El recorte de 1.000 millones de los fondos Next Gen con el que la Comisión Europea ha decidido castigar este lunes los incumplimientos del Gobierno indica que a Pedro Sánchez se le ha agotado el crédito en Bruselas no únicamente en el sentido figurado de una pérdida de su capital político, sino también en un sentido financiero estricto.

Este revés llega después de todo un rosario de incidentes en la Unión Europea que han contribuido a laminar la reputación de actor internacional solvente e influyente que Sánchez se había afanado por proyectar.

El ridículo en la cumbre de la OTAN de La Haya de hace dos semanas, cuando el presidente se negó a asumir el acuerdo para llegar al 5% del PIB en Defensa que acababa de firmar, le granjeó los reproches de sus homólogos y una amenaza de represalias por parte de Trump. Pero además convirtió a España, a ojos de los observadores internacionales, en el paria de la Alianza.

Sólo unas semanas antes, el Gobierno de Sánchez volvió a aparecer ante la gobernanza europea como un socio poco fiable, cuando la Comisión Europea emitió unas observaciones críticas sobre la cuestión prejudicial planteada ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la Ley de Amnistía.

El informe consideró que la ley constituye una "autoamnistía contraria al Estado de Derecho".

Y tampoco ha salido bien parada su imagen en las cabeceras extranjeras que se han hecho eco de los casos de corrupción de su entorno, o de las falsedades u ocultaciones aventadas por su Gobierno a propósito del gran apagón o del bulo sobre el capitán Bonilla.

La decisión de la Comisión Europea, que descontará 1.100 millones de euros del quinto desembolso de fondos europeos para España al verificar que el Gobierno de Sánchez no ha acometido algunas de las reformas e hitos exigidos por la UE a cambio de los fondos, es sólo el último de estos contratiempos forzados por su falta de apoyos parlamentarios.

Pero es que este mismo lunes, el Gobierno sufría otro fiasco unas horas antes, con la retirada de la candidatura de Carlos Cuerpo a liderar el Eurogrupo apenas diez días después de presentarla.

El ministro de Economía se ha bajado de la carrera para presidir el órgano que reúne a los ministros de Economía de la eurozona después de constatar la falta de apoyos necesarios y así evitar salir derrotado.

Todos estos episodios atestiguan que Pedro Sánchez ha perdido su encanto también en el exterior. Y que sus mentiras y artimañas ya no encuentran aceptación ni en España ni en Bruselas.

Pero lo más preocupante es que esta falta de seriedad no redunda únicamente en detrimento de su prestigio como referente del progresismo internacional. Su debilidad está coadyuvando al aislamiento de España en la esfera global y abocando a nuestra economía a padecer penalizaciones milmillonarias.