Néstor, fugado y buscado desde el año 2012.

Néstor, fugado y buscado desde el año 2012.

Reportajes

Néstor, el pederasta escondido como jornalero en Murcia: detenido por abusar de niños de 5 años

El paraguayo tenía pendiente una condena por pederastia. Se refugiaba en Fuenteálamo, en el seno de una familia que no sabía a priori de sus delitos.

20 enero, 2021 11:38

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Un vuelo procedente de Sudamérica aterriza en el aeropuerto de Barcelona-El Prat y sus pasajeros se apresuran a recoger su equipaje. Nada extraño en el habitual frenesí de viajeros que la terminal registra a diario. Como suele ocurrir, las maletas son de distintos colores y tamaños, pero en esta ocasión, una de ellas oculta toneladas de culpa y esa es la de Néstor. En su maleta este joven paraguayo arrastra una condena de cárcel sin cumplir por satisfacer sus instintos más lascivos aprovechándose de la ingenuidad de dos niños en Argentina.

Es el año 2018 cuando Néstor llega a la ciudad condal para poner un océano de por medio con sus dos víctimas: una de ellas tenía 7 años y la otra 5 añitos. “En ambos casos los sometió a abusos sexuales continuados porque el fugitivo vivía en el domicilio de esos menores”, tal y como explican fuentes policiales a EL ESPAÑOL. Néstor, un veinteañero paraguayo, se aprovechaba de que compartía techo en Argentina con estos niños y, cuando se quedaba cuidando de ellos, les forzaba para que accedieran a sus peticiones sexuales: tocamientos, sexo anal, felaciones...

Néstor nunca admitía una negativa por respuesta, ya que cuando los pequeños se oponían a los libidinosos deseos de este paraguayo -de físico delgaducho- no dudaba en intimidarles y amenazarles para que las pobres criaturas saciasen su apetito sexual. Tanto es así que al niño de 5 años lo llegó a penetrar analmente. Al de 7 años lo obligó a practicar sexo oral. Estos son solo un par de ejemplos de los episodios de abusos que en 2012 sufrieron los mencionados menores en repetidas ocasiones.

Al final se terminó destapando la cara ‘b’ de Néstor, ese hincha devoto del Club Olimpia de Paraguay y que en una red social se define como un "hombre de buena fe y con un corazón lleno de amor y paz". Nada más lejos de la oscura realidad que ocultaba: era un pederasta.

Imagen del campo murciano.

Imagen del campo murciano.

Después de ser denunciado ante las autoridades argentinas, se inició una investigación que culminó en un proceso judicial. El resultado fue pena de cárcel, confirman las mencionadas fuentes policiales. “Tenía pendiente una condena de 20 años de prisión”. Néstor no quería pasar ni un día de su existencia a la sombra y, tal y como corroboran esas fuentes policiales, antes de que le fuese notificada la ejecución de la condena huyó de Argentina para tratar de dar esquinazo a la Justicia.

De tournée por Sudamérica

“Primero estuvo huido por varios países de Sudamérica”. De hecho, se sospecha que regresó a su Paraguay natal, incluso pudo haber estado en Brasil. Es una incógnita por resolver los tumbos que pudo dar por América del Sur y el Caribe tratando de ocultarse de las autoridades argentinas, pero lo que la Interpol tiene claro es que en 2018 cogió un avión como último recurso para no ingresar en prisión. “El sospechoso cogió un vuelo para irse a la República Dominicana y cuando salió la requisitoria judicial ya había abandonado el país”, apuntan fuentes de la investigación.

El último avión que cogió le llevó a Barcelona. En cuanto se tuvo constancia de que Néstor hacía tres años que había cruzado el charco, la Policía Federal Argentina se puso manos a la obra para tratar de darle caza en España a través de su División de Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones de Interpol. En ese momento, Néstor ya no estaba en la ciudad condal. Otra vez con su maleta cargada de culpa y con el único propósito de burlar a las autoridades, optó por moverse por el territorio español.

Oculto en el mundo rural

“Este prófugo apostó por irse al mundo rural: a una zona de interior”. Néstor se instaló en uno de los municipios de la Región de Murcia que presentan elevadas tasas de inmigración: Fuenteálamo. En esta localidad de 16.787 habitantes no iba a encontrar grandes dificultades para pasar desapercibido, entre otros motivos, porque es un punto de destino habitual para muchos extranjeros que quieren ganarse el pan trabajando en uno de los motores de la economía local: el sector agrícola y ganadero.

Inicialmente logró su propósito. Nadie sabía que ese joven inmigrante que formó parte de varias cuadrillas de jornaleros era un prófugo que había agredido sexualmente a dos menores de edad en Argentina. Nadie se podía imaginar que ese veinteañero de sonrisa fácil, con el que hablaban de fútbol y con el que almozarban en el campo en duras jornadas doblando el lomo, era un pederasta.

A ojos de todos los que le conocían en Fuente Álamo, era un paraguayo que trataba de labrarse un futuro trabajando en el campo y al que en Facebook le encantaba fantasear haciendo montajes fotográficos donde Néstor aparece en una mansión, con un cochazo... Nada extraño: la utopía del sueño europeo con la que sueñan muchos inmigrantes.

El pederasta se escondió en una familia de paisanos suyos.

El pederasta se escondió en una familia de paisanos suyos.

Néstor iba dando bandazos de un tajo a otro alternando contratos con periodos en paro, tal y como corroboran otras fuentes policiales: “Se dedicaba al trabajo en el sector agrícola que le iba surgiendo de forma esporádica”. Una vez más nada que pudiese despertar sospechas porque es lo habitual —por desgracia— para los extranjeros que residen en tierras murcianas.

El fallo de los empadronamientos

“El prófugo estaba en situación irregular en España, no había ningún registro suyo”. Néstor era un fantasma en el país hasta que se creyó más listo que el Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional y empezó a cometer errores de bulto: “Hizo una gestión administrativa y delató su presencia”. Para más señas, EL ESPAÑOL ha podido saber que el prófugo se empadronó en varios domicilios de Fuente Álamo y terminó en la diana de los investigadores españoles, que comenzaron a tirar del hilo analizando su actividad en tierras murcianas.

“Él es de origen paraguayo y se ha aprovechado de que tenía algún conocido en Fuente Álamo”. En concreto, una familia de su misma nacionalidad y que tiene una explotación agrícola y ganadera en un paraje rural alejado del casco urbano: Casas de Egea. “Parece ser que trabajaba para ellos y a cambio le daban cobijo en su casa de campo: el tipo estaba muy tranquilo allí”. Tanto que siguió cometiendo errores como echarse una pareja sentimental: un hombre, de nacionalidad española, que le sacaba muchos años al veinteañero Néstor y con el que también empezó a hacer vida.

El prófugo disfrutaba del tiempo de ocio con su pareja y festejaba la Navidad con sus compatriotas. Ni la pandemia de coronavirus ni la condena que pesaba sobre su cabeza le quitaban el sueño: Néstor hacía tiempo que se había olvidado del motivo por el que huyó de Sudamérica y el Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional prosiguió escudriñando su actividad cotidiana: su domicilio, su trabajo, su vida sentimental y social...

El Grupo de Localización de Fugitivos dio prioridad total a este caso. En tiempo récord reportaron toda la información a la División de Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento de Interpol en la Policía Federal Argentina.

Riesgo de reincidir

“Estaba en busca y captura por Interpol por haber agredido sexualmente a dos menores de edad. Recibida la información por los investigadores y dado el riesgo de que el fugitivo reincidiera en delitos sexuales contra menores en nuestro país, se le asignó prioridad máxima a la investigación y rápidamente se comenzaron gestiones indagatorias tendentes a su localización”, tal y como confirman desde la Jefatura Superior de Policía Nacional en Murcia.

“No hay constancia de que haya repetido delitos en la Región porque mantenía una relación estable con un hombre mayor”, precisa otra fuente policial. A pesar de todo, no había tiempo que perder para ejecutar la orden de búsqueda que habían emitido las autoridades argentinas para su detención y extradición. De forma que la mañana del martes 12 de enero, en plena ola de frío por la borrasca Filomena, la Brigada de Policía Judicial de Murcia se desplazó al paraje de Casas de Egea donde trabajaba el sospechoso en la explotación agrícola de unos compatriotas.

Fachada de los juzgados.

Fachada de los juzgados.

“Esa familia no tiene antecedentes y todo apunta a que no sabían nada del pasado del prófugo”. Los agentes caminaron por el barro hasta llegar a una casa, de planta baja, y color amarillo, donde llamaron a la puerta. “El fugitivo abrió y le esposaron”, precisa la Jefatura Superior de Murcia.

El detenido, Néstor M.G.G., de 28 años, pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional y posteriormente ingresó en la cárcel de Soto del Real en la Comunidad de Madrid a la espera de que se inicien los trámites de extradición a Argentina. Allí le esperan desde hace largos años sus ‘amigos’ de la Policía Federal.