Volodímir Zelenski y Donald Trump este viernes en el Despacho Oval.

Volodímir Zelenski y Donald Trump este viernes en el Despacho Oval. Hamad I Mohammed Reuters

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Puedes quitarnos las tierras raras pero nunca nos quitaréis la libertad

La ignorancia de Trump le lleva hacer comentarios erróneos como que Zelenski va a iniciar la Tercera Guerra Mundial. Aunque no lo queramos admitir, lamentablemente ya estamos en esa terrible situación.

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"¡Luchad y puede que muráis! Huid y viviréis... un tiempo al menos. Y al morir en vuestras camas, dentro de muchos años, ¿no estaríais dispuestos a cambiar todos los días desde hoy hasta entonces, por una oportunidad, ¡sólo una oportunidad!, de volver aquí a matar a nuestros enemigos? Porque es cierto que pueden quitarnos la vida, pero jamás nos quitarán... ¡la libertad!". Estas palabras podría haberlas pronunciado el presidente Zelenski en febrero de 2022 pero corresponden a un discurso de William Wallace en 1297. Aunque entre los dos episodios medien 725 años y aunque Wallace luchara contra Eduardo I y Zelenski contra el dúo Putin-Trump, la esencia de arenga es la misma: los pueblos quieren ser libres y los tiranos, por mucho dolor que causen, nunca logran acallar el aliento de la dignidad.

El presidente Zelenski ha sido capaz de devolver la dignidad a un Occidente que había optado por el dinero frente a la decencia. Los tres años de guerra que llevamos en Ucrania, los crímenes de lesa humanidad cometidos en Irpin, Bucha, Kúpiansk, Izium etc… pesan mucho en la conciencia de Zelenski, al menos tanto como para no achantarse ante los gritos de un jefe abusón que busca doblegar la voluntad de un empleado cuando sabe que no le asiste la razón. El problema es que Trump es un ególatra que se construye (por el momento con inteligencia artificial) estatuas de oro y que se siente impotente ante su incapacidad de despedir a Zelenski.

Los intereses de Trump y de Zelenski son diametralmente opuestos. Mientras que para el primero Ucrania supone una oportunidad de negocio explotando las mal llamadas "tierras raras", para el segundo la guerra es una cuestión de supervivencia para su pueblo. Si Kiev pierde, Ucrania y probablemente buena parte de Europa, desaparecerá.

Más allá de la inmoralidad que supone el pacto propuesto por Trump a Zelenski, lo que verdaderamente separa a los dos líderes es la profundidad de pensamiento. Trump es una persona superficial y caprichosa, mientras que Zelenski es alguien con una trayectoria vital que ha convertido al cómico de Kvartal 95 en un líder sólido solo comparable con Churchill.

La ignorancia del presidente Trump le lleva hacer comentarios erróneos como que Zelenski va a iniciar la Tercera Guerra Mundial. Aunque no lo queramos admitir, lamentablemente ya estamos en esa terrible situación y si no es así, cómo explicamos que haya un frente en el que Ucrania recibe armas a diario desde Europa para doblegar a una Rusia a la que China, Irán y Corea del Norte mantienen armada.

Además, Rusia trata de desestabilizar la UE apoyando partidos de extrema derecha como Alternativa por Alemania o procesos independentistas como el escocés o el catalán. Si todo esto no fuera suficiente, Rusia se ha hecho con el control del vecindario sur europeo y los mercenarios del Grupo Wagner han convertido a la emigración procedente del Sahel en un arma de guerra.

Para muchos, Trump es alguien que solo quiere hacer la paz con Putin a toda costa, lo que ha provocado que sea comparado con Chamberlain. De hecho, el repugnante acto de este viernes podría ser interpretado como algo similar a lo que ocurrió en Múnich. Sin embargo, la realidad es aún más cruda, ya que las ambiciones imperialistas de Putin solo son comparables con las de Trump quien ya ha expresado en repetidas ocasiones su deseo de anexionarse el Canal de Panamá, Canadá y Groenlandia. A nivel interno, Putin es un auténtico dictador, algo que lejos de ser rechazado por Trump es la forma que ha expresado como su favorita para gobernar.

El 18 de junio de 1940 las fuerzas del mal -encarnadas en ese momento por los soldados nazis- habían conquistado casi todo el continente europeo, incluyendo París. Winston Churchill convocó a todos los miembros del Parlamento Británico y pronunció uno de los discursos más brillantes de su vida. El líder conservador exhortó a sus compatriotas diciéndoles que nosotros, los británicos, "lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y en los océanos. Defenderemos Europa cualquiera sea el coste".

Hoy la situación no es muy distinta. Washington ha caído como cayó París y la Francia ocupada es Ucrania. Aunque Trump esté en la Casa Blanca, Europa tiene la suerte de contar con un líder que encarna el legado de Churchill y de Wallace. Cuando Zelenski decidió quedarse en Kiev nos demostró que por mucho que nos amenacen o nos humillen, el dúo Putin y Trump "nunca nos quitará la libertad".

*** Alberto Priego es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas.