obtuvo 470 puntos; España, 483; y la OCDE, 489.

Esto podría quedar en algo anecdótico sino fuera porque luego Canarias es de las comunidades que mejores resultados obtiene en la EBAU. En el curso 2019-2020, el archipiélago lideró el porcentaje de sobresalientes entre los alumnos de Bachillerato, con un 22,8%. Madrid solo llegó al 17,7%, por ejemplo. También los alumnos canarios destacan en el porcentaje de sobresalientes en la propia selectividad. ¿Qué pasa en Canarias en los dos años que transcurren entre las pruebas del informe PISA y la Selectividad?

Porcentaje de sobresalientes en Bachillerato por comunidades autónomas en el curso 2019-2020 
Canarias
22,8
Murcia
22,4
Andalucía
21,7
Extremadura
20,9
Asturias
20,1
C.-La Mancha
18,8
Madrid
17,7
C. y León
16,7
Galicia
16,2
Aragón
16,0
C. Valenciana
15,9
Cantabria
15,4
País Vasco
15,3
La Rioja
11,7
Navarra
10,8
Cataluña
10,6
Baleares 10,2
Fuente: Ministerio de Educación

A esta pregunta no se atreve a responder Jesús Marrodán, presidente de la Unión Sindical de Inspectores de Educación (USIE). “No sabría decir. Se dice siempre, pero no sé cuál es el motivo de eso. Nunca lo he entendido”. Este debate no es nuevo. Ya se pronunció sobre él Soledad Monzón, exconsejera de Educación de Canarias, en una tribuna publicada en el periódico Magisterio.

“Estas comparaciones donde mezclan conceptos incomparables no son sino la muestra de una profunda demagogia y falta de respeto al alumnado de Canarias, que trabaja muy duro para preparar las pruebas, y, sobre todo, al profesorado que las coordina y evalúa”, escribía Monzón, con el tono y agresividad de quien se defiende de un león. Monzón contestaba de esta manera al partido Ciudadanos y a su propuesta de unificar la Selectividad en toda España. El partido naranja señaló igualmente la paradoja canaria de los resultados entre el citado informe y las pruebas de acceso a la universidad.

Alumnos haciendo las pruebas del informa PISA.

Alumnos haciendo las pruebas del informa PISA. E.E.

“Es demagogia relacionar los datos del Informe PISA con la EBAU decía Monzón y lo es porque relaciona dos pruebas que no tienen un solo punto en común: 1) La EBAU es una evaluación curricular (de contenidos), mientras que PISA es competencial (capacidades matemáticas, de comprensión lectora y científica); 2) La EBAU está basada en la legislación española y autonómica, mientras que PISA no tiene en cuenta las características curriculares del sistema educativo del país. 3. En PISA participa el alumnado según su edad (entre 15 años y 3 meses, y 16 años y 2 meses), independientemente del curso en el que esté matriculado, mientras que en la EBAU participa, voluntariamente, solo aquel que ha superado el Bachillerato previamente”.

Sea demagogia o no, como decía la exconsejera, los datos están ahí y resultan de lo más chocante. Pero Monzón está ya fuera de la política y Ciudadanos, cada vez está más cerca de estarlo. Pero el problema de las diferentes selectividades en España pervive y, lejos de solucionarse, sigue creciendo. La pandemia ya se ha encargado de ello.

A la EBAU con suspensos

El año pasado, a raíz de la pandemia, se dio una situación inédita en España: cada comunidad autónoma podía decidir si los alumnos podían acceder a la EBAU con asignaturas suspensas (siempre y cuando su nota media fuera un aprobado, un 5). En total, 11 autonomías decidieron hacerlo así, mientras que las seis restantes (Madrid, Cataluña, Castilla y León, Murcia, Andalucía y País Vasco) optaron por la manera tradicional: con suspensos no se va a Selectividad.

Este 2021, cuando la situación por la pandemia es mucho menos grave, vuelve a ocurrir lo mismo. Algunas comunidades autónomas permitirán ir con materias suspensas y otras no. El caos es tal que no se sabe a ciencia cierta cuáles sí y cuáles no. Castilla la Mancha, por ejemplo, dijo que sí en un primer instante y luego se desdijo en un comunicado oficial.

La LOMCE, la ley de educación vigente desde la era Rajoy, dice muy claramente en su artículo 37 que “para obtener el título será necesaria la evaluación positiva en todas las materias de los dos cursos de bachillerato”. Lo mismo decía la LOE, la anterior ley, que apenas varió con el cambio de siglas en 2013. 

José Ignacio Wert, ministro de Educación en el Gobierno de Mariano Rajoy, que aprobó la LOMCE.

José Ignacio Wert, ministro de Educación en el Gobierno de Mariano Rajoy, que aprobó la LOMCE. E.E.

Ahora bien, si las comunidades autónomas tienen potestad para obviar este punto es gracias al Real Decreto-ley 31/2020, de 29 de septiembre de 2020, por el que se adoptan medidas urgentes en el ámbito de la educación no universitaria. Este decreto afirma, en su artículo 6, que “para la obtención del título de Bachiller será necesaria una calificación media igual o superior a la requerida para la superación de cada materia”. En otras palabras, que un alumno puede examinarse de Selectividad con materias suspensas en el Bachillerato.

Este Real Decreto estaba orientado a la situación extraordinaria vivida por la pandemia, sin embargo, España ya no está en estado de alarma y la normalidad va volviendo poco a poco a las aulas. “Cada comunidad autónoma lo ha entendido de un modo distinto y según sus criterios. El criterio ideológico no afecta tanto”, explica Jesús Marrodán, presidente de USIE.

“Por ejemplo, Extremadura y Valencia están permitiendo dar el título de Bachillerato sin tener todas las asignaturas aprobadas. Sin embargo, otras como Castilla la Mancha o Castilla y León dicen que no quieren aplicar eso. Esa potestad que les han cedido no quieren ejercerla, porque ese reglamento puede vulnerar la LOMCE”.

Este mismo miércoles, el consejero de Educación en funciones de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, ha criticado "la injusticia" que ha provocado el Ministerio de Educación al permitir que alumnos con suspensos puedan presentarse a las pruebas de acceso a la universidad, cuando "el nivel de exigencia" debería ser el mismo en toda España.

Enrique Ossorio, consejero de Educación en funciones de la Comunidad de Madrid.

Enrique Ossorio, consejero de Educación en funciones de la Comunidad de Madrid. Europa Press

No son pocas las voces que llevan años pidiendo que la Selectividad sea igual en toda España, ya que los alumnos pueden luego optar a todas las universidades españolas. Esta misma tesis la defiende Marrodán. “La nota de la EBAU permite a los alumnos participar en un proceso de admisión para distintas universidades de distintas comunidades autónomas”.

“Esto rompe la igualdad de acceder todos en las mismas condiciones a la universidad. Porque a un chico de Castilla la Mancha, si suspende, no le dejan presentarse. Pero a otros de otras comunidades, sí. No es justo. Debemos tener todos los mismos derechos y las mismas oportunidades”, concluye Marrodán.