Maje y Antonio en el día de su boda.

Maje y Antonio en el día de su boda.

Reportajes

Maje, la ‘viuda negra’ de Novelda, revoluciona la cárcel mixta de Picassent con sus flirteos

  • María Jesús, la conquistadora que en libertad llegó a tener cuatro amantes a la vez, uno de los cuales mató a su marido, ha tejido dentro una red de admiradores. Salva, el presunto asesino, está internado allí.
  • Es la reina de la prisión. Allí sus novios la colman de toda clase de atenciones. 
  • Manda cartas a otros presos a sus celdas para quedar luego con ellos.
  • Salva, 'esclavo' para todo
  • La pérfida habilidad de Maje. Reconstrucción del sumario.
  •  
15 julio, 2018 01:49

Noticias relacionadas

“Es una máquina. La tía es una auténtica máquina”. Anda el ambiente revolucionado desde hace meses en la cárcel de Picasent (Valencia). En realidad, desde que el pasado mes de enero entró en una de sus celdas una mujer morena de piel, castaña de pelo y con una amplia sonrisa. Se llama María Jesús Moreno Cantó, Maje para los amigos, y es la viuda negra de Novelda. Después de su detención por el crimen, ha continuado con sus particulares hazañas en prisión.

Si cuando se casó con su marido mantenía cuatro romances a la vez ahora no iba ser menos. Desde su llegada, ha ido entablando contacto con otros presos de forma sutil y furtiva para ganarse su confianza primero, para obtener beneficio de ellos después. 

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la acusada del asesinato de su marido ha mantenido estos meses en prisión varios romances a la vez, algunos de ellos de forma simultánea y sin que unos y otros reclusos lo supieran. Incluso en la cárcel Maje ha vuelto a extender su telaraña.

El caso de Maje adquirió cierta notoriedad el pasado mes de enero, cuando este periódico publicó un serial con el sumario del caso. La historia de Maje es la de una mujer que engatusó a uno de sus cuatro amantes para que acabase matando a su marido por ella. Salva fue el ejecutor, ella el cerebro de la operación. Fue él quien, a petición de ella, asestó ocho puñaladas a Antonio Navarro Cerdán en el parking de la casa que el hombre compartía con Maje desde que habían consolidado su relación.

La viuda negra valenciana mantuvo todos sus amantes y fue intentando convencer a alguno de ellos para que acabase matando a su marido. El único que accedió fue Salva, conocido ya como célebre ‘pagafantas’. Era su chico de los recados, un esclavo para todo. Él creía que Maje estaba enamorada de él de forma irremediable y por eso hizo todo lo que ella quiso. La siguió hasta el punto de matar por ella. La ha seguido hasta tal punto que ahora ambos han acabado en el mismo centro penitenciario.

Una cárcel revolucionada

Antonio y Maje celebraron su luna de miel en República Dominicana

Antonio y Maje celebraron su luna de miel en República Dominicana

La prisión de Valencia está, sin duda, un tanto agitada por las actividades de la mujer y sus pretendientes. A algunos de ellos los conoce en las actividades comunes que comparten los presos de distintos módulos: cine, teatro, jardinería, misa, etc. Ahí se suceden las miradas furtivas, las conversaciones y el intercambio de palabras. Y entonces Maje intercambia el número de su celda y de módulo con su nuevo novio. Ya están en contacto para siguientes ocasiones.

Y así, Maje lleva meses carteándose con varios internos a la vez y consiguiendo de ellos lo que quiere: algunos dentro de la cárcel cuentan que gracias a esto consigue cigarrillos y todo tipo de favores. En sus escritos, les redacta palabras de amor para tenerlos siempre a su favor.

Esto ha generado situaciones de conflicto entre algunos internos que estaban con ella y que se han enterado que no eran los únicos que estaban con la recién llegada a prisión. La mujer, en las actividades comunes, se consigue escaquear algunas veces. Luego se queda a solas con él, y pasa lo que tiene que pasar. Y así en múltiples ocasiones. Se habla, incluso, de alguna trifulca entre los reclusos a su costa. 

No hay duda, comentan fuentes cercanas y conocedoras del caso, de que Maje no pierde el tiempo y que su vida en prisión se asemeja en gran medida a la que llevaba fuera, solo que ahora no ordena que maten a su marido. Pero sus tretas para con los amantes, los flirteos amorosos, su labia y su capacidad de convicción… Todo eso continúa intacto en un centro penitenciario en el que viven más de 2.000 personas. Un centro en el que ella es la reina.

A Maje todo le da igual. “Sabe que le condenarán a 15 años pero dice que se hace a la idea, así, tan normal”, decía una interna en un reportaje de Equipo de Investigación. Entretanto, las cartas que les envía a sus novios dentro de la prisión están surtiendo efecto. Así, de vez en cuando le cae un regalito: un paquete de tabaco, un poco de dinero, algo de la cantina de la prisión… Son sus pequeños métodos para sobrevivir en prisión.

En unos pocos meses, Maje se ha hecho la reina del negociado de la prisión. Llegó tranquila, despreocupada. Sin cambiar su carácter ni tampoco su conciencia. La viuda negra de Novelda (Alicante), acusada de urdir el asesinato de su marido y con cuatro amantes -prácticamente solapados en el tiempo- a sus espaldas hasta que uno de ellos mató a su esposo, “entró muy chula, pidiendo tabaco”. No ha tardado mucho en conseguir sus recaderos particulares.

Maje lleva en la cárcel desde el pasado 12 de enero. Ha intentado salir en libertad provisional varias veces, pero para la Justicia  "no existen dudas respecto a la presunta participación en los hechos de la recurrente, quien lo ha reconocido así inicialmente con todo lujo de detalles y en modo que ha podido corroborarse periféricamente, de un modo suficiente, para atribuir una ulterior responsabilidad criminal en este momento, de carácter meramente indiciario y provisional".

Salva, “muy hundido”

Para su entorno, Maje y Antonio formaban una pareja bien avenida

Para su entorno, Maje y Antonio formaban una pareja bien avenida

¿Y qué fue de Salvador, el chico para todo de Maje, el recadero, el pagafantas, el asesino? Salva sigue en prisión también desde el 12 de enero. Allí está hundido y desolado porque le llegan todas las noticias de las actividades de Maje con otros internos. “Está muy jodido. Sabe que ella está haciendo lo que quiere con quien quiere y él está ahí por su culpa”.

Paraa hacernos una idea de la magnitud de la tragedia, Salva lo cambió todo por satisfacer a Maje. Tenía una vida plena, una familia, casa, padre de dos hijos y auxiliar de enfermería. Tiene 20 años más que su compañera y, como ella, pero se ve que no es feliz en su matrimonio. Ambos mantienen una relación extramatrimonial que empieza antes de la boda de Maje y que sube de intensidad a medida que sendos matrimonios se desmoronan. En verano, Maje tiende ya la trampa: le confiesa, entre lágrimas, que su marido la menosprecia y la maltrata. Nadie tiene constancia de esos presuntos malos tratos. De hecho, no hay denuncia alguna. Pero Salvador la cree y le hace una promesa: “Te voy a quitar ese peso de encima”.

El crimen se lleva a cabo la soleada mañana del 16 de agosto en el 14 de la calle Calamocha. El ingeniero Antonio Navarro baja al garaje a coger su automóvil. No se da cuenta de que al lado del automóvil hay un varón agazapado que le aguarda con cautela. Cuando Antonio llega al coche, el asesino sale de su escondite blandiendo un puñal. Le asesta ocho navajazos certeros en el tórax.

La autopsia reveló después que la puñalada recibida en el corazón fue la que acabó con su vida. El cadáver fue descubierto a las 15:30 de la tarde por un vecino del bloque que estaba aparcando su moto. Cuando avisaron del crimen a María Jesús, ella aseguró que llevaba toda la mañana preocupada porque Antonio no contestaba a sus llamadas.

Durante meses, el caso fue investigado de forma que se pensaba que unos ladrones habían asaltado a Antonio y le habían liquidado en su garaje porque no había pruebas de ello. Pero todo empezó a surgir a raíz de las conversaciones de Maje con algunos de sus amigos o familiares. Ahí fue cuando los agentes descubrieron la verdad.

Salva es un hombre felizmente casada y con una hija de 19 años

Salva es un hombre felizmente casada y con una hija de 19 años

Ella se encuentra en el módulo de mujeres. Mientras tanto, en el módulo de enfermería de la misma prisión un hombre muy conocido para ella se lamenta cada día. Salva, el cuarto de sus amantes, quien llora desconsolado por el crimen cometido. Dicen sus compañeros, quienes tienen contacto con él, que está hundido desde que Maje ha arrancado motores en prisión. Ahora Salva se lamenta, y se entristece por las cosas que está viendo en la prisión.

Mientras ella sigue con su habitual ritmo de vida, Salva piensa en su familia, en su hija, en todo lo que dejó atrás al entregarse al amor de Maje. Y por eso está muy hundido. Sobre todo cuando recuerda algunas de las palabras que la viuda negra le dedicaba durante el noviazgo que ambos mantuvieron, una relación que fue ficticia y que nunca llegó a existir, pero que para Salva fue tan real como la vida misma. Así que entonces, en la soledad de su celda, recuerda algunas de las palabras que ella le dedicaba. Las palabras con las que se lo ganó, con las que conquistó su voluntad.

- Me pongo presumida cuando viene, coqueta, me gusta que sepa que estoy allí, no tengo ni idea de lo que siente, quizás ni me vea como una mujer para él, pero a mí me anima que venga a planta y verlo… y pasar a su lado. “Está el gotero de Ringer vacío” me dice. Y yo pienso… “Ufff, pues llénamelo tú”.