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Ana Silva de El Valentín de A Coruña: "Nos cierran en vida y mata la poca planificación"

La responsable del establecimiento sostiene que "en hostelería apenas hay contagios" y que si las restricciones de este fin de semana se alargan en el tiempo "muy poca gente podría soportarlo"
Ana Silva, propietaria del Valentín.
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Ana Silva, propietaria del Valentín.
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El sector hostelero ha sido uno de los principales perjudicados de las restricciones y los cierres perimetrales decretados por la Xunta de Galicia este viernes alrededor de las 12:00 horas y que entraron en vigor a las 15:00. Se cuentan por centenares los responsables de locales de la ciudad herculina y otras ciudades gallegas que han sufrido una ola de cancelaciones de reservas a causa de la nueva norma de reuniones permitidas para sólo convivientes, un contratiempo que les ha provocado importantes pérdidas debido a que la mayoría ya tenía la mercancía comprada en previsión a los comensales que esperaban sentar a sus mesas.

Este endurecimiento de las restricciones unido al reciente decreto de un segundo estado de alarma por parte del Gobierno y el empeoramiento de la situación epidemiológica están poniendo contra las cuerdas a muchos establecimientos y un ejemplo de ello es El Valentín de A Coruña (San Agustín, 30). El timón que está al frente del local desde que abrió hace seis años es Ana Silva, que intenta capear el fuerte temporal que viene como mejor puede. Para ella, los cierres perimetrales y la norma de solo convivientes junto a la subida de la cuota de autónomos "fueron la guinda" a la mala situación en la que se encuentra su negocio y se muestra preocupada por su continuidad.

"Que no nos hagan este cierre en vida, estamos abiertos pero nos mata la poca planificación", critica, a la vez que detalla que de las reservas que tenía para comer el viernes sólo pudo mantener una, aparte de que el principal problema se dio a la hora de la cena, "donde se cancelaron el 80% de las mesas con la mercancía comprada y todo programado". Este fin de semana han prestado servicio pero de una manera atípica, ya que cuenta que un sábado normal antes de la pandemia "tendrían doble turno de comidas y cenas y completarían unas 65 mesas", de las cuales por ejemplo sólo se han cubierto cinco aproximadamente las noches del viernes y el sábado.

"Es alucinante lo que está pasando y nuestro caso es especial porque somos cafetería y restaurante y cuando estalló la crisis sanitaria este verano tuvimos que elegir y apostamos por el restaurante porque los recursos son limitados", reconoce, mientras destaca que "ahora que estaban un poco más recuperados" se estaban planteando abrir la cafetería, algo que no ha podido ser porque las medidas aprobadas recientemente han supuesto para el Valentín "un nuevo batacazo".

"Intentas abrir pero el panorama no es nada alentador"

En cuanto al personal, El Valentín contaba antes de la crisis sanitaria con 11 empleados y actualmente con ocho porque han recurrido a un ERTE. Además, Silva apunta que la situación actual "sinceramente es para ponerse todos los hosteleros de acuerdo y cerrar". "Todo esto me da lástima y coraje, porque juegan con nuestra dignidad y lo único que queremos es trabajar. Por una parte tienes la situación del coronavirus que te aprieta y te oprime y por otra está la zancadilla que te ponen constantemente con las restricciones que te cuarta igualmente o más", comenta, a lo que añade que intenta seguir con el local abierto "pero el panorama no es nada alentador".

Silva es una pequeña empresaria que pertenece a la Asociación de Emprendedores de Galicia (ASCEGA), que recientemente han solicitado a las administraciones públicas que condonen los impuestos y tasas a los empresarios y que se les indemnice con el 75% de la facturación del año pasado tras las nuevas restricciones anunciadas el viernes. "Estoy pagando impuestos y los sueldos a mis empleados y no podemos trabajar. Si no podemos desarrollar nuestra labor al menos que nos devuelvan el importe de los impuestos, yo entiendo que la situación es horrible y está muriendo gente pero no puede ser que los gobiernos en vez de entender la situación y ayudarnos nos saquen más", protesta.

Silva concreta que últimamente la facturación de El Valentín "ha caído más de un 40%" y reconoce que "trabajar de una manera digna les está costando mucho". "Tenemos 30 mesas y hacíamos doble turno antes del coronavirus, cuando estalló la pandemia para que no se juntase tanta gente en el local solo llenábamos un turno y y el viernes hemos tenido cinco mesas en la terrazas de gente tomando cañas y cenando grupos de tres", dice.

La responsable del local de A Coruña sostiene que "en hostelería apenas hay contagios" y sobre la continuidad de su establecimiento se muestra con dudas porque admite que si las restricciones de este fin de semana se alargan en el tiempo "muy poca gente podría soportarlo porque ahora mismo todos los locales tienen más gastos que ingresos y no se puede trabajar así", concluye con cierto desánimo.

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